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La simpática cinta de Joe Dante: Matinee, sobre
el cine-espectáculo de los años 50 |
Cuando surgió la televisión, allá por los 50, el cine se volcó en el
3D, las películas en esplendoroso Technicolor, y las historias
bigger than life con tal de competir con la doméstica vulgaridad de la pequeña pantalla (y eso que aún faltaba mucho para los
reality shows), y ahora que ha irrumpido el libro digital, el impreso se ha vuelto más coqueto que nunca, como una dama madura que no se resiste a dejar de seducir.
Aquí y allá surgen iniciativas editoriales que elevan al libro a la categoría de fetiche, de objeto de deseo. Ya lo decíamos en
Libros que respiran: "
a los lectores nos siguen fabricando con piel, y por eso seguimos necesitando tocar el mundo que nos rodea". Y recientemente se ha clausurado en Sevilla, la primera
Feria del libro de artista y ediciones extrañas.
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Libro de uñas de Floating concrete Octopus |
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Libro-escultura de Brian Dettmer |
En este evento se han podido ver desde árboles-libro, libros comestibles (algo en lo que tendría que decir mucho nuestro chef favorito,
Firo Vázquez) o revistas editadas en una botella.
Estos libros, que muchas veces poco tienen que ver con la lectura, vendrían a ser como las creaciones imposibles de la alta costura que dominan cada temporada las pasarelas de moda:
extravagancias creativas que sirven de semillero para propuestas más prácticas. Pero de momento, quedémonos con algunos de esos sueños en formato librario, mutaciones de un objeto que sea cual sea su formato, siempre dará pábulo a la imaginación más desatada.
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Obra de Isaac Salazar |
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Obra de Libby Barrett
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Obra de Lynette Willoughby |
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Obra de Eugenie Torgerson |
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Libro de deseos de Lisa Nordstrom |
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Cartel del Festival de libros de artista y ediciones extrañas |
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