jueves, 31 de julio de 2014

Centrifugando el 2014 [junio]

[Haz clic en las letras azules, y centrifuga tu cerebro]


La cuesta abajo hacia el verano empezó caldeada en este blog. El debate abierto en torno a la posibilidad del mecenazgo privado de actividades de las bibliotecas, dio pie a un interesante cruce de opiniones y reflexiones. La mano que mece a la biblioteca terminó estimulando a más de un seguidor, que incluso llevó el debate más allá del propio blog.


Como irónicamente dijo uno de nuestros tuiteros favoritos, Ritman, no había que crowfundir el mecenazgo puntual con la privatización de servicios públicos.

Aunque era lógico que más de uno se pusiera en alerta con los tiempos que corren. Y precisamente al hilo de esa actualidad, proclamábamos convencidos que en el mundo bibliotecario:  


En este mes también tuvimos una revelación, una epifanía, o un simple efecto del calor, pero el caso es que nos dio pie para abordar noticias relativas al mundo del cómic, que siempre nos encantan.

Prácticamente de tebeo resultó nuestra nueva entrega en torno al conflicto mundial que, desde hace ya unos años, enfrenta a los gnomos de jardín contra las pequeñas bibliotecas libres

El contrapunto a este conflicto bélico de pacotilla, lo ofrecieron las novedades en torno a nuestra tercera acción artístico-bibliotecaria, que tan buenos momentos nos hace pasar (los sorteos, la buena acogida, y ahora encima, un superlibro solidario para nuestro salón de belleza africano). Y la tónica africana prosiguió en Semilla de baobab, una crónica que nos llevaba desde Nollywood hasta la última sensación de la música sudafricana.

Aunque la banda sonora más sorprendente no provenía de tierras africanas en esta ocasión, sino del mismísimo príncipe de las tinieblas: el conde Drácula, o lo que es lo mismo, el inolvidable Christopher Lee que le cantaba al Quijote en El ingenioso vampiro de La Mancha.

Lee (bonito apellido para los bibliotecarios) no ha recibido, injustamente, ningún oscar por su dilatada carrera. Nosotros tampoco,  y por ello soñábamos con que algún día también pudiéramos hacernos un selfie recibiendo un oscar al mejor bibliotecario.

Tal vez así, ganaríamos la suficiente popularidad como para merecer una entrada en la Wikipedia, sobre la que volvimos a hablar en Teléfono roto.

Justo lo que no nos gustaría  en este blog, que lo que decimos se malinterprete como en un teléfono roto. Aunque siempre nos quedarán estos centrifugados mensuales, para hacer balance, y reflexionar sobre nuestros errores y aciertos.


miércoles, 30 de julio de 2014

Postales desde Murcia para Murcia


Más de uno teme por nuestro equilibrio mental en vista de lo que nos inventamos cada cierto tiempo en esta biblioteca. Así que es posible que el hecho de que desde ayer, luzca un amarillo (como debe ser) buzón de correos nada más entrar a nuestra biblioteca, despiste a más de uno. Pero como siempre en nuestro caso, es por una buena causa.

El servicio de Fondo Regional lanza una campaña para animar a donar postales con imágenes o escenas de la Región de Murcia.

Ayuntamiento de Murcia
 
Barraca murciana
Si la próxima tarde lluviosa, en un arranque de nostalgia fotográfica te da por revisar los cajones, y te topas con las postales que tu abuelo le envió a tu abuela cuando hacía la mili en Cartagena, o las de tus padrinos en su primer verano en La Manga, o el acordeón de estampas típicas que un pariente lejano cuyo nombre ya ni recuerdas, compró hace años: no lo dudes, dónde mejor estarán a salvo de mudanzas, descuidos y desastres varios, es en la Biblioteca Regional, responsable de conservar el patrimonio bibliográfico y documental de nuestra tierra.

Un esfuerzo más por evitar que se pierde nuestra memoria gráfica, de la que ya ofrecemos una valiosa colección en nuestra Biblioteca Digital de la Región de Murcia, accesible para todos. Así que a partir de ahora, viajes o no viajes, mándanos postales (de Murcia, eso sí).

Balneario de Archena

martes, 29 de julio de 2014

Versos en la piel y en la garganta

Ute Lemper, la Lola-Lola del siglo XXI
En la programación de otoño del Teatro Circo de Murcia, entre las muchas actuaciones interesantes previstas (no perderse El intérprete), se incluye una actuación de la fantástica Ute Lemper.

Disfrutar en vivo de esta showoman alemana; es una de esas experiencias escénicas que ningún amante del teatro debería ahorrarse.

Lemper es digna heredera de los grandes mitos del pasado, del cabaret de entreguerras berlinés, de esas vanguardias europeas de principios del XX a las que ella da continuidad invocando con su voz y presencia escénica, lo mismo a Marlene Dietrich, que a Edith Piaf, Kurt Weill o Bob Fosse:



En esta ocasión su nuevo espectáculo tiene un fuerte componente literario, el de su último disco en el que ha musicado poemas de Pablo Neruda. Y ahora que la poesía está de moda gracias a las redes sociales, y hasta los jóvenes se tatúan los versos en su piel, según nos cuenta este artículo de Babelia; resulta una excusa tan buena como cualquier otra, para lanzarnos a una retrospectiva de una tendencia musical en las décadas de los 60 y 70 de la música popular española: los discos basados en poemas.

Para algunos, una excusa para dotar de respetabilidad cultural a la música popular: para otros, una proclama ideológica de la pana más rancia; y para el resto, una magnífica manera de memorizar el poemario en castellano. Los resultados, como en todo, fueron dispares. Pero para toda una generación, los poemas de Machado, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Mario Benedetti o García Lorca, entre otros, se quedaron prendados de su memoria gracias a voces como las de Serrat, Ana Belén, Nacha Guevara, Rosa León, Paco Ibáñez, Luis Eduardo Aute, etc...

El mítico espectáculo de Nacha Guevara en los 70, en el que incluía
poemas de Mario Benedetti

Y como precisamente, también en la programación del Teatro Circo para este otoño, se incluye la obra de teatro de Vargas Llosa: Kathie y el hipopótamo, interpretada por Ana Belén y nuestro paisano, Ginés García Millán,  nada mejor que recrearnos con la versión musicada del poema de Lorca: Romance sonámbulo. 

Ana Belén, Manzanita, y Lola Flores sentada detrás, esperando para interpretar Anda jaleo. Todo un testimonio de una función única que se celebró en el año 1984, para celebrar el 50º aniversario del estreno de Yerma. La crónica en El País de la época no tiene desperdicio, en ella se constata ese desprecio latente que la escena cultural de la primera democracia sentía hacia las folclóricas. Afortunadamente, figuras como Carlos Saura, pocos años después, pusieron las cosas en su justo lugar, con películas que ayudaron a desideologizar lo folclórico:




Décadas después, la misma Ana Belén, dedicó todo un disco a los poema de Lorca, demostrando que no perdía vigencia el abordar a los poetas desde la música ligera. Aunque uno de los poemas cantados por la intérprete que ha quedado como un clásico, fue el de: España, camisa blanca de mi esperanza. Un poema atribuído a Blas de Otero, cosa que no es cierta, puesto que la única frase que el verdadero autor de letra y música, Víctor Manuel, tomó de Otero, fue la de "camisa blanca de mi esperanza". En cualquier caso, resulta interesante escuchar atentamente sus versos, y comprobar lo ajustados que le siguen quedando a nuestra actualidad.

Aunque si nos remontamos a los 70, si hubo un cantautor cuyos discos dedicados a poetas se convirtieron en auténticos superventas (qué marciano suena algo así en los tiempos post-OT), ese fue Serrat con sus discos dedicados a Miguel Hernández, y sobre todo, a Antonio Machado.

Los versos de Cantares o la Saeta son casi inseparables de la voz de Serrat para varias generaciones; pero sin duda el tema por el que Serrat ha quedado como un gigante de nuestra música (mejor tema pop de la historia de la música española) es Mediterráneo. Un auténtico poema cantado y escrito por él, que como era de esperar, sigue enamorando a las nuevas generaciones. De ahí esta respetuosa versión que el grupo zaragozano Tachenko le dedicó en uno de sus últimos discos:





Luis Alberto de Cuenca visto por José David
Morales para nuestra Brújula para tebeos

Pero desde luego, no han sido sólo los cantautores los que se han inspirado en la poesía. El roquero español más incorruptible, Loquillo, le dedicó un disco a los poemas de su amigo Luis Alberto de Cuenca. Su single de lanzamiento fue este Políticamente incorrecto, que para muchos era el complemento poético-musical ideal a enfrentar a los homenajes de los cantautores de los 70.

Una pena perderse en tanto vericueto ideológico, cuando hay buena poesía de por medio, venga de donde venga, y denuncie lo que denuncie.




Iggy Pop junto a Houllebecq
También desde el frente del rock, la iguana Iggy Pop con su disco Preliminaires, no publicó exactamente un disco de poesía, pero desveló su lado más lírico gracias al iconoclasta Michel Houllebecq, que le llevó a recuperar clásicos franceses y jazzísticos, muy lejanos de su contrastada autoridad punk. La llamada reina del punk, Nina Hagen, se le adelantó unas décadas, musicando al mismísimo Goethe y su bello poema Gretchen.




Y podríamos seguir (y no decimos que no vayamos a hacerlo) repasando los puentes que desde la música popular se han tendido a la poesía; pero de momento aquí nos quedamos, esta vez oteando desde el skyline de Nueva York.

La cavernosa voz del trovador, galardonado con un Príncipe de
Asturias, Leonard Cohen, nos traduce maravillosamente a la lengua de Shakespeare un vals, en un tema que no entiende de tendencias ideológicas, sólo de versos y rimas lorquianas:


lunes, 28 de julio de 2014

Acción estético-bibliotecaria en la BRMU

 

Quien pensara que nuestra cuarta acción artístico-bibliotecaria iba a quedarse en nuestro estupendo Salón de belleza africano, en los sorteos semanales de servicios gratuitos de peluquería (ya van por 20 los agraciados/as, y cada semana nuevos sorteos) o en la exposición del libro gigante cual baobab de la asociación Piensa: estaba muy equivocado.

Mañana martes, la Escuela de estética, maquillaje y peluquería Kela&Colás, como centro colaborador en esta acción artístico-bibliotecaria,  hará suyo el Salón de belleza africano.

De 10 a 13 h., en medio de nuestra planta 0, cinco profesionales de Kela&Colás pondrán todo su buen hacer para maquillar a nuestras usuarias, y usuarios si así lo desean. Todos los participantes en esta acción estético-bibliotecaria, recibirán como regalo el libro de la escritora murciana Julia R. Robles: Las guapas deberían morir, como irónico contrapunto a tan gratificante y divertida experiencia.

No te lo pierdas, reserva tu plaza apuntándote en el mostrador de la primera planta, o simplemente viniendo a la biblioteca de 10 a 13. Mañana más que nunca, la Biblioteca Regional y Kela&Colás cuidarán de tu cabeza por dentro y por fuera.
 
¡Vive acción artístico-bibliotecaria#3!


jueves, 24 de julio de 2014

Un día perfecto


No, no vamos a hablar del canon que deben pagar las bibliotecas, ni tan siquiera del canon occidental establecido por el crítico literario Harold Bloom (aunque tenga mucho que ver). Vamos a hablar de algo tan resbaladizo como la calidad en la literatura, y ahí, cada uno se atiene: o bien a su propio canon, o al juicio de los eruditos, pero difícilmente a un algoritmo, como es el caso de la noticia que nos llega desde Francia.

La editorial Short Editions está trabajando en desarrollar un algoritmo que permita calibrar la calidad de un texto literario de manera automática. El desarrollo de esta aplicación, en principio, será exclusivamente de uso interno de la editorial, como un paso previo para ayudar a la selección de textos a publicar. El “algoritmo de predicción literaria” irá nutriéndose de nuevos criterios conforme avance en sus lecturas, para así ir depurándose y perfeccionándose.


En principio, nada que objetar, pero no podemos evitar que como es costumbre en este blog, que se nos vaya un poco la pinza. ¿Cómo actuaría el robótico sistema al enfrentarse a obras que se saltaron todos los esquemas como el Ulises o Rayuela?, ¿qué circuito se le fundiría ante el desprecio que sentía Gertrude Stein por los signos de puntuación (salvo por el punto y aparte), o Proust con sus eternas frases subordinadas, o Saramago y su milimétrica utilización del punto, o con tantos y tantos otros ejemplos de experimentos literarios?, ¿por no hablar de Las puertas del Paraíso, la novela en sólo dos frases (la primera compuesta por 40.000 palabras) del autor polaco Jerzy Andrzejewski?

Una vez más, nada más lejos de nuestra intención que caer en la tecnofobia, pero aunque mencionen que dicho algoritmo será de utilidad también en bibliotecas, de momento, no podemos evitar un cierto escepticismo.

¿Son robots los que hacen girar el mundo?
  
Todo esto nos ha recordado al ideograma elaborado por la empresa de diseño gráfico Hiptype, con el que pretende condensar cuál sería el ADN necesario para que un libro tenga éxito. Protagonista femenina, temática histórica si va dirigido a lectores masculinos, o romántica si quiere captar más a las féminas, alrededor de unas 300 páginas, y dirigido a lectores urbanitas: serían algunos de los genes que conformarían esa espiral del libro infalible para triunfar.



También hace unos meses, Spotify en colaboración con un investigador en neurociencia de la Universidad de Groningen, hallaron la fórmula para fabricar la canción de amor perfecta: letra sentimental + tempo lento + ritmo sincopado + notas agudas + progresión de acordes estándar. Y según esta fórmula llegaron a la conclusión, de que la canción de amor perfecta era la versión del tema de Bob Dylan: Make you feel my love, cantado por Adele. Bien, bueno, si sirve para que la intérprete inglesa siga vendiendo discos, no está mal; pero pretender que una fórmula nos dicte el sentimiento musical, no deja de resultar algo irritante.
 
Aspirar a lo perfecto es loable, pero pretender lo absoluto en términos creativos (en casi cualquier otro ámbito) sólo termina llevando a la frustración. Vale que nadie es tan original como pretende, pero de ahí a que nos estandaricen para convertir nuestros gustos en puros algoritmos, hay un largo trecho que muchos no queremos recorrer.

Por eso, preferimos escaquearnos de cualquier obsesión malsana con lo infalible, gracias a alguien tan estimulantemente imperfecto como Lou Reed (por cierto, ningún tema suyo se incluye en el listado de canciones perfectas según el experimento de Spotify). No necesitamos más que uno de sus clásicos, para que nuestra vida sea perfecta al menos durante los minutos que suena su voz.



jueves, 10 de julio de 2014

Ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven


Una de las colecciones que más suelen llamar la atención a los miles de escolares, que cada curso, participan en nuestro programa de visitas guiadas a la biblioteca; es la estantería dedicada en la sección infantil a los libros en braille.

Pasear sus dedos por las texturas y los puntos que emergen formando palabras, podría ser un buen ejercicio de empatía, pero como nos suele pasar a todos: más allá de la curiosidad del momento, dudamos que lleguen a reflexiones  sobre la suerte de poder leer sin impedimentos de ningún tipo.


En este sentido, el Instituto Tecnológico de Massachusetts está desarrollando un prototipo que muestra la cara más útil de los avances tecnológicos. El FingerReader es un auténtico anillo del poder, con el que se pretende que las personas ciegas puedan leer texto impreso. El anillo va equipado de una cámara que al pasar el dedo por las líneas del texto, reconoce los caracteres a través de un software tipo OCR, y lo reproduce en una lectura en voz alta. Si en cualquier momento el invidente se desvía de las líneas, el anillo vibra avisando al lector para que vuelva a situar correctamente el dedo.

Otro avance interesante, es el proyecto de Libros con ilustraciones táctiles de la Universidad de Colorado, que a través de las, tan en boga, impresoras 3D, permite imprimir en relieve todas las ilustraciones de los libros infantiles, facilitando así su lectura para los niños invidentes. Avances que previenen la tecnofobia, al mostrar la cara realmente útil de la tecnologización de nuestro mundo.

Pero hay otras experiencias que persiguen promover la empatía con las circunstancias ajenas. En Tijuana, la biblioteca propuso a sus usuarios una ruta a través de la ciudad con los ojos vendados. Una manera de ponerse en los zapatos del otro, pero también una oportunidad para abrir el resto de sentidos a otros niveles de percepción sin necesidad de aditivos, ni viajes lisérgicos. Está claro que en Tijuana hay mucho más que tequila, sexo y marihuana, como rezaba la canción de Manu Chao.

En su Ensayo sobre la ceguera, ya decía Saramago aquello de: ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven. Después de todo, cada uno tenemos algún tipo de ceguera según con que asuntos, sin que tenga nada que ver con impedimentos físicos. Quizás por ello, la figura del ciego en la literatura da para tantos referentes aparte del Nobel portugués. Desde el trágico griego Edipo, pasando por la picaresca del Lazarillo, la bohemia de Max Estrella, o el adivino mitológico de Tiresias: el tratamiento de los personajes con problemas de visión en la literatura, tiende a retratarlos como clarividentes, obligados por las circunstancias a volcarse en un mundo interior muy rico, que les otorga un cierto halo de misticismo (si exceptuamos en este apresurado repaso, al ciego del Lazarrillo).

Aunque el ciego más famoso de la literatura, no sea un personaje propiamente dicho (aunque mucho se podría divagar al respecto) sino un escritor mítico como Borges. Él fue quien imaginó que el paraíso era algún tipo de biblioteca. Y no podemos estar más de acuerdo. Quien tiene una biblioteca a mano y no la disfruta, es la prueba irrefutable de ese dicho que reza: que no hay mayor ciego, que el que no quiere ver.

Y para cerrar, nada mejor que dejarse llevar por el arte que se disfruta por igual con los ojos abiertos que cerrados. El ciego de la música disco, funk y soul más influyente de todos los tiempos, en otra alucinante actuación del mítico programa Soul train.



martes, 8 de julio de 2014

Tomando nota


Dudamos mucho que los responsables de la revista cultura Jot Down (el New Yorker español según lo bautizaron en su lanzamiento) hayan leído este blog alguna vez; pero lo cierto es que han sido ellos lo que han respondido a una pregunta que lanzábamos al viento hace dos años.

En el post Donaciones interesadas, poníamos el ejemplo de la industria del videojuego, y la comunidad LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) en los Estados Unidos, que en un ejemplo de visión comercial y activista, apostaban respectivamente: por donar videojuegos, y libros que combatiesen la homofobia, a las bibliotecas públicas. 

Como decíamos entonces, habían sabido ver la utilidad de la biblioteca pública para afianzarse cultural, social e industrialmente, y nos preguntábamos: ¿se adoptará alguna vez esta visión en nuestro país? Pues bien, los responsables de Jot Down (tomando notas en castellano) la han adoptado.

La revista ha lanzado una campaña de mecenazgo para llegar a las bibliotecas. Para ello, animan a sus lectores a comprar 22 revistas a bajo coste (en un pack que incluye además otras cabeceras como Alternativas económicas y Cuadernos), y que elijan a qué biblioteca quieren que sean enviadas. De esta manera, quieren contribuir a aliviar los problemas que las bibliotecas estamos teniendo a causa de los recortes presupuestarios.

Curiosa esta coincidencia, una iniciativa de mecenazgo con bibliotecas de por medio, al mismo tiempo que se lanza la plataforma Mecenable, a cuenta de la cual se abrió un debate tan interesante hace unos días en este blog.

Pero para ser totalmente sinceros, los responsables de Jot Down deberían mencionar también los beneficios que este mecenazgo les acarreará a ellos. Las bibliotecas públicas son las mejores alianzas posibles para captar nuevos lectores; las editoriales (hasta la irrupción del libro electrónico al menos) eran conscientes de ello, y los escritores inteligentes, también.

Nacida en digital, ya ha realizado su salto al papel, y su ambición no se queda ahí. Como dice su subdirector Ricardo J. González: “queremos que los lectores sacrifiquen su ritmo frenético de vida por nosotros […] no le encontramos sentido a las entrevistas de ahora de 15-20 minutos que no dicen nada”.

Un propósito encomiable, conseguir que los lectores ejerzan como tales, y no como meros avistadores de datos. La experiencia de la lectura como un acto de reflexión, y no como simple glotonería informativa. Que una nueva publicación defienda un espacio y un tiempo para la reflexión (y más desde el ámbito digital), siempre será de agradecer. 

Ahora, sólo nos falta tener la suerte de que algunos de nuestros usuarios sea lector de Jot Down, y en un arranque de compromiso con su biblioteca, se decida a participar en esta iniciativa. 



viernes, 4 de julio de 2014

Háblame del mar, marinero

Dalí versionado por la artista Jherlyn López
El Tribunal Supremo ha reclamado, por tercera vez, al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que derriben la Biblioteca Pública del Estado construida en la década de los 90.

Así contada la noticia resulta de lo más espeluznante: la máxima instancia judicial de nuestro país ordenando que se derribe una biblioteca. Pero, como siempre, los matices sirven para situar la historia.

Todo viene de una construcción que, desde el principio, era ilegal según el planeamiento urbano de la ciudad; y pese a que la construcción es para un bien de interés cultural, como una biblioteca pública, el Tribunal Supremo según reza su sentencia: no puede amparar actuaciones ilegales.

La añorada biblioteca pública de Cincinnati
En su día, los vecinos del edificio San Telmo
denunciaron la construcción del edificio, que vino a privarles de las vistas al mar, de las que hasta entonces disfrutaban. La última entrega de este culebrón urbanístico y legal parece que se decanta por la demolición de la biblioteca.

Una noticia que aunque no tenga nada que ver, suena tan espeluznante como la historia de la biblioteca más espectacular de los Estados Unidos, que fue derruida para construir un parking en 1955.

El hotel del Algarrobico en Almería

No podemos evitar que la noticia nos plantee algunas preguntas: ¿se ordena demoler una biblioteca ilegal, y el tristemente famoso hotel de El Algarrobico en Cabo de Gata, sigue en pie?, ¿se eliminan muchas casas antiguas en la costa que llevaban toda la vida por su proximidad al mar, pero a la vez se permite la construcción de flamantes bloques de apartamentos a dos metros del agua? Paradojas de esa locura urbanística de la que todos estamos pagando los ladrillos rotos ahora.

Ernst Borgnine esperando a que se haga la luz en su vida

Pero también nos ha evocado el magnífico episodio que Sean Penn rodó para el film colectivo: 11’09’01 –September 11. En su corto (que puede verse subtitulado en este enlace) el gran actor clásico Ernest Borgnine, interpreta a un viudo que vive enclaustrado en su apartamento de Manhattan, en el que nunca entra el sol, y desde el que se divisan las Torres gemelas.

La historia de Penn nos muestra la soledad, los recuerdos y anhelos cotidianos de este anciano, y cómo, de repente, a las 09:59 h. del 11 de septiembre de 2001, mientras él dormita en su cama: la primera torre del World Trade Center se derrumba, y el sol inunda su apartamento. Un rayo de esperanza en la desesperación, cuya causa es una tragedia inabarcable. La mariposa que agita las alas en el Mediterráneo, y provoca un tsunami en Japón.

No es comparable, pero nos podemos imaginar a los vecinos del edificio de Las Palmas el día en que derriben finalmente la biblioteca, y puedan volver a ver el mar desde sus ventanas. Un templo de la cultura destruido, y un nuevo horizonte para esos inquilinos que ya no cantarán el melancólico tema que popularizó Marisol, con el que hemos titulado este post.

miércoles, 2 de julio de 2014

Literatura a fuego lento

Una de las joyas de nuestra Comicteca:
el manga de elBulli, autografiado y regalado
por Ferrán Adrià

La moda culinaria que cada vez contagia a más y más gente, corre el riesgo de dejar en la cuneta a miles de entusiastas aficionados, tratándose la depresión al constatar que ninguna de las recetas de Masterchef les salen, que su talento cocinero no les alcanza ni para que les contraten en un restaurante de los que visita Chicote, y que nunca serán las estrellas gastronómicas, no ya de un plató, sino tan siquiera de su cocina.

Ante tanta frustración, el mejor remedio como siempre: la cultura. Abraham García es escritor y cocinero, y conocedor de que, aparte de la calidad de los ingredientes, y la habilidad en los fogones, lo más importante, como en todo, es el tiempo: ha lanzado un proyecto precioso que no excluye a nadie, estemos dotados o no con el gen de la buena cocina.



A través de la web Demos la vuelta al día, Abraham propone a todos los aprendices de Ferrán Adrià: las recetas noveladas. Un genial concurso en el que literatura y cocina se entrelazan como nunca. Con estas recetas noveladas no hace falta controlar el tiempo, porque el tiempo que se emplea en leerlas es, a la vez, el tiempo que se tarda en cocinarlas.


Se trata de escribir una historia corta, en la que se incluya la receta en cuestión, y así se sigue la receta, y a continuación, se lee la historia durante los intervalos que requieran los alimentos para: cocerse, freírse o cualquier otro proceso que necesite la confección del manjar.





Tres opciones de participación en este concurso: elegir una receta y escribir la historia en torno a ella, continuar alguna de las ya iniciadas que se pueden ver en la web, o simplemente contar una historia en un solo tweet. Los premios para los ganadores de este concurso de recetas noveladas no podían ser otros, que ganar un banquete en alguno de los más prestigiosos restaurantes del país.

¡Nos encanta la iniciativa! Sólo le ponemos una pega: que no la hayamos inventado nosotros, no podemos evitar sentir envidia, eso sí de lo más saludable. Algún día tendremos que volver a asociar a nuestra biblioteca con la gastronomía, como en nuestro añorado ciclo Lecturas deliciosas.

De hecho, aparte de, por supuesto, libros y revistas sobre cocina, (que tienen lógicamente mucha demanda), tenemos curiosidades como el manga que el restaurante elBulli, y el restaurante de Tokio, Mibu, editaron hace unos años, y que amablemente nos regaló Ferrán Adrià tras su colaboración en la segunda Brújula para tebeos.

Firo Vázquez cocinando papeles
Pero si colaboramos con Adrià, uniendo gastronomía y lectura, sería imperdonable que no llegásemos a colaborar con alguien que nos pilla más cerca: con el gran Firo Vázquez. De momento no hay nada pensado, pero algo tendremos que imaginar.

Ya hablamos en Biblioteca caníbal, de las maravillas que está haciendo en su restaurante de El Olivar en Moratalla, con su menús de papel comestible, que han dado  ya la vuelta al mundo.

Su último menú con homenajes a Rayuela de Cortázar, la Mil hojas del Quijote, el Libro rojo de Mao hecho virutas o la posibilidad de comerte la cuenta; son algunas de las maravillas que Firo está lanzando desde el noroeste murciano al resto del mundo, y a las que algún día, nos atrevemos a vaticinar, rendiremos homenaje en la BRMU.