lunes, 29 de febrero de 2016

puZle 2016 [enero]

Rómpete la cabeza pinchando en las letras verdes


Por no seguir mareando después de tres años de centrifugados, este 2016 vamos a afrontarlo rompiéndonos la cabeza para seguir intentando encontrarle un sentido a lo que cada mes da de sí este blog.

No es la primera vez que en publicaciones sobre neurología se ensalzan los beneficios, tanto para niños como para adultos: de la lectura, la escritura y los juegos tipo rompecabezas, para mantenerse activo mentalmente, y prevenir enfermedades como el Alhzeimer. Así pues, no necesitamos excusa alguna para desterrar a los centrifugados, y empezar una esquina de lo que será la imagen final de este 2016.

El primer mes del bisiesto 2016 no nos lo pone muy fácil; no tiene muchas piezas, pero va a costar un poco encajarlas. La primera pieza era de tonos oscuros, de esas de difícil ubicación, porque siempre se hace arduo encajar que un espacio cultural cierre sus puertas. La súbita desaparición de Espacio Pático nos llevó a una reivindicación de los espacios urbanos de nuestra ciudad (y por extensión de todas las ciudades que amemos) como parte de la historia sentimental de cada uno.



Y como las malas noticias nunca vienen solas, tan sólo tres días después: otra desaparición nos sacudía nada más abrir los ojos. David Bowie, uno de las figuras que más hemos glosado y reverenciado en este blog, se iba definitivamente a su planeta dejándonos huérfanos de su inmenso talento. Lo único positivo, más allá de su obra, es su capacidad para inspirar a los demás. La tristeza por su muerte nos sirvió para reivindicar a la lectura y a las bibliotecas aún con más fundamento en Bibliotecarios con apetito sexual, bibliotecas camaleónicas.


Y encadenando pieza con pieza llegamos a encontrarle algún sentido a las reacciones tan extrañas que tiene la gente en las redes sociales, ante hechos como la muerte de una celebridad. No llegó a estudio sociológico, pero la pieza que correspondería al post sobre el pudor de las efemérides nos dio mucho juego, y hasta sirvió para homenajear a la que posiblemente sea la peor cantante de ópera del mundo.

La pieza incómoda, la que no encaja, la que les da mil vueltas sin saber muy bien donde ponerla: no porque no tenga su sitio, sino porque obliga a pararnos un poco y replantearnos las cosas vino con: No es biblioteca para viejos. Con ella reivindicamos el lugar que se merecen tanto nuestros mayores, como nuestros pequeños: sin dejarnos llevar por el ritmo estresante al que quieren someternos los tiempos.


La última pieza del puzle de enero nos llevaba de viaje en un tren bala al encefalograma plano: elegir la estación en la que bajarse antes de llegar a tan indesable destino, sólo dependía del interés por la cultura de cada uno.

Nosotros, a finales de marzo, volveremos a intentar recomponer las piezas de lo que haya acontecido en febrero: a ver si poco a poco, de tanto rompernos la cabeza, encontramos nuevas visiones, nuevas perspectiva que vayan dando sentido a nuestro relato.Aunque sabemos a ciencia cierta, que el único que puede darle sentido, eres tú lector.


viernes, 19 de febrero de 2016

Arte y Cómic por el camino de en medio

El brillante cómic mudo sobre el mundo del arte White cube.
En esta página, obligado a elegir entre cómix o arte: el
personaje se enfada, y toma el camino de en medio



Con la Comicteca que tenemos en la BRMU, deseandico estamos (es pensar en ir a la capital, y nos sale la vena Paco Martínez Soria) de comprar un billete para viajar a Madrid, y no perdernos la exposición que la Fundación Telefónica tiene prevista hasta mayo.

Los Vengadores en el París
de Toulouse-Lautrec
El Arte en el cómic, robando una expresión que se ha extendido en la música moderna, es una exposición de covers ilustrados. Es decir, versiones que autores de cómic han hecho de grandes obras de la pintura. Lo que no entendemos mucho es la razón por la cual la han titulado poniendo la A de arte en mayúscula, y la C de cómic en minúscula.

Nuestra invitada estelar en la Brújula para tebeos. Terapias de choque desde la Comicteca (disponible en la web de nuestra Comicteca, que acabamos de actualizar con enlaces a documentos de interés para quien quiera saber más sobre esta sección) la artista pop Alaska, no estaría para nada de acuerdo. Según escribía en su colaboración:

"Una historia contada en viñetas requiere las mismas dosis de talento que otra narrada en renglones seguidos. Autores como Alan Moore no sólo merecen figurar entre los grandes narradores del comic, sino tener su sitio entre los mejores escritores contemporáneos. Y los artistas que ilustran el guión no lo son menos que los que cuelgan su obra en las galerías de arte."

El pintor Luis Gordillo, que también fue otra de nuestras estrellas en dicha Brújula; y al que nadie podría discutirle su autoridad en estos asuntos, nos apostillaba para completar la reflexión:

"El comic ha estado presente en la cultura y especialmente en las artes plásticas del siglo XX y desde hace unos años adquiere unas dimensiones, impensadas en otros tiempos, de diversidad, complejidad, compromiso y belleza."

El cruce menino entre Ibáñez y Velázquez


"Ángel avisando a Jesús que su madre
viene de visita en plena resaca"
El Hematocrítico riéndose a cuenta 
de Philippe de Champaigne

Pero no vamos a entrar en disquisiciones de qué es alta cultura, y qué baja cultura. Es algo tan siglo XX, que no merece darle muchas vueltas (pero esa A mayúscula, y esa c minúscula se nos siguen clavando: no pretendemos equiparar nada, es simplemente que no hace falta mirar por encima del hombro, cuando se trata de cruzar universos creativos).

En fin, a lo que íbamos: brillantes dibujantes de cómics como Milo Manara, Enki Bilal, Bernard Yslaire, Santiago García, nuestra murciana Ana Galvañ (que también fue protagonista de la Brújula 2010), Paco Roca, Juan Díaz Canales, y muchos nombres más de primera fila: reinterpretan pinturas clásicas, estableciendo un diálogo que tiene sus antecedentes en el mismísimo Louvre de París; que lleva desde 2005 publicando una colección de cómics (por supuesto disponibles en nuestra Comicteca) en el que el propio museo y sus fondos forman parte de las historias.

Los irreductibles galos guiando al pueblo


"Ángel robándole la cartera a
una monja durmiendo" 
Francesco Vanni

En España, la entrada por la puerta grande (no por la de detrás como habría sido en otras épocas) del cómic a los museos fue en el 2014, con la colaboración de Miguel Ángel Martín con el Thyssen-Bornemisza a cuenta de su exposición Mitos del Pop. Aunque antes fue la irrupción de Max en la Feria de Arte contemporáneo de Arco 2013.

Confiemos en que sea el principio de una bonita amistad entre los museos y el cómic. En la BRMU exactamente con esa frase y la consabida foto del final de Casablanca, el colectivo Ilustra de Murcia (que aglutina a algunos de los más brillantes creadores de nuestra Región) celebraba la noticia de que acaban de fijar su residencia artística en la Biblioteca.

Era su lugar idóneo, ni siquiera sabemos cómo han tardado tanto en venirse a vivir junto a la Comicteca. Esperemos que sea el arranque de prometedores proyectos, y que nuestro sueño de que la Comicteca sea el semillero de nuevas vocaciones, se vea más reforzado que nunca.




Volviendo a lo de cómic y arte, tenemos un libro que es referente (como todos los de Luis Gasca a la hora de hablar de cómics): La pintura en el cómic.

Un lucido y lúcido ensayo sobre las relaciones entre cómic y pintura creado al alimón entre el citado Luis Gasca y Asier Mensudo (no por casualidad, el comisario de la exposición de la Fundación Telefónica, es precisamente Asier Mensudo).


La balsa de la Medusa en versión de El Víbora


"El Obispo fax"
Cuadro de Vallejo Cósida

Ya desde otro punto de vista más informal, bueno algo más que informal: de auténtico y abierto cachondeo a la hora de abordar el arte, estarían los dos tomos que tenemos en la Comicteca recopilando las publicaciones que ha ido diseminando desde hace años por esos mundos de Internet: el Hematocrítico del Arte. Un afable profesor de educación infantil de Cantabria, que tras su jornada laboral se transforma cual superhéroe (o supervillano según se mire), para ofrecer algunas de las perlas más divertidas a cuenta del arte, cine, televisión o lo que se tercie. De su prolífica coña marinera a cuenta del arte clásico, hemos elegido unos escasos ejemplos con los que acompañar este texto.

Y por cerrar este post con forma de viñeta, recurrimos a otra derivación del dibujo y la ilustración: los dibujos animados. En este genial fragmento de un episodio de Looney Tunes: el Pato Lucas, Bugs Bunny y el irascible Elmer, nos dan toda una lección de arte en pleno museo del Louvre. Podría servir de resumen perfecto de esa relajación en los academicismos acartonados que puede suponer la irrupción del cómic en los museos.



martes, 16 de febrero de 2016

Biblioteca Tudmiria



Con el post La Murcia de cada uno, tomábamos el pulso a las múltiples fragmentaciones que la idea de Murcia está adquiriendo en los últimos años. Ya no vale una única idea de Murcia (algo por otra parte que nunca ha existido),  ahora hay tantas visiones sobre Murcia como nuevos murcianos dan color a nuestras calles.

Lapislázuli, el primer vino con
denominacion de origen tudmiria
Mirando más allá del acho y de las cuatro gracietas con las que el estereotipo reduce a "la ciudad del sucio río", como describía el juego del Trivial a la capital del Segura (¿lo habrán cambiado ya?): si algo caracteriza al murciano es la falta de chovinismo. Algo a alabar en estos tiempos de exaltación de lo tribal, pero que tiene su contrapartida en un cierto desapego a nuestro patrimonio que ningún bien hace a nuestra tierra. El diseñador Adolfo Domínguez declaró hace años que le horrorizaría vivir en ciudades como Alicante o Murcia porque habían destrozado gran parte de su patrimonio arquitectónico empujadas por el desarrollismo de la década de los 70.

Razón no le faltaba, sólo hay que viajar por regiones limítrofes para encontrar un mayor cuidado en respetar lo propio; en los pueblecitos andaluces, basta un poco de cal y unas macetas con geranios para que la idiosincrasia local se preserve de alguna forma. En cambio, en Murcia, la huerta ha languidecido durante lustros, sin que se haya remediado la pérdida de cultivos autóctonos, o respetado un poco la sencillez de las construcciones típicas.

La postiza una puerta abierta al arte en la huerta


Afortunadamente algo ha ido cambiando, nuevas generaciones están rebuscando en la memoria de los abuelos y rescatando sus raíces. El colectivo Huerta Bizarra, la residencia de artistas La Postiza, son algunos de los ejemplos de este nuevo movimiento que aspira a la modernidad recuperando lo que merece conservar de la tradición, sin necesidad de abusar de tanta retórica de refajo y zaragüel, que hasta hace poco caracterizaba en exceso la defensa de nuestro patrimonio.



Uno de los proyectos de HuertaBizarra: la ChirínBiciSolar

De todo ello es posible que surja un cierto orgullo, o mejor que orgullo: amor, querencia y respeto por lo bueno que atesoramos. Y en esas estamos cuando llega el cineasta, escritor y artista multidisciplinar Juan Manuel Chumilla-Carbajosa y lanza un proyecto que nos viene al pelo: el Proyecto Tudmiria, una irónica forma de reivindicar lo propio de una manera inclusiva, abierta, imaginativa y creativa. Pero sobra palabrería, en la web del proyecto vienen perfectamente delimitado a lo que aspira:

"Tudmiria es un proyecto multidisciplinar [...] una obra de vanguardia que tiene como argumento la existencia virtual de una nación imaginaria a partir de precedentes históricos reales que sustentan el desarrollo apócrifo en el paradigma de la política-ficción [...] Cualquier disciplina creativa tiene cabida en los infinitos lindes de “Tudmiria”; un proyecto artístico abierto a la participación de otros creadores [...] El proyecto culminará con la realización de una película de largometraje titulada Vete a Murcia, y mata al rey"
 

En la BRMU, oportunistas sin complejos que somos: nos autoproclamamos desde ya como Biblioteca tudmiria. Frente a la manipulación de la historia, los nacionalismo excluyentes, y la ensaltación de la tribu en pleno siglo XXI: reinvidiquemos desde una nación abierta, plural, que no excluye a nadie y cuyo único requisito para adquirir la nacionalidad sea el interés común a través de la cultura y la creatividad. En una Europa cuya unidad parece residir en exclusiva en la unión monetaria, los mercados únicos, y el control financiero, hagamos que sea la cultura lo que nos una y afiance de verdad al compartir unos valores y orígenes comunes.


 
Antonete Gálvez, el Cantón murciano o la cora de Tudmir son los mimbres sobre los que se sustenta la historia mítica de Tudmiria, que ha dado su primer fruto en forma de libro ilustrado. La extraordinaria historia del estado imaginable de Tudmiria (o vete a Murcia y mata al rey), es el título de esta obra escrita por Chumilla, e ilustrada deslumbrantemente por Juan Álvarez y Jorge G. que planta la primera piedra de este monumento a la ironía en torno a los nacionalismos, y que vacuna de cualquier tipo de fundamentalismo; a la vez que reclama un espacio propio para la creación interdisciplinar más libre.

Seguiremos atentos al desarrollo de este estado imaginario, a los avances del Cantón Pirulero, y del Movimiento Tudmirio de Liberación. Nos va en ello la fantasía.

jueves, 11 de febrero de 2016

Cultura por prescripción facultativa

Ilustración de la colección Ciencia naturales de Juan Gatti
 
No deja de resultar paradójico que haya sido en Reino Unido, allí donde más bibliotecas públicas se han cerrado con la excusa de la crisis (o se están desmantelando a costa de entregar su gestión a vecinos y voluntarios) donde precisamente surgiera la iniciativa Reading Well Books for Prescription (Leyendo buenos libros bajo prescripción). Se trata de un programa de la Agencia de Lectura, que pretende mitigar los efectos de la crisis fomentando la lectura y el uso de las bibliotecas públicas. Para ello, en colaboración con entidades médicas y sanitarias, aspiran a mejorar el bienestar físico y mental de los ciudadanos: recomendándoles libros que formen parte de las colecciones bibliotecarias, y que les ayuden a comprender y gestionar sus dolencias.


Recetando cultura


Esta estupenda práctica es algo para tomar nota en nuestro país, y empezar a hacer algo al respecto, en colaboración con la sanidad pública. En los estudios que han hecho para evaluar el programa desde que lo pusieran en funcionamiento, se ha constatado que los usuarios del mismo han encontrado muy útiles los libros recomendados.

La Facultad de Biblioteconomía de la Universidad de Barcelona hace un estupendo resumen del proyecto en su blog; pero tras celebrar la buena idea, lo que nos ha hecho pensar es en: ¿qué lecturas, películas, música o cómics recomendaríamos según las dolencias (del alma o del cuerpo, tanto da) de nuestros usuarios?, ¿qué lecturas pueden mitigar la ansiedad?, ¿qué películas elegiríamos para alguien que padece cáncer?, ¿qué música se podría administrar a un enfermo de alhzeimer? o ¿qué cómic sería capaz de hacer que una anoréxica cambiase la manera de verse a sí misma?



Esperar que un libro, una película o un cómic curen un cáncer: es como fiarlo a la homeopatía. Pero si hay algo incontestable y contrastado por autoridades médicas, son los beneficios que puede reportar una actitud positiva en caso de enfermedad, y por supuesto el efecto placebo que siempre juega a favor. Por eso,
excluyendo libros autoayuda, de terapias alternativas, ni por supuesto de soluciones médicas en general: centrándonos únicamente en obras artísticas (o que al menos aspiran a serlo): sería un bonito proyecto expedir junto a las recetas preceptivas, otra receta cultural que acompañese el tratamiento Un tándem médico-bibliotecario que seguro daría buen resultado.

En el caso de las recetas culturales, la automedicación no estaría mal vista en ningún caso: pero como siempre, es aconsejable dejarse orientar por buenos especialistas. Las dosis a administrar dependerán de las necesidades de cada uno. En la ciudad francesa de Grenoble, por ejemplo, el tratamiento para cualquier dolencia se administra a demanda gracias a las máquinas expendedoras Shortédition.

El editor local Quentin Plepé se encontraba en una sala de espera de un centro sanitario, frente a una máquina dispensadora de alimentos; y de ahí surgió la idea de crear estas máquinas que permiten a cualquiera sacarse un relato breve impreso para leerlo en unos dos a cinco minutos. Un total de 600 relatos entre los que elegir según la duración de nuestra espera; y nosotros añadiríamos: de nuestra necesidad de ficción en vena. Con estas máquinas no hacen falta pastilleros, ni dosificadores para controlar la cantidad de evasión y cultura que necesitamos en cada momento; y sus efectos secundarios sólo podrían ser positivos, o directamente inocuos.


Las máquinas expendedoras de literatura

Y mientras esperamos que surja esa figura del equipo médico-bibliotecario, nos despedimos con el talentoso Stromae. De la enfermedad han surgido infinitas creaciones, en ocasiones: es la propia enfermedad la protagonista de muchos libros, películas, cómics; o ha sido la condición de enfermo, la que ha condicionado al creador a la hora de hacer su obra, o de incluso dedicarse a la creación (¿de cuántas postraciones por enfermedad en la infancia y juventud han nacido grandes escritores?).

Pero es menos común que se le dedique una canción a una enfermedad; y Stromae lo hizo con su tema dedicado al cáncer Quand c'est? Su letra y música, unidas al fantástico vídeo: nos transmiten lo terrible de la enfermedad, y al mismo tiempo: el consuelo que supone el arte para desafiarla e interpelarle directamente a su siniestra cara.

martes, 9 de febrero de 2016

Postureo lector



En los rankings estadísticos de posts más visitados en la, ya respetable (va para 7 años) trayectoria de este blog: uno de los que más visitas acumula, pese a que hayan pasado dos años desde que se publicó, es el post con el título: Kamasutra del lector.

Sin duda, el gran interés por la lectura es el que provoca que tantas búsquedas peregrinas por la red, terminen desembocando en el blog de una biblioteca; y concretamente en ese post. Otra suposición al respecto, sería una suspicacia intolerable sobre los motivos que mueven a la mayoría de internautas, en la que no vamos a caer.

Por eso, repetimos jugada con otra selección de ilustraciones de posibles posturas. Pero esta vez vamos a obviar cualquier posible confusión sexual. No por elegancia, ni pudor por nuestra parte (si nos ponemos, podemos ser más burdos que el humorista de una compañía de varietés de gira rural por la España de los 70): simplemente porque queremos demostrar que es el interés lector, y no otro, el que motiva que tanta gente visite nuestro blog.

Leer con éxito en verano en 6 pasos y medio:
1. Encontrar el lugar correcto 
( si es en la hierba, asegúrese de que está recién cortada)
2. Tenga refrescos y comida a mano
3. Vista adecuadamente (que oigamos el agua correr)
4. Requisitos de calzado: ninguno
5. Permanecer siempre fresco
6. Elige el libro correcto (ya lo tenemos todo cubierto)
61/2. No olvides el protector solar




El "no puedo dejarlo ni un segundo" (todos lo hemos hecho, no mientas)
El "por favor no mires mientras leo una escena de sexo" (maldito George R.R. Martin)
El "¿qué estoy haciendo así?"
(lo descubrió la dibujante cuando de repente se encontró a sí misma en esa posición)




Fuente: Ebook Friendly

viernes, 5 de febrero de 2016

Toros por libros, tópicos por dinero


El toro de Osborne interpretado por Ricardo Cavolo


El revuelo mediático generado por la foto que el torero Fran Rivera compartió en las redes con su hija en brazos mientras toreaba, ha puesto de manifiesto de nuevo cómo ha cambiado nuestro país en las últimas décadas.

No vamos a entrar en polémica, más allá de denostar barbaridades como el Toro de la Vega (y otras tantas, en sitios donde en cambio han prohibido los toros) que se siguen haciendo en nombre de la tradición, no nos corresponde hablar de toros sí, toros no.  

El toro que más nos gusta es el de Osborne recortándose en mitad del paisaje de media España. Pero noticias como la acontecida en la localidad toledana de Villafranca de los Caballeros, donde este verano su alcalde decidió sustituir las subvenciones para festejos taurinos, por subvenciones para libros en los colegios, llaman la atención; no sólo a nosotros, sino a nivel internacional.

Titulares como Bulls or books (Toros o libros) se reprodujeron por las cabeceras de diversos medios internacionales como The Guardian. El tipical spanish se desmorona a marchas forzadas, y al tiempo, demuestra la vigencia por los estereotipos que tan vigentes persistían en algunos de los artículos sobre el asunto.

Que la tauromaquia está ligada a la imagen de
nuestro país, es algo indudable más allá del tópico. Que su imaginería, su liturgia, su jerga, su estética y sus significados: han inspirado obras de arte, literatura, música, cine a nivel nacional e internacional, es algo innegable.

Otra cosa es que tenga cabida en un país (afortunadamente) cada vez con más conciencia en contra del maltrato animal. Sólo hay que recordar la denuncia interpuesta a la (por otro lado) maravillosa película Blancanieves de Pablo Berger por lidiar a puerta cerrada a nueve novillos; y el consiguiente linchamiento digital que supuso.

Escena de la bella versión torera-Españacañí de Blancanieves de Pablo Berger


Pero si hay una época que (se esté o no a favor de los toros) resulta interesantísima para estudiar cómo la cultura de masas, en la que nos desenvolvemos: inició la exportación masiva de lo que se tenía que identificar como lo español a nivel mundial, esos fueron los años 50 del pasado siglo.


Marlene Dietrich en Las Ventas

Orson Welles viviendo su pasión española
Esos años en que figuras como Ernest Hemingway, Orson Welles, Jean Cocteau, Pablo Picasso, Ava Gardner y cualquier celebridad hollywoodense que recalase en Madrid, asistía a los toros, y era convenientemente publicitada por el régimen como una manera de demostrar lo fascinante de las esencias patrias.

Por eso resulta curiosa la noticia que ha saltado sobre lo que Orson Welles opinaba de Hemingway en su apropiación de la cultura española (o de lo que ellos identificaban como propio de la cultura española). Hemingway está fuertemente ligado a los toros en nuestro país; y según narra el investigador australiano Matthew Asprey Gear en su libro de próxima publicación: At the end of the street on the shadow. Orson Welles and the city: Welles, pese a su amistad con Hemingway, calificaba la forma de adoptar la cultura española por parte del escritor, como machista.

Mel Ferrer y Audrey Hepburn,  ¿fascinados u horrorizados por lo que veían?


Hemingway junto a su amigo Antonio Ordóñez
En dicho libro, se habla de un guión inédito de Welles denominado Crazy weather, cuyo protagonista es un hombre extranjero que vive en la España de Franco, que ama las corridas de toros, y en el que destaca su homofobia y su exaltación de la hombría (después de todo, la madre de Hemingway le vestía de niña cuando era pequeño). Precisamente tras el suicidio del escritor, Welles empezó a escribir historias en las que ridiculizaba a los turistas norteamericanos que viajaban a España; siguiendo la estela de la idealización que Hemingway hacía de nuestra cultura en sus libros.

Otra relación literatura-toros-crónica de sociedad, se erige en torno a la figura del matador Mario Cabré: actor, poeta y locutor; aunque fue más su fugaz romance con Ava Gardner (que él recogió en su Dietario poético a Ava Gardner) el que ha hecho que su figura siga siendo recordada. 

“El diccionario guarda / la sombra escalonada / de las palabras... Por favor, cierra el diccionario y mírame tan solo" Fragmento de los poemas de Cabré dedicados a la estrella norteamericana, en el que sublimaba la barrera idiomática que les separaba.

Esa España de los 50 y 60, para aquellos que no la vivimos, (para los que la vivieron sin ser estrellas de Hollywood, ni toreros, ni clase alta: tendría más de gris que de technicolor) conserva un halo mítico en el que es un placer recrearse.Un tiempo en el que los mitos se construían como en las películas de la meca del cine; y en el que el imperialismo cultural norteamericano se entrelazaba con la mitología autóctona para crear un pastiche de lo más kitsch.

Cuando se inició el desarrollismo y la paulatina modernizacion del país, Ava Gardner y muchos de sus coetáneos, se marcharon. Fue el inicio de esa estandarización que uniforma las grandes capitales robándoles el alma; pero que en aquella época, también fue sinónimo de la mejora en las condiciones de vida de la población. Ser exótico siempre resulta muy divertido para el visitante, y muy penoso para el nativo.

En esa época se podría situar el comienzo de la imagen que de España se ha generado en la cultura de masas que ahora todo lo invade. La ingenuidad de la época hace que ahora aparezca todo teñido de encanto y leyenda. Nada que ver con las formas que adoptan las multinacionales del entretenimiento en la actualidad: para perpetuar los estereotipos que sustentan la ideología dominante.




En el ensayo La dictadura del videoclip (que acaba de salir al ruedo en nuestras colecciones), el doctor en Sociología y Comunicación, Jon E. Illescas, hace un pormenorizado repaso a la industria musical y a sus estrellas a través de los videoclips. No exento de aire conspiranoico, pero con rigor y entretenimiento asegurado: Illescas nos detalla las estrategias de las grandes multinacionales para adocenar a las masas a través de las estrellas del pop, y perpetuar estereotipos. Shakira, Beyonce, Lady Gaga, Justin Bieber, Rihanna, Jay-Z, Katy Perry, etc…  

Sus teorías pueden gustar más o menos, pero no se le puede negar que los estereotipos ayudan a vender. Recurrir al machismo, la violencia, el sexo, la belleza y el consumismo más descerebrado: son algunas de las estrategias en las que según Illescas, se revuelcan las estrellas de la música para adoctrinar a los jóvenes.

Los hermanos Rivera a hombros de dos "capitalistas"

El capitalismo salvaje, que con tantos argumentos ataca este ensayo, tiene una conexión insólita con el mundo taurino que estamos abordando. En la jerga torera, "el capitalista" es el que lleva a hombros al torero. Se trata de una ironía cruel donde las haya: son los aspirantes a toreros que fracasaron, y que terminan llevando a hombros a los toreros cuando triunfan. ¿Cabe imagen más dramática de la dinámica del capitalismo sin freno, que esa imagen del fracasado soportando el peso del triunfador, con las orejas y el rabo cercenados del toro, goteando sangre sobre ellos?


Morrissey haciendo amigos: "ama animales que te odian"

Matador, uno de los enemigos
más bizarros de Daredevil
Pero no queremos hacer sangre, ya dijimos que no nos corresponde lo de toros sí, toros no. Y por eso no vamos a terminar musicalmente con el destroyer Morrissey (el que nos dejó helados a todos en el último SOS 4.8 con sus proyecciones en contra del consumo de carne) y su tema El torero muere (“¡hurra, hurra! , el torero muere y nadie llora”) en la que para más inri menciona a Murcia. Sería el contrapunto a lo venimos diciendo: un extranjero que ataca los tópicos de lo supuestamente español. Pero no es precisamente una de las mejores de su repertorio, y además nunca podríamos a Morrissey como representante de lo que Illescas menciona en su libro. 

En cambio, su odiada Madonna,  allá por los 90 inició su relación con el mundo taurino en sus videoclips. La madre pop de todas la starlettes que el ensayo repasa como sumas sacerdotisas del capitalismo, revivió en Ronda (Málaga): la leyenda del torero y la estrella en uno de sus mayores hits, precisamente en los Estados Unidos.

Varias estrellas del mundo taurino del momento, se negaron a aparecer en el vídeo, temiendo una falta de respeto por parte de la controvertida cantante hacia su profesión. No podían estar más equivocados.  El videoclip resultó una recreación de lo más respetuosa a los detalles más bellos de la tauromaquia. Y es que ya lo hemos dicho, los tópicos venden: