jueves, 13 de febrero de 2014

Sonrisa de bibliotecario


Una técnica básica de dibujo, aconseja que cuantos menos elementos tenga un rostro, mayor identificación encontrará el espectador con el personaje representado.

Es de una lógica aplastante: un círculo con una sonrisa y dos puntos por ojos, puede ser cualquiera. Si en cambio, empezamos a definir y personalizar los rasgos, ya adquiere personalidad propia, y dificulta que nos veamos reflejados en él.

Salvando el tupé: ¿con quién es más fácil identificarse?

Los creadores de juguetes lo saben, ahí están los Playmobil o los muñecos del Lego, para corroborarlo. Pero pese a la feliz uniformidad que representan los muñecos de estos juegos, siempre van acompañados con mil complementos con los que personalizarlos. Como ejemplo, la colección de bibliotecarios del Lego que aquí rescatamos.

En realidad podrían servir para cualquier otra profesión, pero basta un elemento (la taza en la mano con shhhhhhh) para que adjudiquemos el rancio estereotipo correspondiente. Lo que en cambio sirve de contrapunto, es la amable sonrisa que luce en muchos de ellos, y que debería ser el complemento obligado que adornase nuestros rostros bibliotecarios ante cada nuevo usuario.


Pero sobre todo, para lo que parecen apropiados estos muñequitos bibliotecarios, es como ilustración de esa gamificación rampante que todo lo invade. El "palabro" en cuestión para quien no lo conozca, proviene de game (juego en inglés), y describe la tendencia actual por utilizar las técnicas propias de los juegos, de lo lúdico, para atraer al público. En un interesante artículo publicado en Infotecarios, describen experiencias puestas en práctica en distintas bibliotecas, que resultan muy interesantes. 

¿Nos están abocando las nuevas tecnologías a una infantilización progresiva?, ¿es necesario revestir todo con un poco de azúcar, como cantaba Mary Poppins, para captar al público? Nosotros en cierta manera, ya lo estamos practicando con proyectos como nuestra Biblioteca Top Secret, o nuestras Acciones artístico-bibliotecarias, y hasta con el tono general de este blog. Pero será interesante observar hasta dónde nos lleva este afán por camuflarlo todo bajo el disfraz de lo liviano.

Y precisamente estos días está arrasando Lego, la película, que se acaba de estrenar. Una cinta de aventuras animadas que discurre en ese mundo cuadriculadamente perfecto, en el que todas las piezas están fabricadas para encajar, pero en el que no siempre encaja todo como debería. Tal cual como nos pasa a los bibliotecarios en el cambiante panorama actual.

Todo esto nos ha traído a la memoria un corto que no podíamos encontrar mejor momento para recuperar. Una lego-bibliotecaria esforzándose por controlar el caos de la jungla, que siempre está al acecho para invadirnos. 
 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

pues a mi el video me ha parecido super bonito. El mensaje lo he interpretado de otra forma, no sé lo mismo se me ha ido la pinza, pero lo que a mi me ha transmitido la poesía no está tanto en los libros que reflejan la vida si no en la vida misma.

La vida no es una estructura cuadriculada sino caótica parecida a una jungla, tan rica en matices, que es imposible colocarla en una estantería.
Una bonita metafora.

El blog de la BRMU dijo...

Buenísima interpretación, sí señor...

Anónimo dijo...

gracias, me encanta que te haya gustado mi interpretación.

Por último una precisión, soy señora.

Las mujeres y sus matices ...