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Las postales del post pertenecen a la colección de la Biblioteca Regional, que próximamente se integrarán en nuestra Biblioteca Digital de la Región de Murcia |
En ocasiones en nuestro afán por sorprender, nos tiembla el pulso a la hora de lanzar alguna iniciativa: pero si miramos a nuestros colegas allende los mares, queda claro que somos unos auténticos pardillos.
En las bibliotecas de Toronto hoy celebran el día de Anti-San Valentín, o lo que es lo mismo: un día dedicado a todos aquellos a los que el dichoso día de los enamorados les produce urticaria, ante tanta exaltación de la pareja como el estado ideal del hombre o la mujer. Para ello han puesto en marcha varias iniciativas: desde promover que se vista preferiblemente de negro, confección de portadas de libro anti-románticas, escribir la peor carta de ruptura o una banda sonora con canciones sobre desamor. El eslogan lo deja claro: Trae tu sarcasmo a la biblioteca.


Lo poco agrada, y lo mucho enfada. Nosotros no tenemos nada que decir, el año pasado (pese a que a algunos no les volvía locos la idea) lo celebramos con una Cita a ciegas con la biblioteca, que a muchos usuarios encantó, y a otros repelía. Parte de culpa del rechazo (al igual que hay tantos anti-navidad) lo produce la comercialización brutal que se hace de estas fechas, que parecieran únicamente inventos de grandes superficies. El estar feliz o enamorado por decreto, revienta bastante, y sobre todo cuando se fundamenta en precedentes poco claros.

El escritor y filósofo suizo hizo en su famoso ensayo todo un estudio del origen del concepto del amor romántico que, adulteraciones publicitarias mediante, aún sigue vigente en nuestras sociedades. Según Rougemont, la convivencia entre los trovadores y los herejes del movimiento religioso cátaro, en el siglo XII, se puede argüir como el motivo en las sombras, del éxito de ese amor idealizado, sublimado hasta el paroxismo, que hacía hincar la rodilla en tierra al caballero, para suspirar por una figura femenina idealizada, angelical y casi incorpórea.
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Cruz cátara |
Los cátaros no fueron precisamente muy sutiles en sus posicionamientos, o blanco o negro, no había matices; pero antes de que la Iglesia los fulminase en la Cruzada albigense, dejaron esa semilla de exaltación de la pureza, de la virginidad, y de la mortificación de la carne como pasaporte para la salvación; que unido a los sacrificados protagonistas de la mayoría de los romances de los trovadores, terminaron por conformar ese meme romántico que, con variaciones, ha quedado prendado del imaginario colectivo.
Sólo faltaban Hollywood y los grandes almacenes en el siglo XX, para terminar de remachar el concepto, sin dejar que el revolucionario sentido del romanticismo en su sentido decimonónico, fuera quien verdaderamente triunfase con toda su carga de inconformismo y rebeldía.

Nosotros, meros notarios de tendencias, tan sólo nos cabe aconsejar que ya puestos, mejor recurrir a los clásicos: a Sacher-Masoch y su Venus de las pieles. La tenemos hasta en elegante versión cómic, aunque la mejor en estos días, es la interpretación que se está proyectando en los cines del siempre brillante Roman Polanski.
La adaptación al cine de la obra de teatro basada en La Venus de las pieles, se convierte en la más inteligente, lúcida, perversa e inquisitiva mirada reciente sobre lo masculino y lo femenino, sobre el poder, la seducción, el deseo, las relaciones de pareja y en definitiva, sobre el amor. Una recomendación de cine para los que quieran un día de los enamorados nada acomodaticio, abierto a debates posteriores que terminen satisfaciendo a mente y cuerpo (o al contrario, que terminen como el rosario de la aurora).
Y como vamos de contrastes, cerraremos con algo estúpido y convencional. Ese algo estúpido que todos soñamos con decir y que nos digan alguna vez, creas o no creas en San Valentín. El clásico que popularizaron los Sinatra (padre e hija), en esta dulce versión de Robbie Williams con Nicole Kidman, punteada de algunos detalles discordantes que dan el punto ácido necesario para no ahogarnos en el merengue.
3 comentarios:
Amor o enamoramiento?.
Creo que a veces no lo tenemos muy claro. Cómo decía aquella película de los 80 "por qué le dicen amor cuando quiere decir sexo".
En cualquier caso la idealización y el platonismo está muy bien, pero lo que realmente convence son otras cosas más prosaicas pero mucho más necesarias.
Por otra parte creo, que ultimamente vivimos en una sociedad excesivamente sexuada y carente de sentimiento. El romanticismo está mal entendido en la sociedad actual, se ve como actuaciones ñoñas o fatuas, en lugar de una exaltación del sentido del afecto.
Bueno en cualquier caso, es preferible ahogarse en un mar de merengue que un mar de sangre.
Aún así, apesar de todos los tópicos, el amor es algo más que una pulsión sexual ( esto creo que sería el enamoramiento que por supuesto tiene fecha de caducidad) el amor es sinceridad, respeto, empatía, alegría, esperanza, compromiso, entusiasmo, ilusión, conexión, lealtad, fidelidad.
El amor es lo único que puede hacer posible que la convivencia con la pareja pueda deja atrás nuestras pequeñas miserias, nuestros pequeños o grandes defectos, nuestros miedos e inseguridades. Lo demás es fantasía barata...
Es por ello aunque me pese, por el prejuicio de quedar cursi, yo si que digo
Viva San Valentin!!!
Tras defensa tan entusiasta y apasionada, sólo cabe decir una cosa: ¡¡que viva el amor!!! Y eso sirve tanto para los que gusten o no de San Valentín.
Jo¡¡¡¡, que buenas ideas nos enseñais siempre, por eso me gusta venir por aqui ya que me ayudais con mis compromisos.
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