miércoles, 16 de abril de 2014

Biblioteca-granero

Proyecto de interpretación para un establo-biblioteca, Salvador Dalí, 1942


El eslogan con el que se vendió Murcia al exterior durante muchos años fue el de: Murcia, huerta de Europa. El publicista que lo creo dio en el clavo, y consiguió reflejar lo que era una realidad: la riqueza de los productos que se cultivaban en tierras murcianas. Desafortunadamente poco queda de aquel vergel, y muchas de las variedades de frutas y hortalizas que entonces se cultivaban se han ido perdiendo.

Frutas de colores intensos, y sabores ausentes u hortalizas desabridas copan las grandes superficies; mientras, en plazas de abastos y mercados, aún se pueden conseguir algo de esas explotaciones agrarias pequeñas, que preservan algo de los sabores antiguos. Pero no son los únicos, hay todo un movimiento a nivel mundial a través de las redes de intercambio de semillas, que luchan por conservar todo ese rico patrimonio ecológico que las grandes explotaciones, los productos químicos y los alimentos trasgénicos han ido empujando hacia la extinción.




En Murcia contamos con nuestra propia red murciana de semillas, y adentrarse en sus principios y acciones no es caer en un mundo de integrismo macrobiótico, sino topar con unos conservacionistas de toda una cultura, y un patrimonio, que a todos beneficia. Indagando, descubrimos conceptos tan interesantes como el de soberanía alimentaria o la facultad de cada pueblo para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible.

Y como está claro que somos lo que comemos, y por supuesto lo que leemos, las bibliotecas no podíamos estar ajenas a este movimiento. Si una de nuestras funciones es la de conservar, las semillas no tienen porque sernos ajenas. Que los libros dan sus frutos, lo dejamos literalmente demostrado en Cultivando la cultura, y varias iniciativas bibliotecarias en Estados Unidos se han sumado a este movimiento.



La más llamativa es la de la Biblioteca Regional de Basalt, en Colorado, que ofrece un servicio de préstamo de semillas a sus usuarios. Los visitantes pueden elegir las semillas que quieran cultivar en sus domicilios, y se comprometen a que una vez produzcan semillas sus propias plantas, las devuelvan a la biblioteca para que nuevos usuarios puedan repetir el proceso.

En Murcia, con la cantidad de cultivos que se han ido perdiendo, es para pensárnoslo, y ¿por qué no un servicio de estas características en la Biblioteca Regional? Ya estamos dándole vueltas a la idea.

Pero hay muchas otras bibliotecas estadounidenses que se han sumado a la iniciativa, y como bien dicen en la Richmond Grows Lending Library de California, las bibliotecas reúnen las condiciones óptimas de temperatura y luz para la conservación de los documentos, y estas condiciones son igualmente idóneas para conservar semillas. Después de todo, de eso se trata, de plantar semillas que germinen en ideas, pensamientos, creatividad, y ahora también, alimentos.

La oveja-mesilla de Dalí hecha realidad
Si Dalí en los años 40 soñó la biblioteca-establo, como un concepto de acogimiento y confort, nosotros ahora soñamos con la biblioteca-granero, repleta de semillas que germinen en las cabezas, y de semillas que alimenten los estómagos.

Y nada más apropiado para cerrar este post, que el divertido (y un punto desasosegante) vídeo del tema Apologize de los Hold your horses. Alimentos cantarines para un gran festín.


4 comentarios:

Bego dijo...

¿Un préstamo de semillas en nuestra biblioteca? ¡Me encanta la idea! Las plantas me gustan casi tanto como la lectura, así que esteré atenta por si esta idea termina por germinar y acojo una bibliomaceta en mi terraza. :-)

El blog de la BRMU dijo...

La semilla de la idea ya está plantada en nuestras bibliotecarias cabezas, vamos a darle un tiempo a ver si termina germinando. Y muchas gracias por tus ánimos Bego.

antonReina dijo...

Es una idea genial!!!
Espero que germine como sea, y que podamos celebrar algo así como una fiesta de puertas abiertas por el cultivo y la cultura.
Podríais poner un día o una hora cada mes, o cada semana, dedicado a este tipo de actividades extraordinarias en una o varias bibliotecas de la región.

El blog de la BRMU dijo...

Ha sido acabar de plantar la semilla, y ya van floreciendo nuevas ideas. Muchas gracias Anton, vamos tomando nota.