sábado, 30 de mayo de 2015

Centrifugando el 2015 [abril]

[Haz clic en las letras verdes, y centrifuga tu cerebro]


Abril, pese al colorido estacional, se estrenó en blanco y negro en nuestro blog. No se trató de ninguna regresión al pasado, ni de ninguna alergia primaveral que nos afectase: es que fueron el blanco y el negro, los colores protagonistas de la Pasarela BRMU dedicada a la diseñadora Constanza Mas.

Ropa simple para gente compleja. Gracias a los diseños de Constanza, pudimos mirar a través de un telescopio panorámico, que nos ofreció una de las selecciones de libros, películas y cómics más pegada a la actualidad que cupiera imaginar. La revolución digital, los fundamentalismos, la política, la crisis, la corrupción…, todos estos asuntos y muchos más hicieron que arrancásemos el mes tomando conciencia de lo que estamos viviendo a través de la moda.

Los medios iban calentando el ambiente de cara a las elecciones, y nosotros desde la Biblioteca nos adelantábamos iniciando nuestra propia campaña electoral.  Olvidándonos por completo de la exigible neutralidad, pedíamos decididamente el voto por el Partido Bibliotecario Progresista por la Cultura







No precisamos de mítines, ni debates, los mejores argumentos de nuestro programa electoral se encuentran, sea o no sea tiempo de campaña, en nuestras estanterías. A la hora de defender la cultura,  no sobran las palabras, todo lo contrario: las bibliotecas deben alzar fuerte y clara la voz, nos va en ello la vida. Por ello, resultaba inevitable que abogásemos por ser una Biblioteca sin mordaza.

En tiempos de jaurías digitales, las instituciones nos la jugamos cada día en las redes, saltamos como todos sin red. Siempre habrá alguien dispuesto a molestarse por algo que publiques (por inocuo que te parezca), a criticar lo que programas u organizas; pero son las reglas del juego, de la lectura y la escritura en 5,5 pulgadas: las aceptas o dejas de existir en la esfera digital. Pero por ganas que den a veces de decir aquello de "que paren Internet que me bajo", nunca es en serio, las bibliotecas tenemos que estar en cuantos más sitios (digitales o no) mejor.




Emulando al druida Panorámix, jugamos a aprendices de mago buscando la poción mágica que inocule la lectura entre nuestros paisanos. Queríamos desterrar al feo color gris que pinta a la Región de Murcia en el mapa que sobre los hábitos de lectura, publica la Federación del Gremio de Editores, y que indica un porcentaje tan pobre de lectores habituales en Murcia. Por eso nos preguntábamos el porqué, y si acaso en las bibliotecas murcianas vivimos en otra realidad paralela. Y precisamente por esos resultados, y con más moral que el Alcoyano, nos lanzamos con más ganas a festejar el Día Internacional del Libro.
Al día siguiente nos levantamos resacosos, pero mereció la pena.




viernes, 29 de mayo de 2015

Groupie literaria

Patti Smith tras el objetivo

The Elephant house, el cementerio de Greyfriars o el callejón Knockturn son algunos de los lugares de Edimburgo que los fanáticos de la saga Harry Potter, visitan en masa para conocer los escenarios que, según se cuenta, inspiraron a J.K. Rowling para crear la obra que la convertiría en millonaria.

En el caso de las estrellas del rock está más extendida esa fascinación que lleva a los fans a viajar hasta lugares míticos (ahí están Graceland, Neverland o The Cavern club, como lugares santificados respectivamente por Elvis Presley, Michael Jackson o The Beatles, y reconvertidos en lucrativos negocios); pero en el caso de la literatura, salvo excepciones, no es tan abrumador este fenómeno de fans viajeros.

Una pena, porque para aprovechar bien un viaje, no hay  nada como tener referencias literarias. Series como Sexo en Nueva York, han sido las culpables de muchos viajes a la Gran Manzana. Pero viajar a un lugar y rastrear los ecos literarios que tenemos del mismo, puede resultar una experiencia mucho más enriquecedora, que hacerlo siguiéndole la pista a una serie o película. En el caso de la literatura, contrastamos lo que vemos con lo que creó nuestra imaginación, y ese contraste, pese a posibles decepciones: suele resultar más íntimo y sugerente.

Objetos personales de Rimbaud

Cama y escritorio de Virginia Woolf

E íntimas y sugerentes son las fotografías que la gran Patti Smith fue recopilando a lo largo de sus viajes literarios. Decidida a dedicarse a la poesía, como cuenta en sus memorias, Smith de joven peregrinó a Francia siguiendo la huella de su adorado Rimbaud, a Inglaterra rastreando la intimidad de Virginia Woolf, o William Blake. Sus polaroids dan testimonio de su amor hacia estos creadores a través de objetos cotidianos, o de los lugares que habitaron. Desde unos cubiertos de Rimbaud, a la cama y escritorio de Woolf, un pañuelo de William S. Burroughs o unas pantuflas de su amado Robert Mapplethorpe.


Tumba del escultor Brancusi, y zapatillas de Mappelthorpe

Fotografías que han sido objeto de alguna que otra exposición, y que nos permiten asomarnos al mundo creativo de una creadora única. Y es que todo creador antes que artista, ha sido fan; y para sus fans no hay nada más preciado, que descubrir cuáles son sus referentes. Precisamente, la propia Smith fue protagonista de una anécdota relacionada tangencialmente con nuestra biblioteca, que viene a cuento desvelar aquí.

Uno de los técnicos de esta casa, llevaba unas semanas enfrascado en el estupendo libro autobiográfico
de Patti Smith: Éramos unos niños. Una noche de sábado acudió a cenar al desaparecido restaurante de la capital murciana, La Buchara, y allí, de improviso, vivió un auténtico momento fan cuando al entrar en el comedor: se topó de bruces con la mismísima Patti Smith, que participaba ese año en el festival SOS 4.8.

Su timidez, y ese complejo tan nuestro de lanzarse cuando se trata de demostrar el inglés que aprendimos, le llevaron a ocupar su mesa sin decirle ni mú. Al menos, eso sí: envió una botella de vino como obsequio a su mesa, que la artista agradeció con una cumplida nota.  

En este caso, a nuestro compañero no le hizo falta cruzar el océano para deambular por el hotel Chelsea o Brooklyn rastreando las huellas de esa escena underground y contracultural  sobre las que escribía la madrina del punk. Directamente se encontró compartiendo comedor con la leyenda de la música, protagonista del libro que lo tenía enganchado.

Este post sin vídeo musical que lo clausure, tendría poco sentido. Y en nuestro empeño de no ser obvios estábamos dudando entre algunos de los clásicos de Patti Smith, o algún tema popularizado por Joselito.

No, no es que nuestra tendencia por epatar se nos esté yendo de madre, es que si uno de los referentes de Smith era el poeta Rimbaud, da la casualidad que esta semana ha llegado a nuestra Comicteca: el fantástico cómic biográfico dedicado a la vida y milagros del niño prodigio. La comparativa que el autor establece entre el poeta francés y el pequeño ruiseñor, es una de las relaciones más divertidas e interesantes que hemos visto en muuucho tiempo.


Así pues, puede que nos guste provocar, y que en un post dedicado a la madrina del punk, no cabría nada más punki que una canción de Joselito. Pero como la polución sonora en los años en que triunfó el pequeño ruiseñor, y la actual, difieren mucho: por el bien de nuestros tímpanos, vamos a ser conservadores, y optar por la Smith. People have the power (La gente tiene el poder). No entendemos como a ningún partido se le ocurrió elegirla para la última campaña electoral.


miércoles, 27 de mayo de 2015

La crema facial de Agatha Christie


Que los años 20 y 30 son fuente de inspiración Pasarela BRMU/Carmen Ramil mediante, no es ningún secreto (lo dicen hasta en la televisión), así que no resulta nada misterioso que arranquemos este post con una noticia relacionada con la autora más famosa de los años 20 (y posteriores) de intrigas y misterios varios.

Algunos de los títulos de Agatha Christie (en sus versiones cinematográficas) forman parte de la selección de esta Pasarela. No podía ser de otra manera, parte del imaginario en torno a aquellos años, tiene un filón en la abundante obra de la escritora inglesa. Su misteriosa desaparición en 1926, ayudó a crear esa aureola que terminó de definir a un personaje único, cuya biografía resulta más interesante en algunos aspectos, que muchas de sus repetitivas tramas detectivescas.


Christie y Houellebecq: dos escritores
que han hecho de la desaparición un arte


Y en esa biografía se contabilizan, aparte de anécdotas tan exóticas como ser una de las primeras mujeres en practicar el surf: dos matrimonios, el segundo de ellos con el arqueólogo Max Mallowan. A raíz de este segundo matrimonio, Christie incrementó su interés por la arqueología; actividad en la que colaboraba con su marido durante los meses de otoño, en excavaciones de Siria e Irak.

Precisamente este agosto se reedita un libro biográfico de Christie, en el que relata muchos de sus viajes por estas tierras durante la década de los 30, cuyo patrimonio hoy día se encuentra bajo la amenaza del Estado Islámico.

En Come, tell me how you live (Vamos, cuéntame cómo vives) la escritora que tanto recurrió a lugares exóticos para ambientar algunas de sus tramas, expresa la fascinación que sintió al llegar a la mítica ciudad de Palmira; esa misma que mantiene al mundo en vilo estos días ante la amenaza que supone el que haya sido invadida por los fanáticos islamistas.

Agatha en una de las excavaciones en Siria

De momento, a tenor de un vídeo difundido por el propio Estado Islámico, parece que los restos de la antigua ciudad siguen en pie (la mayor parte del patrimonio fue trasladada por el gobierno sirio antes de la invasión), pero la amenaza sigue en pie.


Noticias que se superponen con la reciente revelación de la biblioteca personal de Osama Bin Laden. El gobierno estadounidense ha desvelado parte del material incautado en el escondite del famoso terrorista. Como era de esperar sus aficiones lectoras iban encaminadas principalmente a “libros profesionales”: desde las estrategias militares de los Estados Unidos, a textos sobre teorías conspirativas o económicas, pasando por dos de los títulos que Noam Chomsky dedicó a criticar con dureza la política exterior norteamericana en América Latina.

Una selección de títulos para una biblioteca que nada tiene que ver con las recomendaciones que nosotros proponíamos en su día para lo que sería una biblioteca terrorista en positivo. Una vez más, queda claro que leer no siempre es bueno.

No sabemos aún si el cómic dedicado a la vida de Agatha Christie incluirá sus periplos arqueológicos por Siria e Irak (y su divertida anécdota sobre lo buena que resultaba su crema facial a la hora de limpiar los hallazgos arqueológicos de su marido), pero en breve podremos comprobarlo, ya que se incluye entre las novedades que próximamente llegarán a nuestra Comicteca, junto con el también deseado cómic de El atentado.

De la visión idílica y aventurera de la dama del misterio sobre el mundo árabe de principios del siglo XX, a la descarnada realidad de esos mismos países un siglo después.

La adaptación al cómic de la celebrada novela de Yasmina Khadra en la que se relata la toma de conciencia política de un médico palestino que vive en Israel, es una de los títulos más prometedores de esta temporada. De la evasión que nos brinda Agatha Christie y su interesante vida, a la realidad más cruda del mundo árabe narrada del modo más apasionante. Dos buenas razones para incluirlos en la lista de lecturas para este verano.


lunes, 25 de mayo de 2015

De sinestesias varias

Ensalada del chef Charles Michel según la pintura 201 del "sinestésico"
pintor Wassily Kadinsky. Según sus comensales sabía mucho mejor.



Será porque cada vez todo es más permeable, porque todo influye en todo, que la sinestesia ha pasado de ser una alteración de los sentidos, al sexto sentido que todos deberíamos poseer para manejarnos por el siglo XXI.

Al menos en este blog es norma imprescindible en su inexistente manual de estilo, el rastrear cualquier relación posible entre los asuntos más peregrinos, como una manera de estimular sensaciones, y sobre todo pensamientos. Por ello, lo que ofrece la web Musicinamages nos parece algo de lo más habitual por estos pagos blogueros-bibliotecarios. Puedes subir una imagen a dicha web, y un algoritmo recoge las formas y colores de la imagen, y genera una melodía que pueda irle bien. Escépticos ante esta mecanización algorítmica de  las emociones, hemos acudido a la web en cuestión.




La imagen elegida para subir, y así comprobar “cómo suena” ha sido un cuadro clásico: La masacre de los inocentes de Rubens. La representación pictórica del famoso episodio bíblico en el que Herodes ordena asesinar a todos los recién nacidos en Belén, está lógicamente cargado de dramatismo, escena truculenta donde las haya, que sólo la belleza y armonía de la pintura clásica flamenca (junto con la distancia histórica del supuesto hecho) nos puede permitir disfrutar.

Pues bien, la banda sonora que la mencionada web ha puesto al cuadro no es que haga excesivas distinciones entre el tremebundo cuadro de Rubens y los alegres girasoles de Van Gogh. Y es que ya dijimos que esto de los algoritmos aplicados a asuntos como el éxito literario, o el amor, no nos terminaba de convencer.



No resulta mucho más interesante a niveles sinestésicos, lo que hizo el museo del Prado, ofreciendo cuadros en relieve para que los invidentes pudieran “leer” grandes pinturas de la pinacoteca. O yendo un paso más allá, la creación llevada a cabo por parte del artista Matt Collishaw gracias a la tecnología de las impresosas 3-D.

En las bibliotecas los Estados Unidos, los fab lab (o espacios para emprendedores que se habilitan en las bibliotecas) tienen en las susodichas impresoras 3-D una de sus mejores bazas. Disponer de este tipo de equipamiento, y permitir que los ciudadanos puedan utilizarlo para fabricar prototipos y así vender sus proyectos de negocios, es una de las vías a través de las cuales las bibliotecas estadounidenses están demostrando su aportación práctica a las empresas.

Pues bien, el siguiente vídeo es la aplicación de estas impresoras al cuadro de Rubens por parte del artista Matt Collishaw, que unido a la animación stop-motion de Sebastián Burdon, proporciona una experiencia mucho más impactante que la de la música añadida de Musicinamages:



 Y por ese relacionar continuo en el que nos movemos, otro ejemplo reciente del uso de las impresoras 3-D ha sido los diseños de zapatos diseñados por grandes arquitectos. El abaratamiento de esta tecnología va a ser clave en los próximos años, y las bibliotecas que podamos ofrecer este servicio, demostraremos, una vez más, nuestra capacidad de modernización. De momento, sin tecnología 3-D mediante, en la Biblioteca Regional también tenemos zapatos, pero zapatos pintados a mano por Carmen Ramil, y que han venido a enriquecer nuestra Pasarela BRMU.

No es por despreciar, pero nos quedamos con los zapatos pintados a mano
por Carmen Ramil antes que con los fabricados por una impresora


La coda final en este cruce de sensaciones va a venir de nuevo de mano de la pintura, en este caso animada, y con el sonido más irreverente posible, el de la pedorreta. Ya lo pusimos en el post De la belleza y la risa, pero no nos resistimos a recuperar un fragmento de este vídeo en el que las apariencias engañan, y el resultado final de unos delicados besos se transforma sinestésicamente en un cosquilleo de simple y sano cachondeo.


jueves, 21 de mayo de 2015

La Murcia de cada uno

La Murcia de aires cubistas de Carpe

Una de las mayores aspiraciones de los verdaderos viajeros, (no de los que sólo hacen turismo parapetados tras el objetivo de una cámara) es llegar a recrear el espejismo, aunque sea por un segundo, de pertenecer al lugar destino de su viaje.

"Porque allá donde voy me llaman el extranjero, donde quiera que estoy el extranjero me siento. También extraño en mi tierra, aunque la quiera de verdad. Pero mi corazón me aconseja, los nacionalismos que miedo me dan" que decía la canción.

Tras la inflación de programas de televisión sobre compatriotas en el extranjero, y viceversa, de extranjeros en nuestro país: lo que queda claro es el interés que siempre despierta la mirada que los demás arrojan sobre nosotros.

Caer en los estereotipos cuando se habla sin conocer de primera mano una tierra extranjera, es un ejercicio de pereza mental en el que todos incurrimos alguna vez.

Un clásico en los expositores de postales de los bazares de Benidorm (ciudad internacional donde las haya) resume bien el rosario de tópicos con el que muchas veces nos movemos:

El cielo es donde los policías son ingleses, los mecánicos son alemanes, los cocineros son españoles, los amantes son italianos, y todo está organizado por los suizos.

El infierno es donde los policías son alemanes, los mecánicos son españoles, los cocineros son ingleses, los amantes son suizos,y todo está organizado por los italianos.

La mayor declaración de amor que se puede hacer en Murcia,
siempre que sea sin aire acondicionado

Pero mientras aguardamos a que las generaciones Erasmus tomen las riendas en sus respectivos países, y así se compruebe si realmente ha cambiado la mentalidad de los europeos sobre sus vecinos: vamos a centrarnos en algo más inmediato y cercano.

La Murcia siniestra de Magius
Murcias hay muchas. Pese a la imagen monolítica que puedan arrojar los tópicos en torno a Murcia y a los murcianos (de la que ya hablamos en Murciano total), afortunadamente cada uno tiene su mirada, y cada vez, hay más Murcias dentro de Murcia.

Y no sólo por las escenas alternativas, las iniciativas privadas en torno a la cultura y los colectivos ciudadanos autónomos, que van surgiendo aquí y allá. Durante los últimos años, el cambio de población a través de la inmigración, ha sumado a las miradas inevitablemente subjetivas de los nacidos en Murcia, miles de miradas foráneas.

Es el caso del ruso Sergio Goncharoff y su pareja, que se presenta bajo el nombre de Luz Casal (no sabemos si por ser fan de la cantante). Instalados en la ciudad de Murcia desde 2007, su afición por la fotografía y el vídeo les llevó a montar una empresa de producciones audiovisuales para acontecimientos. Pero más allá de sus trabajos audiovisuales por encargo, elaboran vídeos sobre su tierra de adopción por el puro placer de mostrar lo que les gusta de ella. Su proyecto sobre el Entierro de la Sardina, #SardinaRec, dejaba claro lo marciano que un festejo de estas características debe resultar para la mirada rusa.

Pero su vídeo sobre el Puente Viejo, con el recitado con acento ruso de un poema del escritor panochista por excelencia, Frutos Baeza: es uno de esos documentos que expresan mejor que cualquier estadística, el multiculturalismo que ha venido para quedarse y conformar la Murcia del siglo XXI:





Miradas de extranjero que la hacen suya, y miradas de autóctonos. Oriundos como Magius (que sostiene que nació, vivirá y morirá en Murcia), seudónimo bajo el que se camufla Diego Corbalán, ganador del certamen Creajoven de cómics de 2010, que también firma bajo el seudónimo Yo perro. Este murciano que tanto exhibe sus raíces, ha publicado a nivel nacional, a través de la editorial Entrecómics: la visión más vitriólica y corrosiva que se recuerda en mucho tiempo de la ciudad del Segura. Su título es sumamente explicativo en su brevedad: Murcia.

Comix underground, bizarro donde los haya, con algunos de sus diálogos en panocho, no apto para todos los gustos, y sobre el que incluso se está rodando una versión cinematográfica; que se sitúa en el otro extremo de las posibles visiones que habitan nuestra tierra.

Y en medio de todo, la Biblioteca Regional, como refugio seguro para preservar la mirada más caleidoscópica posible de todo cuanto nos rodea.




martes, 19 de mayo de 2015

Biblioteca frívola



A rebufo de nuestra Pasarela BRMU/Carmen Ramil y su evocación de los denominados locos años 20 (y 30) del siglo XX, surge este post que reivindica la frivolidad como un logro de la civilización frente a la condescendencia con que se le suele considerar.

El cliché quiere que la primera imagen que nos asalte cuando pensamos en la década de los veinte, sea la de las flappers bailando charlestón o claqué a menos de 20 fotogramas por minuto. Y ese aceleramiento se adecua a la perfección, al vertiginoso ritmo que fue adquiriendo el siglo XX a partir de ese período de entreguerras. Esa frivolidad, tan denostada en ocasiones, fue la expresión más clara del ansía de supervivencia ante las tragedias que la precedieron y la clausuraron. Fue una explosión de creatividad, un logro cultural para Occidente.

Un síntoma de que una cultura ha alcanzado cierto grado de sofisticación intelectual, es el hecho de que pueda permitirse cultivar la frivolidad. La pregunta sería, ¿a partir de cuándo la dosis de frivolidad aconsejable se excede y tiene efectos secundarios?

En Sonrisa de bibliotecario ya hablábamos de esa "dulcificación" que se está aplicando a las antaño más formales ofertas culturales de las bibliotecas. La gamificación que todo lo invade. Convertir en juego nuestras actividades, no sólo para menores, si no para todo tipo de público, como una manera de resultar más atractivos.

¿Qué son al fin y al cabo nuestras acciones artístico-bibliotecarias sino el ofrecer lo que ya ofrecíamos vestido con ropajes llamativos? Hogares vintage, salones de belleza africanos o escaparates de moda para ofrecer nuestros fondos de manera más atractiva. ¿Estamos frivolizando nuestras propuestas o aprendiendo a vendernos mejor? Cada uno sacará su conclusión, lo que está claro es que el concepto de biblioteca, sigue asociándose a una cierta idea de respetabilidad.

Por ejemplo, precisamente desde el mundo de la moda se han apropiado de la idea sobre la que nos constituimos las bibliotecas para crear las denominadas fashion libraries (bibliotecas de la moda). No,  no se trata de bibliotecas cuyas colecciones estén especializadas en moda, sino de locales que requieren poseer un carné de usuario para tomar en préstamo a domicilio ropa. Pagando una cuota mensual (de 15 a 35 euros) se pueden retirar en préstamo de 3 a 4 prendas por semana. ¿Tendrán también política de sanciones?


Ropateca, la primera fashion library en Barcelona

Pilar Jurado, la soprano encargada de 
promocionar la ópera en el programa Sálvame
Pero volviendo a saber venderse sorteando los peligros de la frivolidad. Con motivo de la recién
celebrada Semana de la Ópera, se sucedieron diversas representaciones de famosas obras clásicas en espacios públicos de la capital madrileña, organizadas desde el Teatro Real. Eventos cuya celebración se podía prever, pero lo que resultó más sorprendente es que el medio televisivo que se volcó en festejar y promocionar dicha celebración en colaboración con el Teatro Real, fuera el grupo Mediaset.

El, merecido o no (cada uno que piense lo que quiera) eslogan-broma que corría por la red de "cada vez que pones Telecinco, se suicida un libro": daba una idea de la reputación que muchos asocian a la oferta televisiva del grupo mediático en cuestión. Por eso que el género elitista por excelencia como es la ópera, se haya aliado para su promoción con una cadena cuya programación, se basa en realities y programas sensacionalistas, da una idea de cómo las ya debilitadas barreras entre la alta cultura y la cultura popular, se desmoronan cada vez más.

En los años veinte de los que antes hablábamos, la actriz Clara Bow con la película It, puso de moda lo que ahora tanto se dice de las it-girls. Ese  it (ello en inglés) hacía referencia a ese algo especial (en palabras de la escritora Dorothy Parker) que hacía que Bow fuera atractiva tanto para hombres como para mujeres.

Y las bibliotecas en el siglo XXI también están en su derecho de querer ser it-libraries. Bibliotecas con ese algo especial que las haga merecedoras de premios como los que otorgan en los Estados Unidos: los Premios Nacionales para Museos y Servicios Bibliotecarios.

Ahora la cuestión está en conseguir ese it, sin banalizarnos, sin perder por el camino el prestigio ganado a pulso durante tantos años. Y mientras vemos dónde está el punto medio, cerraremos con un chica que claramente tiene ese it.

Héloïse Letissier, la cantante que se presenta bajo el nombre de Christina and the Queens, que ha arrasado en Francia con su disco debut, y que ahora llega a nuestro país, consigue ese difícil equilibrio entre resultar interesante y a la vez comercial. Precisamente incluye un tema en su disco bajo el título de It, así que nada mejor que un vídeo suyo para cerrar estas divagaciones en torno a la necesaria, o no, frivolidad de las bibliotecas.


martes, 12 de mayo de 2015

Pasarela BRMU: Carmen Ramil



"Una noción de que un periodo de tiempo diferente, es mejor que el que estamos viviendo. Es una falla en la imaginación romántica de esas personas, que encuentran difícil lidiar con el presente."

El protagonista de la deliciosa comedia de Woody Allen, Medianoche en París (2011), pronuncia esta reflexión una vez asume que su deseo de vivir en otra época, no es más que una excusa para huir del presente. Y esa huída, bien es sabido, nunca lleva a ninguna parte.





La nostalgia por un tiempo no vivido puede llegar a ensimismarnos, a engañarnos, haciéndonos desear un mundo que, en realidad, nunca existió. En cambio, inspirarse en el pasado para rescatar lo que de bueno tuvo, lo positivo y bello que merece la pena conservar, y así enriquecer nuestro presente, sólo puede significar evolución.

La encargada de clausurar nuestra Pasarela BRMU es Carmen Ramil. Sus diseños de accesorios y prendas reinterpretadas según los cánones de los años 20 y 30 del siglo XX, nos invitan a progresar. A recoger el testigo de un estilo inconfundible, y a proyectarlo en el tiempo que estamos viviendo.

En su atelier no se evoca al pasado, se le hace presente. Cada vez que Ramil rescata una prenda antigua, y la reinterpreta con ilustraciones que remiten a la estética de aquellos años, nos está hablando en realidad de futuro. Del futuro en el que soñaban los contemporáneos de aquel convulso momento histórico, y que ahora nosotros representamos, en un tiempo, que guarda no pocas similitudes con aquel.





El conocido como período de entreguerras, fue un tiempo de inflexión estética y social que definiría al mundo venidero; y la selección de novelas, películas, cómics o música que forman parte de esta Pasarela BRMU/Carmen Ramil dan buena cuenta de ello.

Desde el París de las vanguardias al noctámbulo Berlín, del Madrid de la sicalipsis al violento Chicago; de los gánsteres a las flappers, de los cabarés a los salones art decó, de las buhardillas a los clubes de jazz. Toda una selección de lujo de cara al verano, para recrearnos en una época cuyo encanto no caduca.



La necesaria frivolidad de aquellos años, fue un logro para Occidente tras muchos siglos de avances; y gracias a las creaciones de Carmen Ramil, ahora podemos mirarnos en la alegría y la osadía de nuestros antepasados, para encarar con el mejor ánimo posible este cambio de época que estamos viviendo.

Ropa ilustrada para clausurar nuestra Pasarela BRMU 2014-15, no cabía mejor concepto para lo que hemos pretendido con esta cuarta acción artístico-bibliotecaria. Evidenciar las conexiones entre moda, literatura, pensamiento, cine, música o cómics; y así demostrar que cualquier disciplina creativa tiene sentido en una biblioteca del siglo XXI.



Boceto de Carmen Ramil para Pasarela BRMU



Agradecimiento: a Fina Hermosilla por su generosidad, sin su ayuda esta Pasarela BRMU/Carmen Ramil habría sido imposible de llevar a cabo.

viernes, 8 de mayo de 2015

Campaña electoral BRMU


Si en el post previo mostrábamos a bibliotecarios haciendo vídeos musicales, en este post va a ser al revés: músicos haciendo vídeos en la biblioteca. Concretamente en la Biblioteca Regional de Murcia.

Que la escena musical murciana está viviendo una época desconocida, en cuanto a grupos con repercusión a nivel nacional, es algo sobre lo que hablamos en Murciano total. Tanto es así, que la denominación de origen murciana, parece estar ganando reputación fuera de nuestras fronteras en el panorama español. Y una de esas propuestas musicales, es la de Carlos Vudú y el Clan Jukebox, que para su último lanzamiento han rodado un vídeo, en el que una de sus localizaciones es, ni más ni menos, que nuestra querida Biblioteca Regional.



Gigantes, así se titula el último trabajo del músico murciano Carlos Vudú junto con el Clan Jukebox: y tanto por letra como por música nos vendría de perlas como sintonía para la campaña electoral de nuestro Partido Bibliotecario Progresista por la Cultura. "Habrá que ser gigantes, brillantes y elegantes". Eso sí, antes pediríamos permiso, no vayamos a tener problemas de ningún tipo.


lunes, 4 de mayo de 2015

¿Qué hacen los bibliotecarios cuando cierran la biblioteca?

Hasta el creador del Gangnam style hizo de la Biblioteca de Seúl,
un escenario para uno de sus vídeos



Se llevan haciendo un tiempo en las bibliotecas de todo el mundo, pero hasta el momento no se había hecho nunca en la Red de Bibliotecas Públicas de la Región de Murcia. Han tenido que ser nuestros inquietos compañeros de la Biblioteca Río Segura, los que hayan lanzado el primer flashmob en una biblioteca murciana con ocasión del reciente Día del Libro.

El éxito de estos flashmob en bibliotecas está más que justificado. Se trata de una trasgresión inocente y festiva de la norma sacrosanta del silencio en nuestras salas. Una manera inocua de darle salida a las ganas de gritar que a veces nos entran a los bibliotecarios; y que como ya dijimos en AAAAAAAHHHHHH!!!! SSSSSHHHHHH!!!!!!, el DSM (ya saben el manual de los trastornos mentales) debería  recoger ya mismo como patología profesional diagnosticable.

La bonita biblioteca californiana de Orange
Pero con motivo del Día del Libro, son muchas las celebraciones en forma de vídeos que van brotando por las redes; y algunas francamente indiscretas. Como la que llevaron a cabo nuestros colegas norteamericanos de la Orange Public Library en California (llamándose Biblioteca Pública Naranja es normal que sean tan chispeantes).

Imagen del vídeo original de Uptown funk

El popular tema de Mark Ronson con Bruno Mars, Uptown funk se convierte en Unread book (Libro no leído), y con la letra convenientemente modificada (el "no me creas, sólo mira" del estribillo se convierte así en un "no me creas, sólo lee"), les ha servido para mostrar al mundo uno de los secretos mejor guardados de la profesión: lo que hacemos los bibliotecarios una vez se cierran las puertas de nuestros centros. Decididamente, alguien debería parar esta escalada de indiscreciones sobre nuestra profesión, antes de que nuestra bien ganada fama de muermos quede en entredicho para siempre.