sábado, 28 de febrero de 2015

Centrifugando el 2015 [enero]

[Haz clic en las letras verdes, y centrifuga tu cerebro] 

Siempre cabe un posibilidad por pequeña que sea de mejorar cuando se inicia, o mejor dicho, se reincida algo. Por eso empezar a centrifugar el 2015 en este blog, es una nueva oportunidad (y van) de mejorar respecto a lo previo; si se consigue o no, los siguientes meses lo dirán.

Por el momento, empezamos el año con mucho movimiento. Con el mareante baile de imágenes en movimiento con que reflexionar/ironizar sobre lo hiperestimulados que estamos todos, sin necesidad de que nos diagnostiquen ningún trastorno de déficit de atención.




El escándalo siempre vende, ¿siempre? Estamos ya tan saturados que cada vez es más difícil llamar la atención, así que llegamos a la conclusión de que la sobriedad es el nuevo exhibicionismo. Aquello de que menos es más, en vista de cómo se desarrollan las cosas en nuestros días, va a ser cada vez más necesario.

Impactados quedamos también, como tantos otros medios, ante las palabras de un gurú de nuestro tiempo como el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, sobre libros y lectura. Pese a todo, desde las bibliotecas sólo pudimos darle las gracias; eso sí, una vez recuperados del estupor inicial. Lástima que según las últimas noticias, parece que las buenas intenciones de Zuckerberg respecto a los libros, no están teniendo el predicamento que se esperaba dada su supuesta autoridad sobre las masas de Internet. Pero demos tiempo al tiempo, algo que no se estila mucho en el acelerado mundo digital.

Y es que formas de fomentar la lectura hay muchas, y Zuckerberg no es la primera estrella (de una categoría hasta hace unos años inexistente, pero estrella al fin y al cabo) que sirve como ejemplo a imitar.

En el Hollywood clásico, no era muy propio lo de lanzar campañas pro lectura, pero en Más estrellas que en una biblioteca, pudimos constatar que hasta en la meca del glamour y la frivolidad, el amor por los libros contradecía en muchas ocasiones la imagen superficial que se suele asociar siempre con la capital del cine.

Y de la fábrica de sueños, también nos deslizamos a las ensoñaciones que nos aportaban los dibujos de Daniel Rotszstai de la red de bibliotecas públicas de su ciudad Toronto: auténticas declaraciones de amor arquitectónicas y literarias, que nos daban pie a conmovedores recuerdos sobre la obra y vida de Charlotte Salomon, o a los interesantes experimentos gráficos de Sebastien del Grosso. Maneras de experimentarse, de narrar la propia vida a través de los dibujos, de sentir a la biblioteca como musa inspiradora.



Y con nuestra Pasarela BRMU dedicada a Pedro Lobo, no dejábamos del todo el mundo de los sueños. Si bien su colección inspirada en la música, se anclaba firmemente a la tierra gracias a la relación que establecíamos con las matemáticas; lo cierto es que sus diseños no pueden esconder un cierto componente onírico, que forma parte de ese encanto especial que lleva inherente todo lo que crea este estupendo diseñador murciano, al que tanto nos alegramos de haber tenido formando parte de nuestro proyecto.

Pero como no todo podía ser tan amable, también tuvimos tiempo de echar un vistazo a uno de esos enfrentamientos (¿WTF?, perdón por la grosería en inglés, pero viene a cuento dado el asunto) que no dejan de resultar cómicos en su absurdo: los enfrentamientos entre frikis y hipsters a cuenta de los videojuegos. Y es que ya lo decía Frédéric Martel en su interesante Cultura mainstream: la guerra por los contenidos en las industrias culturales, es de los asuntos que más están definiendo al mundo en la actualidad.




Y como empezar un nuevo año sin formular ningún propósito, es ir en contra de la tradición: este año propusimos a nuestros seguidores desterrar cualquier forma de culpabilidad. No, no, no estamos incitando a una irresponsabilidad que incurra en lo delictivo, nos referíamos a que no sentirse nunca culpable por cualquier gusto cultural que tengamos.

No a los Placeres culpables, todo placer cultural en una biblioteca es inocente hasta que se demuestre lo contrario; así que el único delito es no encontrar algo que te guste, con la cantidad de oferta que tenemos.


jueves, 26 de febrero de 2015

Pasarela BRMU: Las culpaSS

Un tipo se me acerca y me pregunta: "¿Qué es punk? Yo le doy una patada a la basura y digo: "Eso es punk". Entonces él le da una patada a la basura y dice:"¿Es eso punk?" y yo le digo: "¡No, eso es moda!"

Esta certera definición de punk dada por Billie Joe Armstrong, el cantante del grupo Green Day, viene muy a propósito para nuestra Pasarela BRMU okupada por Las culpaSS. Las propuestas de Alexandra y Marta, las dos integrantes de este dúo murciano que reivindica el feminismo más combativo a través de sus diseños; les dan patadas a los convencionalismos, no por imitación sino por convicción, y sacuden la basura anacrónica de tanto estereotipo sexista, para transformarla en moda.

Ante el peligro inminente de muermo por exceso de corrección política, Las culpaSS echan mano del
revulsivo del punk, para reclamar cuestiones que deberían haberse superado en nuestros días desde hace décadas. A través de su colección Degenerado Club Deportivo recurren a la ironía para jugar con los estereotipos de género en un ring improvisado de boxeo; en el que el marcador ya está fijado de antemano, derrotando por completo al patriarcado.

La selección de libros, películas o cómics que acompañasen tal propuesta no podía pecar de tibieza; así que desde clásicos contemporáneos del feminismo más guerrero como la Teoría King Kong, hasta los ensayos de Beatriz Preciado, el Devenir perra de Itziar Ziga o hasta la guía de Porno para mujeres de Erika Lust, se entremezclan en sana y caótica mezcla con las Pussy Riot, las sufragistas, Olympe de Gouges, Simone de Beauvoir, los Sex Pistols, las Supervixens de Russ Meyer, Bette Davis o Mae West.



Feminismos de barricada, y feminismos de oropel y lentejuela; de todo hay en esta Pasarela BRMU/Las culpaSS. Porque hablar del movimiento de liberación de la mujer, es hablar también del movimiento que ha permitido a muchos hombres liberarse del aburrido papel que les tocaba en el reparto. Por eso, durante el mes en que se celebra (no por casualidad) el Día Internacional de la Mujer, la Pasarela BRMU/Las culpaSS es toda una promesa de sana provocación, reflexión, debate, controversia, pero sobre todo: diversión y buenas historias.



Y nada mejor para cerrar este post, que el vídeo-collage con que Las culpaSS presentaron su proyecto Todos mis gallos. Poco más de dos minutos en los que se condensa de la mejor manera posible cual es el concepto que se mueve tras sus diseños, y que va a sacudir nuestra Pasarela durante el mes de marzo.





viernes, 20 de febrero de 2015

Las bibliotecas somos el nuevo rock and roll


Hay obras que saben cómo engancharte con muy poco. El cómic recién llegado a nuestra Comicteca, Nowhere Men, es uno de esos títulos que con una sola frase hacen que ya te pique la curiosidad.

La combinación entre la imagen chulesca y desafiante de la chica dibujada en la cubierta, junto con el eslogan de su camiseta (La ciencia es el nuevo rock and roll) te llevan como mínimo, a echarle un vistazo a ver de qué va.

Y lo que te encuentras, es una original primera entrega de una historia que va más allá de la ciencia ficción, y que promete una serie de lo más innovadora e intrigante. Cual McCartney, Lennon, Starr y Harrison, cuatro científicos protagonizan esta historia, en la que sus referencias a The Beatles no resultan para nada gratuitas; y donde la ciencia como el nuevo rock and roll, va cobrando cada vez más sentido.

El ingeniero padre de
la electricidad comercial
El rock and roll surgió como una respuesta al anquilosamiento social y de costumbres de una época; y siempre ha sido (o debería serlo, antes de que la radiofórmula y los OT y sucedáneos arrasasen) un permanente instrumento para el cuestionamiento, y la rebeldía ante esquemas mentales estancados (tal cual como debe aspirar a ser toda biblioteca de pro). Y eso también es lo que vienen ofreciendo los avances científicos desde el siglo XIX (por no remontarnos más atrás).

No vamos a decir que Eduard Punset tenga categoría de rockstar, pero casi. Sus fans se cuentan por miles, y figuras como Stephen Hawking son ya iconos de la cultura pop, plenamente asentados, por no hablar de los Bill Gates o Steve Jobs, deidades de esta era tecnológica que nos empuja a mirar el mundo desde otras perspectivas.

Además, la ciencia se ha convertido en un tema estrella que da para muchos, muchos artículos en la prensa generalista. Los tan socorridos estudios sobre las cuestiones más peregrinas de universidades extranjeras que por supuesto ni sabíamos que existían, y que dan pie a tantos jocosos comentarios en las tertulias televisivas. Por ejemplo, el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, Howard Gardner sostiene en su obra Estructuras de la mente que Si pudiéramos explicar la música, podríamos encontrar la clave para todo el pensamiento humano”.

Un interesante artículo de la Rolling Stone bajo el nombre de El rock nos hace más listos, lo contaba hace tres años, así como mencionaba el denominado efecto Mozart. Lo que viene a sumarse a los beneficios de la lectura científicamente demostrados  de los que hablábamos en Sheldon Cooper ya lo sabía.

El caso es que desde que en los 90, la psicóloga Frances Rauscher expuso a 36 estudiantes durante 10 minutos a la música de Mozart, y constató los efectos positivos que tuvieron en pruebas de razonamiento espacio temporal; un rosario de estudios posteriores han apoyado o rebatido la idea de que escuchar a Mozart nos haga más inteligentes. En cambio, lo que no precisa de ningún estudio científico que lo corrobore, es el convencimiento puramente empírico de que la música que nos gusta actúa de manera beneficiosa en nuestro ánimo.

El Hawking de los Simpson
Y como hay un estudio para cada asunto, no faltan los que exponen los beneficios y perjuicios de la música según su género. Así, los efectos de escuchar música clásica no sorprenden cuando se la asocia a la relajación, y al aprendizaje activo; pero sí resultan más curiosos en el caso de la salsa, por ejemplo,cuando sostienen que aporta una combinación de dopamina y adrenalina, relaja y activa al mismo tiempo; o que el rock no es un gran aliado de la concentración,pero sí de la resistencia. El resto de géneros (reggateon, rap o techno) quedan en los márgenes, y se asocian a la estimulación física, también muy necesaria, más que a la psíquica. Pero como en todo, dependerá de si la música en cuestión, nos gusta o no.

El caso es que todo esto nos sirve para reafirmarnos en lo acertado que fue combinar matemáticas y música en la selección para nuestra Pasarela BRMU/Pedro Lobo (que ya tiene los días contados); y para chulearnos y asegurar que las bibliotecas también somos el nuevo rock and roll en esta era digital. 

Logo del show televisivo de La 2 dedicado a la ciencia

jueves, 19 de febrero de 2015

Rave bibliotecaria o Biblioteca okupa2

Imagen de la famosa casa okupa de Berlín, Tacheles. Toda una institución
en la ciudad, desalojada en 2012


No llegamos a los 300 seguidores dados de alta oficialmente (cifra que parece se considera el límite a partir del cual eres alguien importante en la blogosfera), pero nuestro poder de influencia social a través de este blog es cada vez mayor. Y para quien no nos crea, sólo hay que cotejar fechas. 

En marzo del 2012 mencionábamos por primera vez el concepto de Biblioteca okupa en este blog. En aquella ocasión nos referíamos a la tendencia en los E.E.U.U. de abrir bibliotecas en centros comerciales abandonados; y en febrero de 2013, un grupo de jóvenes okuparon la Biblioteca Central de Rivas-Vaciamadrid (el nombre en sí ya era una incitación a la ocupación), que como aquella biblioteca sin puerta a la que dedicamos un poema: había sido abandonada a su suerte por las autoridades municipales, sin ni siquiera inaugurarla.



La BOA (Biblioteca Ocupada Autogestionada) es gestionada por los jóvenes okupas, y comparte espacio con asociaciones de culturales tales como Célula Radical Arterrorista (al Arterrorismo que tanto predicamento está teniendo en Rusia) u organizaciones como Sureste Obrero. Según reza en la web de Okupatútambién: “son las vecinas y vecinos los que tienen la responsabilidad de trabajar para mantenerlo a flote” El colectivo se define como anticapitalista, feminista, antifascista y horizontal, que nace para organizar la actividad política de Rivas-Vaciamadrid al margen de las instituciones, a las que consideran obsoletas.

La razón de la BOA haya vuelto a la actualidad, ha sido la denuncia presentada por UPyD por la celebración de una nueva fiesta ilegal (tras la de Nochevieja) bajo el nombre de Sharnaval hortera. Una fiesta como las que se conocen como raves: fiestas ilegales y espontáneas, muchas veces sin sede fija,  que congregan a gran número de fieles a la música electrónica (sobre todo a finales de los 80). El espíritu de las raves era la improvisación y fomentar el buen rollo entre sus participantes; y, en sus orígenes, se convertían en centro de reunión de clases trabajadoras. Descritas así no desentonan para nada con algunas funciones propias de una biblioteca; así que excluyendo el tema drogas: ¿para cuándo una rave en la BRMU?

Intervención de una biblioteca londinense por parte de Banksy,
el artista urbano más famoso a nivel mundial

Pero volviendo a lo que nos interesa, ¿deberíamos exigir derechos de autor al colectivo okupa por apropiarse del concepto de Biblioteca okupa? Se empieza con cosas así y se termina acusando de plagio literario a Ana Rosa Quintana. Mejor nos centramos en cosas menos paranoicas y más prácticas.

Por ejemplo, en resaltar la vigencia que la institución de la biblioteca sigue preservando como instrumento para el cambio social. Dentro de los objetivos (ilusorios o no, eso ya se lo dejamos a cada uno) de cambiar la sociedad que tienen estos grupos, el que la biblioteca se considere un espacio deseable para okupar, nos reafirma en su importancia como símbolo; y eso, no puede más que gustarnos y halagarnos. Es como la coquetería de una dama más que centenaria, que pese a todo aún se siente deseada.

Pero volviendo a los okupas, y a las raves, no tenemos noticia de si finalmente la fiesta Sharnaval hortera llegó a buen fin, pero nuestra propuesta de cierre no puede ser más festiva y revolucionaria. El buenísimo vídeo del grupo Daft Punk para su tema de los 90, Revolution 909, es de lo más apropiado para pegarse un baile en cualquier rave de provecho. Y a la par, su historia nos sirve de moraleja: en ocasiones, un simple tomate puede cambiar nuestra suerte de la manera más inesperada.

               

sábado, 14 de febrero de 2015

Carta de amor a una usuaria





Querida usuaria: 
Podría decirse que el nuestro es un amor idílico. Algunos lo considerarían mera fabulación por mi parte, pero me niego a aceptar la superioridad del atlas ilustrado sobre el que me apoyo y al que todos admiran. 
Te gusta viajar, correteas cada martes y jueves con precisión británica por el pasillo de geografía, mirando lasciva a todos los que compartimos el noventa y uno.Veo tu espalda y me altero con el toqueteo de tus uñas perfectas sobre los tejuelos de los fríos libros que hablan sobre los países nórdicos.
Pero hoy, querida usuaria, ha sido al fin un gran día. Has acariciado mi lomo, has hojeado mi contraportada, y revisando el tiempo que llevaban sin tomar aire fresco. Me avergüenzo de mis páginas amarillentas. Me has ofrecido al bibliotecario para que pueda sentir el frío láser en mi código.
Al fin he podido descansar en tu cálida mesita de noche, lejos del frío de la estantería metálica que cala mi papel a diario. Después de ofrecerte todo lo que sé sobre la sabana africana me has echado sobre tu pecho y has comenzado a soñar con salvajes leones y cebras.
Dame una moratoria querida usuaria, permíteme pasar los quince días exactos a tu lado, y si te sientes feliz  junto a mí pide licencia para que me quede un mes más. Quiero llegar renovado a mi biblioteca y guiñarle el ojo al atlas ilustrado cuando corretees a toda prisa buscando, entre el pasillo de geografía, un lugar más para viajar cada noche en tus sueños.

Alba Franco Elvira (Murcia)
Primer premio del Concurso de Cartas de amor BRMU 2015




viernes, 13 de febrero de 2015

Algoritmo de amor



En Placeres culpables hablábamos de los exóticos seguidores que muchas veces nos cruzamos por este mundo digital (no más exóticos que los que nos cruzamos por la vida en general, pero ¿quién no es exótico para otro en algún momento?). El control de lo que se dice y hace en Internet, siempre supone un delicado equilibrio entre la protección y la censura. Lo ideal, en un mundo ideal, sería disponer de un filtro, una varita mágica digital con la que borrar todo rastro de grosería o agresiones verbales en las redes.

En algo así pensaron en Coca Cola de cara a la última Super Bowl (ya saben, el macro evento deportivo de los USA), y se decidieron a lanzar una ingeniosa campaña publicitaria que aspiraba a llenar las redes sociales de amor y buen rollo, pero los duendes (o demonios de Internet) no se lo iban a poner fácil. 

Dibujos en los que se convertían los tweets desagradables

Bajo el hashtag @MakeItHappy (Hazlo feliz), Coca Cola animaba a los tuiteros a responder a los mensajes cargados de malas vibraciones y odio con el hashtag en cuestión; y un algoritmo actuaría de inmediato transformando los mensajes negativos en dibujitos de color rosa. La campaña arrancó semanas antes de la Super Bowl con spots publicitarios como éste:





Hitler hipster con problemas a la hora
de escribir su libro
El ingenio publicitario del refresco, famoso por ser la chispa de la vida, auguraba una vez más una campaña brillante; pero los trolls recalcitrantes no entienden de filtros, ni de algoritmos de amor. Pacientes y obstinados en su vocación de hooligans digitales, se decidieron por ir publicando un capítulo entero de Mein Kampf (Mi lucha) el ignominioso libro escrito por Hitler, en el que daba rienda suelta a sus delirios ideológicos (y uno de los libros más sustraídos en la biblioteca).

Al final ningún algoritmo fue capaz de transformar tanto odio en amor, y la multinacional del refresco terminó por clausurar la campaña.

Las lecturas sociológicas que pueden hacerse dan escalofríos, no sólo por haber elegido los trolls el libro de Hitler para boicotear la campaña; sino por ese afán por acabar con una idea tan positiva. La dulzura de la zarzaparrilla lo tiene difícil para prosperar en el implacable mundo de las redes sociales.

Michael Sam y su novio compartiendo su
felicidad en las redes

Tal vez, la lección que se pueda sacar de todo esto, la dio el jugador gay de fútbol americano Michael Sam, que precisamente colaboró en uno de los anuncios de la marca. Sam contó en un spot de la marca, su experiencia en las redes sociales. El hecho de mostrarse abiertamente como deportista gay, con su pareja, le hacía recibir miles de mensajes de odio y hasta deseos de muerte (la cobardía del anonimato no conoce límites); y la forma que él tiene de darle la vuelta a todo es la de contestar de manera positiva y educada. Y puede que ahí resida la mejor estrategia posible contra tanto frustrado.

No se trata de poner la otra mejilla, sino de que te resbalen las malas vibraciones, de boicotear a los boicoteadores mostrando la satisfacción que pueden ofrecer las infinitas posibilidades de las redes sociales usadas de forma constructiva. Y después de eso, el que quiera aprender que aprenda, y el que no que siga rumiando su amargura en digital.

Siempre será mejor una estrategia de este tipo, que no lanzarse a cazar trolls por la red como se ha propuesto la empresa de antifraudes cibernéticos Trustev. La empresa de origen irlandés, está adaptando un software desarrollado por ellos para el comercio electrónico, para que se pueda bloquear a los trolls y demás visitantes indeseados que entren en webs de medios de comunicación y blogs.

La empresa irlandesa Trustev, especialistas en rastrear huellas digitales.
Ahora decididos a ser los Van Helsing de la red a la caza de trolls

La idea en sí es buena, sobre en todo en casos clarísimos de ciberacoso, pero como todo, es cuestionable. ¿Hasta que punto no se estaría abriendo la puerta a la censura?, ¿ los medios de comunicación,  blogs, redes sociales, no pueden terminar convirtiéndose en medios sesgados?, ¿no es mejor excluir, por supuesto, todo lo que pueda incurrir en lo delictivo, pero dejar que cada uno exprese su opinión libremente, por desagradable que pueda resultar?

Dudas apasionantes para el encendido debate que plantea el nuevo panorama digital. Un debate que alguien como Michael Sam (un tipo que en un cara a cara, y con un solo meñique, derribaría a más de uno de esos trolls que le insultan por la red) resuelve de la manera más elegante: ignorando lo negativo, y potenciando lo positivo. Y así queremos cerrar este post, con un fantástico vídeo lleno de amor y música del grupo Ok Go (Ok, vamos) para su tema I won't let you down (No te voy a defraudar). Todo una declaración de principios de cuál es la actitud para combatir a tanto troll como nos cruzamos en nuestro día a día.




miércoles, 11 de febrero de 2015

Filtro de amor


Hace unos días se celebraba la efeméride de los 30 años desde que se editó el archifamoso tema We are the World. Repasar la nómina de celebridades del mundo de la música que intervinieron en la iniciativa solidaria por África a través de este tema, es de auténtico vértigo viéndolo en perspectiva.

Sobre las movilizaciones de famosos por causas benéficas, siempre sobrevuela un ligero aire de sospecha; que se disipa rápidamente si el resultado merece la pena. Ni por asomo comparamos asuntos, pero no estaría mal que dado el gran número de músicos, sobre todo que los últimos años, que han defendido a las bibliotecas, les diera por crear un We are the libraries. La inexistente coral de la Regional, estaría encantada de dar el do de pecho en tamaño hit.



En Gran Bretaña es donde más movilizaciones se han dado durante estos años de crisis en defensa de las bibliotecas: por parte de músicos, pero también de actores o escritores. En nuestro país, en cambio, salvo manifestaciones de apoyo dispersas ( Javier Marías o Manuel Rivas por ejemplo), no se han prodigado demasiado desde ningún sector de la cultura a la hora de reivindicar a las bibliotecas. Por eso nos fijamos tanto en campañas foráneas, como por ejemplo, la que de manera ejemplar, valga la redundancia, están llevando a cabo en Italia.




Editores, libreros y bibliotecarios del país han organizado una campaña conjunta en las redes sociales para ensalzar la lectura. Twitter, Facebook, Instagram o Google + serán algunos de los circuitos por donde se repetirá el hashtag #ioleggoperché (lo leí), con el que han implicado hasta a las redes de supermercados (ya lo hemos dicho más de una vez: las bibliotecas públicas somos supermercados de la cultura). E incluso la red de ferrocarriles se une celebrando un bookcrossing a nivel nacional.

Todo con tal de motivar a los que leen, en una campaña que llegará hasta el 23 de abril: día en que se clausurará el proyecto en Milán, con un gran evento que se retransmitirá en horario de máxima audiencia a través de la RAI3. Pese a Berlusconi, parece que la televisión en Italia va más allá de las Mama Chicho y descendientes españolas.



¿Imaginamos algo similar en nuestro país? Por nuestra parte que no quede, estamos más que dispuesto a colaborar en lo que haga falta para una campaña nacional, mundial o intergaláctica para declarar nuestro amor por la lectura y la cultura en general. De momento, y de manera muy modesta nos quedamos con nuestro concurso de cartas de amor cuya resolución será esta semana.

La idea proviene también de otra campaña extranjera, en este caso de nuevo de las muy activas bibliotecas escocesas; donde lanzaron a finales del año pasado, un concurso para que tanto usuarios, como artistas o escritores, enviasen cartas de amor a su biblioteca favorita. Un filtro de amor para celebrar un San Valentín diferente, en el que la defensa y la reivindicación de las bibliotecas, inspire las pasiones más desatadas.



Deseando estamos de leer las cartas ganadoras de nuestro concurso, a ver si las bibliotecas somos el objetivo amoroso de algún romántico participante; o somos objeto de su desamor, que también puede ser. Siempre que salgan del corazón (puestos a darnos al tópico no conocemos freno) nos damos por felices. Tan felices y entregados como los chicos de Metronomy (grupo confirmado para el próximo SOS 4.8) en la interpretación de sus Love letters (Cartas de amor):





viernes, 6 de febrero de 2015

Mono ve, mono hace

Monkey see, monkey do

Probablemente pocos recuerden la viejuna comedia televisiva Enredo, de los lejanos años 70 del pasado siglo. En esta precursora (e increíblemente polémica en su tiempo) parodia de los culebrones de amor y lujo, su personaje más divertido era el de Jessica Flecher, matriarca de la familia rica que protagonizaba la serie, cuya candidez y alegres despistes daban lugar a algunos de los mejores gags. Tal y como la presentaba la voz en off de los títulos de crédito: “Jessica ama la vida, lo único que añadiría si pudiera sería un fondo musical”.

La divertida, y provocadora, Enredo
Y treinta y pico años después, el deseo de la heroína de Enredo se ha hecho realidad para todos, lo malo es que el resultado no es tan bucólico como la ingenua Jessica hubiese querido. Ya lo teorizaron Teodoro Adorno y Walter Benjamín cuando con la invención del gramófono y la radio, se inauguró la posibilidad de disfrutar de la experiencia musical en el propio domicilio. Hasta el siglo XX, la experiencia musical era forzosamente en vivo; requería de una atención activa por parte del oyente, pero al convertirse en un acto tan rutinario como darle al play, toda el aura se pierde, y de ahí a faltarle al respeto había solo un paso.

Madonna liándose con la red
En nuestra Pasarela BRMU/Pedro Lobo, aparte de por supuesto la moda, la música lo es todo a través de libros y películas, porque los discos preferimos no incluirlos.

Sin música, la vida sería un error” que sostuvo Friedrich Nietzsche, y la recientes noticias de las filtraciones de los últimos trabajos de dos estrellas tan mediáticas como Madonna (en cuyo vídeo precisamente combina tauromaquia con Nietzsche) o Björk, no hace más que evidenciar el error vital que supone esa falta de respeto absoluto hacia el trabajo ajeno, que se ha ido extendiendo por la red.

En el último, y como siempre, imprescindible estudio de Fréderic Martel: Smart : Internet(s) la investigación, fruto de sus entrevistas por todo el mundo indagando en cómo se vive Internet según los países y las culturas: Martel cuenta como para los jóvenes palestinos que viven en la franja de Gaza, la sola idea de pagar por algo que hay en Internet les suena a marciano.

Y como el monkey see, monkey do (lo que el mono ve, el mono lo hace) es ya planetario, un mínimo respeto al esfuerzo ajeno se hace casi misión imposible. Las industrias culturales buscan medios para la supervivencia, y como la música fue la primera y más afectada por esta apertura digital; será cuestión de imitarla. Los músicos en la actualidad confían sus ingresos más a los directos, que a las ventas de sus discos; y las bibliotecas como partes afectadas por las zozobras que se deriven de la piratería de libros y películas, estamos obligados a tomar ejemplo de la música.

Hoy día, la biblioteca ha de proponer una oferta que haga que merezca la pena desplazarse hasta nuestras instalaciones; para vivir la cultura en vivo, y no en diferido. Por eso, dentro de esta Pasarela BRMU/Pedro Lobo vamos organizar un concierto de música clásica en colaboración con el Conservatorio Profesional de Música de Murcia, que nos asegura esa liturgia de la música en directo que ningún ordenador puede sustituir.

María Popota, relacionando música y literatura
Moda, música y literatura en vivo. Una experiencia que propone en digital, sin moda de momento, la interesante web de Literary jukebox (cargador de discos literario) donde la bloguera, escritora, crítica búlgara afincada en Brooklyn, María Popota une citas literarias con canciones a las que podrían asociarse. Y así van surgiendo parejas de los más sugerentes: Virgina Wolf con David Bowie, Henry Miller con Joan as a police woman, Beethoven con Susan Sontag o Séneca con Patti Smith.

Una estupenda excusa para rastrear conexiones, que es, en definitiva, lo que debemos hacer las bibliotecas ahora más que nunca.

martes, 3 de febrero de 2015

Reciclarse reciclando

Los libros siempre dando ideas
Pese al título del post que nadie piense que otra vez volvemos a la murga de que las bibliotecas estamos obligadas a reciclarnos, renovarnos, mejorarnos, adaptarnos, bla, bla, bla. No. En esta ocasión volvemos a otro tema recurrente en ocasiones en este blog, pero mucho más divertido: la segunda vida que el ingenio de algunos creativos saben insuflar a los libros deshauciados.

Cada primavera y otoño, coincidiendo con lo que en Murcia se denomina el deshollino de los hogares (lo que en el resto del mundo sería una limpieza general) nuestro servicio de Información y Atención al usuario se llena de cajas y cajas de libros, que sus dueños deciden donar a la biblioteca. Nosotros lo agradecemos, aunque en algunos casos, no estaría mal pensar que si esos libros no sirven ni para remediar la cojera de una mesa: ¿por qué no ejercer la conciencia ecológica y acudir al contenedor de papel?


En esos casos pensamos en qué bien nos vendría en nuestra ciudad un proyecto como el que dos ex-creativos publicitarios han montado en Roquetas de Mar (Almería).  

La reciclería, así se llama la empresa gracias a la cual, esta pareja, aburrida de tantos años frente a un ordenador, han podido dar rienda suelta a sus habilidades manuales, y han conseguido reciclarse en artesanos gracias al reciclaje.



Libros con luz propia (libros convertidos en lámparas), Alma de libro (objetos decorativos formados con libros) o Libros vivos (libros que sirven de maceta), son los principales productos en que se reconvierten los libros deshauciados que encontraban abandonados en contenedores; pero que ahora reciben directamente de muchos lectores que necesitan huecos en sus estanterías.

Sus productos seducen al primer vistazo, pero lo que definitivamente seduce es conocer casos de gente como ellos, que en un determinado momento de sus vidas, cambian el rumbo para hacer lo que realmente les gusta.