martes, 30 de diciembre de 2014

Centrifugando el 2014 [noviembre]

[Haz clic en las letras verdes, y centrifuga tu cerebro] 


El centrifugado del mes de noviembre no tiene porque tener algo especial respecto al resto de meses, pero el hecho de ser el último centrifugado del 2014, se quiera o no, hace que resulte algo más significativo. Más que nada en comparación con el mismo mes del año precedente.


De este noviembre podemos decir que ha perpetuado uno de los proyectos que lleva funcionando muy bien durante los últimos años: las acciones artístico-bibliotecarias. Pasarela BRMU es el título de la cuarta acción, en este caso volcada a la moda, y que va a hacer que cada mes, hasta casi el verano del 2015: un diseñador murciano sea protagonista del escaparate que hemos montado nada más entrar a la biblioteca, acompañando sus diseños con libros, películas, cómics, o música relacionadas con el concepto de sus prendas.

Este cruce biblioteca-moda, también provocó que la Biblioteca Regional fuera por primera vez, una de las sedes del, cada vez con mayor repercusión, festival de moda MMOD. Aparte de los exitosos talleres que tuvieron lugar en la biblioteca (un placer ver a  tanta gente aprendiendo a coser en una biblioteca), también hizo que la exposición de máquinas de coser antiguas de El descosío, tuviera lugar en nuestros espacios, y que incluso llegase a salir publicada en revistas de moda nacionales de referencia como el suplemento SModa de El País.



Pero el mes dio para mucho más. Desde un acercamiento al eterno debate sobre las tensiones entre cine y literatura a cuenta de las adaptaciones al celuloide, hasta otra mirada sobre las relaciones entre la literatura y las artes plásticas. Lo que no estaba previsto pero terminó convirtiéndose en un tema que acaparó dos posts este mes fue la filosofía, pero desde luego abordada desde perspectivas nada convencionales. Desde los vídeojuegos a cuenta de las teorías filosóficas más importantes de la historia, que recogíamos en SuperMario Bros en la caverna de Platón, hasta la filosofía en su relación con los superhéroes de los cómics que ocupaba el post Pensadores y superhéroes. Dos entradas para hacernos eco de algunos de los fantásticos proyectos pedagógicos online que desarrolla la Open University.



Durante este mes tuvimos el honor de que un escritor como Javier Cercas quisiera presentar su última novela, El impostor, en nuestra biblioteca; así que en parte por este motivo, y en parte, por casualidad, nos volcamos en los juegos de apariencias (falsas la mayoría de las veces) y de imposturas que nos llevaron A vueltas con el postureo. Y de posturas iba en cierto modo otro de los asuntos del mes, en Cazando moscas, más bien hablamos de tecnología, pero con mucho que ver con lo de la higiene postural, y la ergonomía. 

Dentro de lo que cabe era lo normal, en un mes marcado por la moda, lo de mantener la pose era inevitable. A la expectativa estamos de cómo se irá desarrollando todo durante los próximos meses, pero auguramos que la imperturbabilidad de los maniquíes que ocupan nuestra espacio 0 (como bautizó la prensa al espacio que ocupa nuestra Pasarela BRMU), se mantendrá intacta pese a las sorpresas que aún están por desvelar.



viernes, 26 de diciembre de 2014

¿Eres de Papá Noel o de Reyes Magos?, ¿eres de biblioteca o de Google?




Hay personas, empresas, instituciones que cuando alrededor se va extendiendo la confusión, los nervios y los temores, deciden arriesgar, dar un paso adelante, y el tiempo termina por otorgarles el estatus de pioneros, de guías que todos los demás seguirán. Ha sido el caso de la editorial norteamericana Simon & Schuster, que en unos de esos ejemplos de inteligencia empresarial que tanto nos gusta celebrar: ha decidido ceder todo su catálogo de libros electrónicos (cerca de 14.000 títulos) para que se puedan prestar en las bibliotecas públicas de los Estados Unidos y Canadá; y próximamente en Nueva Zelanda y Australia.

Según su director general, están encantados de ofrecer sus fondos digitales para el préstamo en bibliotecas, por considerarlas instituciones culturales vitales que promueven la educación, la alfabetización y atraen nuevos lectores para sus autores. Lo dicho, no hace falta ser muy lince para darse cuenta de algo tan obvio; pero el caso es que esta editorial estadounidense ha hecho algo que hasta ahora pocas se atreven. Y no estamos hablando de una editorial nueva y pequeña, a la que pueda interesarle promocionarse sea como sea. Todo lo contrario, Simon & Schuster existe desde 1924, y cuenta con un largo historial de obras editadas con gran tirón comercial.

En el catálogo de las bibliotecas se añadirá un botón que permitirá comprar la obra en cuestión. Esta "intromisión" del aspecto comercial en la oferta de un servicio público no ha dejado de provocar voces en contra. La editorial responde resaltando la posibilidad de otra fuente de financiación para sortear los recortes que nos paralizan a las bibliotecas; y una vez más, el peliagudo debate sobre lo público y lo privado en el ámbito bibliotecario vuelve a resurgir.


Mecenable, un proyecto que abrió un encendido debate en este blog a cuenta de la financiación privada de bibliotecas


Por su parte, la ALA (Asociación Americana de Bibliotecas) ha dado su visto bueno a la iniciativa. Guste más o menos, lo que está claro es que editoriales, autores, librerías y bibliotecas estamos en el mismo bando: a todos nos beneficia fomentar la lectura. De ahí el cartel-pendón (con todos nuestros respetos para los pendones) que engalana nuestra fachada durante estas fiestas, y que apoya a las librerías sugiriendo que esta Navidad regales libros.



El ingenioso vídeo viral presentación de la editorial Malpaso: alunizaje en la librería Calders, las joyas son los libros


Es de justicia, si las librerías reclaman más presupuestos para las bibliotecas públicas, las bibliotecas defendemos a nuestras librerías. No podrán competir con los grandes monstruos distribuidores de Internet, pero nos proporcionan experiencias de socialización y de placer a la hora elegir nuestras lecturas, que lo digital nunca podrá ofrecernos. Precisamente hace unos meses saltó la noticia de la creación de librerías dentro de las bibliotecas públicas catalanas. Ya no es un simple botón en el catálogo, es que el propio negocio privado comparta espacio con las instalaciones públicas. Una experiencia que seguiremos de cerca.

Una vez se llegue a digerir toda esta revolución digital que estamos viviendo, será el momento de contar las bajas, y confiamos en que pese a todo: bibliotecas y librerías sigamos en la brecha. Que las tensiones entre lo digital y lo analógico se relajen, y que al igual que Papá Noel y los Reyes Magos se reparten el mercado navideño de los regalos: las bibliotecas y/o librerías y Google tengan sus propios nichos de mercado (por seguir con aquello de la jerga comercial).




lunes, 22 de diciembre de 2014

El fantasma bibliotecario de las Navidades pasadas

Charlize Theron escalando en pos de un futuro dorado


En este blog somos dados a hilvanar de vez en cuando un post con otro, y si el anterior tocábamos los anuncios de perfumes a cuenta de David Lynch, este post lo iniciamos con otro anuncio de perfumes del momento. La creatividad publicitaria siempre resulta interesante: unas veces por el talento y el ingenio que despliegan, y otras veces, porque la publicidad resulta imprescindible para rastrear los valores o no valores por los que se mueve nuestra sociedad.

Pero dejémonos de sociologías de mercadillo, el caso es que el último spot protagonizado por la espectacular Charlize Theron para la casa Dior, nos la vuelve a mostrar desfilando deslumbrante por las galerías de un palacio versallesco, hasta que se topa con una sábana haciendo de liana, por la que trepará sin ningún esfuerzo hacia una claraboya que la lleva a la azotea; y desde allí divisa una ciudad del futuro que la aguarda. Su voz mientras tanto recita el mensaje del anuncio: “el pasado puede ser maravilloso, pero no es lugar para vivir”, concluyendo con el eslogan: “el futuro es oro”. Un vaticinio esperanzador que a todos nos gustaría que se cumpliese, usemos o no los perfumes de la marca Dior.

Las bibliotecas anegadas de Pablo Genovés


No somos capaces de vislumbrar si el futuro que aguarda a las bibliotecas es de oro, o de plomo, pero está claro que algunos sí que saben por dónde deberíamos movernos. Según un reciente informe sobre el estado de las bibliotecas en Inglaterra (ya hablamos de la situación realmente crítica que están viviendo en Ahora caigo), las bibliotecas si quieren sobrevivir y seguir siendo relevantes en el futuro deben emular a los coffee shops. Perdón por el anglicismo, pero el concepto de coffee shop anglosajón no es exactamente el mismo que cafetería en español, y desde luego nada que ver con el tipo de establecimiento que en Ámsterdam responde a esta denominación.

El informe en cuestión plantea este ejemplo a seguir para las bibliotecas, por lo acogedor y cálido que suelen resultar estos locales, con conexión wi-fi, asientos cómodos y confortables, y por supuesto por la posibilidad de tomarse algo mientras se lee o se usa el ordenador. En cierta forma el público busca lo acogedor de lo doméstico en un espacio público, ya lo experimentamos nosotros con nuestro saloncito vintage.

Nuestra Pasarela BRMU: ¿replantea lo que
debe ser una biblioteca?
También hace unos meses, en un encuentro que el centro de cultura contemporánea donostiarra Tabakalera propició entre 30 profesionales del mundo bibliotecario, se pronosticó que para el 2020, las bibliotecas serían como factorías (no sabemos si con tanto desfase como la de Warhol), espacios atractivos, patrocinados e intercambiables. Algunos de esas mutaciones ya las estamos viviendo casi sin darnos cuenta en la BRMU. Que ahora mismo haya un escaparate de moda nada más entrar, ya es un indicio.

Y como ante cualquier cambio surgen resistencias, algún usuario ya nos ha comentado vía tweet que pensaba que una biblioteca era un lugar de estudio, y no un lugar para exposiciones, ni visitas guiadas. Todo cambio debe afrontar resistencias, y no solo por parte de los usuarios, en ocasiones, algunos miembros del propio personal de la biblioteca son los que miran con más desconfianza los cambios que se van introduciendo. Pero si no queremos acabar como una fotografía trucada de Pablo Genovés (que ilustran este post y que expone estos días en Madrid); más nos vale cuestionar las ideas sobre lo que se supone es una biblioteca. Si no queremos que el fantasma bibliotecario de las Navidades pasadas nos visite dentro de unos años, para mostrarnos todos los errores que cometimos hasta llegar a la irrelevancia total.




La última novela de Marías
No hay nada sacrílego en cuestionar lo tradicional. En otro orden de cosas, nuestro patrono laico el escritor Javier Marías (lo alzamos a los altares bibliotecarios por ser uno de los pocos intelectuales patrios que ha denunciado con firmeza los recortes presupuestarios a bibliotecas), en la entrevista que concede este pasado fin de semana a Babelia, se reafirma en su crítica al hecho de que le concedieran el Nobel a Cela, y dice a las claras lo que no soporta de Galdós. En su caso, son simples expresiones de sus gustos personales, pero su iconoclasia es saludable por lo que supone de no dar nada por sentado, ni admitir dogmas literarios por el simple hecho de estar públicamente reconocidos. Definirse por afinidad es tan importante como definirse por oposición. Y las bibliotecas, o mejor, los bibliotecarios en esas estamos.

Y cuanto más tardemos en desembarazarnos de las rémoras, más tardaremos en vislumbrar ese futuro de oro que promete el anuncio de Dior (futuro que, por cierto, podría patrocinar la marca en cuestión, dada la publicidad que le estamos haciendo). Ahora eso sí, siempre habrá cosas del pasado a las que nunca tenemos porque renunciar. Por ejemplo a ser más tradicionales que nadie cuando se trata de estas fechas, y cerrar con un villancico.

David Bowie visitando al veterano Bing Crosby en su especial de Navidad allá por los 70, ejemplifica a la perfección lo que hablábamos. El joven más moderno y el clásico entre los clásicos, reconociendo mutuamente lo que tienen de bueno el uno y el otro. No hay mejor metáfora para ponernos pastelosamente navideños, y al mismo tiempo ponerle música a la idea que plantea el post:


lunes, 15 de diciembre de 2014

Pasarela BRMU: Titis clothing



La Pasarela BRMU prosigue con su desfile de diseñadores murcianos. A partir de hoy cambia el diseñador y cambia el concepto. Las diseñadoras murcianas Titis clothing ocupan el espacio habilitado en la planta 0 de la Biblioteca con su colección inspirada en la mítica serie Twin Peaks.

Nada más artificial que lo natural fingido. La moda de Titis clothing  no aparenta nada, su naturalidad nace del desparpajo naif con que combinan lo pop y lo fauvista. Y así sin grandes aspavientos, su propuesta enlaza con los asuntos que nos conciernen a todos, y con otras formas de sociedad posibles.

El insólito cruce entre la calidez mediterránea y lo telúrico y ominoso de los bosques y montañas que rodean al mítico pueblo de Twin Peaks, inspiran la colección que desfila por esta pasarela.Y nos da pie a una selección de libros, películas, música y cómics que abordan la ecología, la sostenibilidad, junto a tramas de misterio, intriga y ambientes inquietantes tan afines a David Lynch. De tal manera que el surrealismo de un césped con orejas nos resulta familiar, si se ha experimentado su obra maestra Terciopelo azul (por supuesto incluida en la selección).


El mensaje queda claro: no te quedes en la superficie, lo cotidiano rebosa de perturbaciones. Y la engañosa sencillez de Titis clothing está repleta de mil referencias para quien quiera leerlas, escucharlas, visionarlas y, por supuesto, vestirlas.

Pero como siempre hemos dicho que estas acciones artístico-bibliotecarias quieren buscar la participación de cuantos más sectores ajenos a la biblioteca, mejor, en esta ocasión no iba a ser menos. Durante el mes que dure la Pasarela dedicada a Titis clothing, cualquier usuario que elija un documento de la selección que hemos hecho, podrá verse sorprendido con una dulce sorpresa: un donut artesano de regalo.

¿El motivo?, pues llevar al límite la experiencia Twin Peaks. No podemos pagarte un viaje a la intrigante localidad, pero sí podemos hacer que te sientas como el agente Cooper comiendo donuts mientras averiguaba quién mató a Laura Palmer. Por eso, las excelentes confiterías murcianas Collado y Carrión nos surtirán diariamente de donuts artesanos (nada de bollería industrial) que acompañarán de regalo a alguno de los documentos que ofrecemos en dicha sección.

Moda, lecturas, música, cine y donuts para que durante este mes vivas la acción artístico-bibliotecaria de la manera más dulce.






Agradecimientos: A Ilde Riquelme, Construcciones Silvestre Campillo y Murcia en Bici, sin su colaboración habría sido imposible montar esta Pasarela BRMU Titis-TwinPeaks.

A las confiterías Carrión y Collado por sus deliciosos donuts artesanos y su generosidad:





sábado, 13 de diciembre de 2014

Ahora caigo



Hace unos días en el simpático concurso de Antena3, Ahora caigo, uno de los participantes era bibliotecario. Una profesión que al eterno presentador del veterano concurso de La 2: Saber y ganar, Jordi Hurtado, no le hubiese llamado la atención, pero que en cambio al dicharachero presentador de este espacio, Arturo Valls, le debió resultar algo exótica en su concurso.

Mario, que así se llamaba el bibliotecario concursante, se presentó debidamente, y Valls le comentó que la suya era un profesión en extinción. Ante la respuesta en sentido contrario de Mario, el presentador en tono irónico le replicó que claro que sí, que todos los días estaban abriendo bibliotecas en los barrios, y que estaban llenas de gente; a lo que el bibliotecario orgulloso de serlo, le dijo que al menos la suya si estaba llena de gente y de vida.

No hay que culpar a Arturo Valls del desconocimiento que manifiesta sobre la realidad de las bibliotecas, es el lugar común que, salvo los usuarios de bibliotecas, tiene en mente mucha gente. Una idea que además tiene fundamentos reales en los que sostenerse, mucho más allá de la idea de que Internet las esté dejando obsoletas.

"No mantenga la calma cuando las bibliotecas
están amenazadas"
En el reciente Congreso de biblioteca públicas, un bibliotecario inglés relató la crítica situación que el sistema de bibliotecas públicas del Reino Unido está viviendo; con cierres generalizados, y con el alistamiento de voluntarios en vez de profesionales para que gestionasen las bibliotecas que los poderes públicos aún conservan en funcionamiento. Eso en un país como Inglaterra, dónde se gestó el concepto de biblioteca pública durante la Revolución Industrial.

En España no hemos llegado a esa situación, pero como nos advertía el colega británico, deberíamos preocuparnos, y estar alerta. Cierres de bibliotecas ya hemos sufrido en algún municipio; pero sobre todo, lo que llevamos padeciendo son unos recortes que hacen que el día a día sea una continua prueba de supervivencia.

"No mantengas la calma y salva nuestras bibliotecas"
Nada que ver con países a los que hace unos años se observaba con condescendencia, y que ahora han asumido el liderazgo al considerar a las bibliotecas como instituciones básicas en el desarrollo de sus comunidades. Y no nos estamos refiriendo a países pobres, sino a países en plena pujanza económica. El paradigma colombiano debería ser un ejemplo a la hora de argüir razones por las que las bibliotecas son importantes.


En la actualidad, en Colombia se construyen casi cuatro bibliotecas públicas por mes. Tanto es así, que desde 2010 se han construido 104 bibliotecas, y sólo en el último año se construyeron 44. Una de las medidas que se promovieron desde los responsables públicos para asegurar los presupuestos destinados a bibliotecas, fue destinar los ingresos del IVA por la telefonía móvil a la cultura, dando prioridad a las bibliotecas. Leer sobre la experiencia colombiana, es una auténtica lección de lo que se puede hacer por parte del sector público para promover el desarrollo a través de la cultura.

Bibliotecas vivas en Colombia
No es nada nuevo, la ciudad de Medellín, una de las más tristemente famosas del país por su vinculación con el narcotráfico y la violencia, ha experimentado grandes avances gracias a la apuesta decidida por el sistema público de bibliotecas, entendido como un instrumento para el progreso social.

Pero no sólo en Colombia, en el gigante económico que intenta usurpar el liderazgo mundial a los Estados Unidos: China, la apuesta de las autoridades por las bibliotecas públicas es decidida.

Noticias que llegan desde países más que emergentes, mientras tanto se habla de la decadencia europea, y concretamente del Reino Unido: ¿será su abandono de las bibliotecas públicas una de esas señales que, siglos después los manuales de historia recogerán como signos del declive?

Por nuestra parte, confiemos en que los descensos en presupuestos y apoyos de estos últimos años no se conviertan en una caída libre, y que nuestros responsables caigan en la cuenta de la importancia de preservar y potenciar las infraestructuras culturales básicas, y no nos dejen caer.

Y precisamente en estos días, el cantante inglés Robbie Williams ha declarado en las redes (en una más que probable estrategia publicitaria) su intención de abandonar el show business y buscarse otra ocupación. En este blog ya hemos hablado en muchas ocasiones de la querencia de los músicos por la profesión bibliotecaria; así que nos atrevemos a sugerirle al gamberro Williams que oriente sus pasos profesionales hacia las bibliotecas, eso sí, tal y como pintan las cosas: mejor que lo haga en Colombia.

Robbie Williams, saturado del egocentrismo de una pop star: 
¿se decidirá por ser bibliotecario?

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Los viejos vinilos nunca mueren


Primero fue la industria de la música, después le tocó al cine, y ahora el tsunami digital está arrasando en el mundo editorial. Si hasta los taxis están resultando perjudicados, está claro que ningún sector queda a salvo de la revolución que está redefiniendo nuestro mundo.

Siguiendo la implacable lógica de la piratería que asola al sector de la cultura, era cuestión de tiempo que ésta llegase al mundo del libro. Por eso, si seguimos observando lo que sucede en el mundo de la música, la conclusión a la que llegamos está clara: el libro en papel retornará con más fuerza.

Es la deducción que sacamos de las últimas noticias sobre el boom de ediciones en vinilo que está conociendo la industria discográfica. Sólo hay que darse una vuelta por la zona de discos de una gran superficie (las que aún las conservan) para observar como pese a que los cedés siguen ocupando el mayor espacio, un apartado en expansión luce las maravillosas portadas long play que hacían que la música fuera todo un ritual.

Walter Benjamin a principios del siglo XX, ya dijo que la reproductibilidad mecánica de la música grabada mataba su aura, su carácter de experiencia única. Y efectivamente así ha sido, la música se ha convertido en un hilo musical continuo que nos acompaña a todos sitios, pero que en vez de formar una banda sonora para nuestros días, que nos emocione cuando toque, o nos calme en los momentos de aflicción: se limita a ejercer un ruido de fondo al que ya ni prestamos atención.

Las nuevas generaciones desconocen el placer de desembalar un elepé, de disfrutar y recrearse con las fotografías, de sostener la aguja sobre los surcos y dejarla caer con delicadeza a la espera de los primeros acordes. Ahora la impoluta eficacia de la música en la nube que está jubilando al cedé, excluye toda clase de ritual. Y quizás sea ya de manera residual, pero aún seguimos necesitando de los rituales para darle importancia a las cosas, para valorarlas y apreciarlas.

El péndulo de los avances tecnológicos se parece cada vez más a los viajes de Gulliver. Los omnipresentes móviles mutaron de auténticos ladrillos a miniaturas hostiles para los usuarios de más edad; y ahora de nuevo inician su crecimiento cual Alicias en el país de las maravillas.

Tal vez lo que nos enseña todo esto, es que la evolución lógica en cualquier ámbito debe pasar por asumir las ventajas que nos traen las innovaciones, sin por ello jubilar lo bueno que teníamos antes. Eso, o que el deseo por significarse y resistirse a la dictadura de los nuevos tiempos cuando llegan, siempre forma parte intrínseca del consumo cultural.

Sea como sea, el libro y el ebook pueden convivir armoniosamente, al igual que la música intangible de la nube, encontrará su complemento corpóreo en el vinilo. Experiencias distintas pero no excluyentes, que nos permiten disfrutar de muchas maneras y formas.

Y puestos a terminar con música, nada mejor que el vídeo de los Red Hot Chili Peppers en el que recreaban toda la historia del rock. Desde Elvis a Nirvana en poco más de cuatro minutos.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Hashtag Ya no te quiero

"Debe fingir rubor...melancolía....aunque dentro
retoze (sic) la alegría"
Acabamos de ampliar el canal de nuestra Biblioteca Digital de la Región de Murcia: Postales del ayer. Bajo este título se agrupan algunas de las joyas más divertidas de nuestras colecciones de Fondo antiguo.

Por ejemplo, una colección de postales que no tienen desperdicio, por las imágenes en sí, pero sobre todo porque están escritas, y fueron enviadas. Un epistolario romántico entre Anita, de Cartagena, y su pretendiente Paco. Seguirle la pista a la pareja a través de las postales (algunas de ellas adornan este post), es una auténtica delicia al comprobar cómo se ligaba en 1909.

No sabemos cómo terminaría la relación, si hubo boda o no, pero lo que hubo seguro fue un apasionado y contenido cortejo que ahora queda reflejado en nuestra Biblioteca Digital. Algo que las nuevas generaciones no conocerán ya jamás, y que los que lo practicaron alguna vez, han dejado también de lado.

Ahora los mensajes amorosos son a través tweets, sms o en un exceso lírico: correos electrónicos. Nuevos tiempos, nuevas tecnologías, pero que inevitablemente siempre acaban al servicio de los instintos más básicos. En una de las películas más hipster de los últimos tiempos: Her de Spike Jonze, su protagonista se enamora de la voz de un sistema operativo (siendo la voz la de Scarlett Johannson, resulta mucho más creíble). Ante ese futuro no tan lejano, la calidez de cartón de estas postales resulta un anacronismo en el que resulta delicioso perderse.



Un antídoto ante los excesos del amor codificado en binario que nos proporcionan chats y webs de contactos. Excesos que lógicamente también sirven para el desamor: el cortar una relación amén de traumático, suele ser muy, muy difícil; así que algunos han batido auténticas marcas de grosería (o cobardía según se mire) a la peliaguda hora de romper con sus parejas.

Postal infantil bajo el título: A casarse toca
Según la rumorología, el gran actor Daniel Day Lewis cortó con la estrella gala Isabelle Adjani, al enterarse de que estaba embarazada a través de fax. Es difícil imaginar forma más cutre de comunicar una ruptura, menos mal que más tarde Adjani desmentiría que fuera a través de fax, simplemente desapareció y no supo más de él. Visto así, incluso habría sido mejor que hubiera optado por el fax. El bulo que sí parece cierto es el de la estrella pop Katy Perry y su ex, el humorista Russell Brand, que finiquitó su matrimonio vía mensaje de texto.

Pero dejemos el show bussiness, antes de que nos confundan con un blog de cotilleos. Puestos a ejercer de chafarderos, hagámoslo mejor sobre escritores,  así podremos cotillear igual, pero preservando nuestra imagen de institución cultural respetable. A los literatos se les presume una libertad a la hora de plantearse sus relaciones, que aunque no siempre se cumple, ha dejado unos cuantos protagonistas inolvidables.

Los que aman odian, tal era el título de la novela escrita a cuatro manos por Bioy Casares y su mujer Silvina Ocampo. Una novela policíaca, cuyo título no podía aplicarse a la pareja que formaban estos dos escritores argentinos; o al menos no hasta el extremo de llegar al asesinato. Tanto él, como ella, vivieron relaciones extramatrimoniales, y sin distinción de sexos por parte de ella; en un ejercicio absoluto de libertad y confianza que hizo que su relacion durase hasta la muerte de ambos.

Aunque como relación paradigmática entre escritores, destaca la de Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Un lugar común ya cuando se trata de citar parejas unidas por la pasión intelectual y amorosa. El secreto de su permanencia tal vez fuera que nunca se apearon del tratamiento mutuo de usted, combinado con una libertad absoluta a la hora de establecer relaciones paralelas y compartir amantes, sumado al hecho de no haber convivido nunca en la misma casa. Lástima que años después, salieron algunas conversaciones privadas entre Beauvoir y Sartre bastante crueles sobre algunos de sus amantes, que deslucieron un tanto esa idílica imagen de pareja al margen de cualquier convencionalismo, que tanto predicamento tuvo entre los intelectuales post-mayo del 68.

"Si quieres ver lo mejor del mundo,
procura ver cómo expresan el amor
los ojos de una mujer"
Y por teminar con una relación acorde con el espíritu de las postales, nada mejor que la historia de amor entre Franz Kafka y Milena Jesenska. Una elección apropiada porque fue únicamente a través de la correspondencia postal como se desarrolló su relación. Eso sí, la melancólica historia de amor entre ambos escritores checos no tuvo nada que ver con el relamido romanticismo que recrean las postales. El suyo fue un amor platónico que nunca pasó (al menos que se sepa) del papel.

Y ya que citábamos la película Her de Jonze, nada mejor que cerrar este apresurado repaso por los medios de comunicación que el amor y el desamor ha tenido desde el XIX al XXI, que con un vídeo de Arcade Fire, presentes en la banda sonora del film. Su vídeo para el tema Afterlife, utiliza secuencias de la película Orfeo negro de Camus, una historia de amor desaforado más allá de la muerte, que parece imposible imaginar en el tiempo de los hashtag y los sms.



sábado, 29 de noviembre de 2014

Centrifugando el 2014 [octubre]

[Haz clic en las letras azules, y centrifuga tu cerebro] 

Después de la travesía del verano retomamos los centrifugados otoñales buscándole un sentido al relato del mes de octubre en este blog.

En los últimos días de septiembre cambió la apariencia del blog, casi dos meses después sería buen momento para calibrar si también el estilo y la dinámica del mismo han cambiado; pero salvo que la cercanía nos impida ser objetivos, lo cierto es que desde luego no hemos conseguido ser descaradamente diferentes tal y como reza el eslogan de Golosinas Fini.




Ese fue el título de uno de los primeros post de la nueva temporada. Y puede constatarse en lo que decíamos, que el asunto de los estereotipos bibliotecarios nos sigue llamando la atención; y que mantenemos el mismo morro para lanzar indirectas, por si alguna empresa cae en la cuenta de lo beneficiosas que podemos ser las bibliotecas para sus negocios.

Y es que pese a las estrecheces del momento, no queremos dejar de movernos. Murcia se mueve (por circuitos alternativos y creativos) y la BRMU no quiere quedarse atrás. En inquietudes culturales, y en inquietudes en general por el mundo que nos rodea, como nos dejó claro nuestro compañero Rachid, con valiente participación en un reportaje contra el islamismo radical que nos llenó de orgullo.

 Pese al infierno del fundamentalismo, no descuidamos lo lúdico y aún con el título de El infierno son los demás, nos volcamos a una maratón de música disco cual travoltas desaforados.

Y del infierno pasamos a mirar al cielo para comprobar que están lloviendo libros. La puesta en marcha de la plataforma de libros electrónicos Ebiblio Murcia ha sido el lanzamiento estrella de nuestra red de bibliotecas este mes. Como decíamos entonces, a más de uno se le va a caer el
parche de pirata gracias a las bibliotecas.

Todo con tal de que nadie tenga excusa alguna para leer. Empezamos con el préstamo lectores de libros electrónicos, y ahora prestamos libros electrónicos sin necesidad siquiera de venir a la biblioteca. No llegamos a los alucinógenos inventos que algunos se inventan para vender más cómics, pero no cejamos en nuestro empeño por ofrecer nuevos servicios.

Eso sí esperamos que ahora más que nunca la biblioteca se convierta en lugar para socializar, aunque preservemos y valoremos el silencio en nuestras salas, no queremos que lo digital nos reste ni un poco de la vida que llena nuestras salas ahora. Gracias a tanta gente como sigue acudiendo a la biblioteca hemos podido regalar servicios gratuitos de peluquería sin ir más lejos; o promocionar a creadoras tan interesantes como Rosa Tortosa.


Puede que las nuevas generaciones vengan con una tablet bajo el brazo, pero nada puede sustituir el placer de convivir en un espacio cultural. Por eso cerrábamos el mes creando expectación para nuestra última acción artístico-bibliotecaria. Quien haya venido durante las últimas semanas a la biblioteca, habrá podido disfrutarla in situ, y habrá visto que no exageramos cuando decimos que "en la BRMU siempre encuentras algo que ponerte".




jueves, 27 de noviembre de 2014

La punta del iceberg


Como era de esperar, el estreno de la última entrega de la saga Los juegos del hambre, ha arrasado en taquilla. Da un poco igual la valoración crítica que haya recibido, las franquicias que Hollywood pone en marcha últimamente en formato serie para adolescentes, tienen el éxito asegurado (y eso que Los juegos del hambre no sale mal parada en consideración crítica en comparación con otras).

En estos casos la fidelidad o no respecto del original literario siempre es un tema recurrente; pero mucho nos tememos que en cualquier caso no será un título a tener en cuenta en las listas que cada cierto tiempo publica algún medio, sobre las mejores adaptaciones al cine de precedentes literarios.

Durante muchos años, El padrino de Coppola copa el primer puesto en estas listas que tanto juego dan para debates posteriores; pero repasando un poco las difíciles, en ocasiones, relaciones entre cine y literatura se puede encontrar  un poco de todo.

Equivalente a la contundente metáfora de la primera fotografía. Aquí el iceberg reparte méritos de manera más ¿ecuánime? entre cine y literatura

Cierto es, que pocas veces se valora más la adaptación que el libro (ya es un lugar común dárselas de cinéfilo-letraherido pontificando que el libro era mejor) pero algunos casos se han dado. El más significativo tal vez sea el de Orson Welles y La dama de Shangai.

Rita Hayworth con el pelo corto y rubia, la mayor
afrenta de Welles a Hollywood
Según cuentan las crónicas, probablemente con mucho adorno novelesco por parte del propio Welles: estaba hablando por teléfono con el productor que le exigía un proyecto para su nueva producción; y el autor de Ciudadano Kane no tuvo otra idea que coger una novelucha barata que tenía a mano y decirle el título, sin tener ni idea del contenido de la misma. El resto es ya historia del cine: un clásico del cine negro con el que Welles terminó desafiando a la industria al cortarle y teñirle el pelo a la pelirroja más explosiva de Hollywood del momento; la que era por entonces su mujer, Rita Hayworth.

Otro genio del celuloide, que también tenía afición por convertir en fetiches a sus actrices, y jugar con los cambios de tinte de sus cabellos: Alfred Hitchcock, hizo otro tanto con Psicosis, basada en una novela del olvidado Robert Bloch, que el mago del suspense convirtió en una maravilla que abrió la veda para las generaciones posteriores de psicópatas que inundarían las pantallas en las siguientes décadas.

Y viceversa, también ha habido escritores que poco menos que montaron una campaña de descrédito contra la adaptación cinematográfica de su obra. Por citar un ejemplo cercano, los ataques por parte de Antonio Gala a la adaptación que Vicente Aranda  hizo de su best seller La pasión turca en medios escritos y platós televisivos, de poco sirvieron para impedir que la gente fuera al cine atraído por ver a Ana Belén en una historia de amour fou en pleno Estambul.


Tal vez el mayor pecado de una adaptación cinematográfica sea precisamente el ansia por ser fiel. La obsesión por la fidelidad, en este caso, puede llevar al desastre más absoluto, a meras estampas en movimiento de esa parte del iceberg inmensa que es el original literario. Por eso, los cineastas más personales saben hacer suya la obra original; creando otra obra diferente, que ha de gustarnos o disgustarnos por sí misma, no porque se parezca más o menos al texto en el que se inspiró.

Podríamos seguir repasando la fructífera, y a la vez tormentosa, relación entre literatura y cine, pero ya habrá tiempo de hacerlo en más entregas. De momento nos quedamos con un chiste que circula por la red, y que no puede venir más a cuento:

Dos cabras están comiéndose una cinta de vídeo. “¿Te gusta?”, le pregunta una a otra. “En fin… a mí me gustó más el libro”