sábado, 13 de diciembre de 2014

Ahora caigo



Hace unos días en el simpático concurso de Antena3, Ahora caigo, uno de los participantes era bibliotecario. Una profesión que al eterno presentador del veterano concurso de La 2: Saber y ganar, Jordi Hurtado, no le hubiese llamado la atención, pero que en cambio al dicharachero presentador de este espacio, Arturo Valls, le debió resultar algo exótica en su concurso.

Mario, que así se llamaba el bibliotecario concursante, se presentó debidamente, y Valls le comentó que la suya era un profesión en extinción. Ante la respuesta en sentido contrario de Mario, el presentador en tono irónico le replicó que claro que sí, que todos los días estaban abriendo bibliotecas en los barrios, y que estaban llenas de gente; a lo que el bibliotecario orgulloso de serlo, le dijo que al menos la suya si estaba llena de gente y de vida.

No hay que culpar a Arturo Valls del desconocimiento que manifiesta sobre la realidad de las bibliotecas, es el lugar común que, salvo los usuarios de bibliotecas, tiene en mente mucha gente. Una idea que además tiene fundamentos reales en los que sostenerse, mucho más allá de la idea de que Internet las esté dejando obsoletas.

"No mantenga la calma cuando las bibliotecas
están amenazadas"
En el reciente Congreso de biblioteca públicas, un bibliotecario inglés relató la crítica situación que el sistema de bibliotecas públicas del Reino Unido está viviendo; con cierres generalizados, y con el alistamiento de voluntarios en vez de profesionales para que gestionasen las bibliotecas que los poderes públicos aún conservan en funcionamiento. Eso en un país como Inglaterra, dónde se gestó el concepto de biblioteca pública durante la Revolución Industrial.

En España no hemos llegado a esa situación, pero como nos advertía el colega británico, deberíamos preocuparnos, y estar alerta. Cierres de bibliotecas ya hemos sufrido en algún municipio; pero sobre todo, lo que llevamos padeciendo son unos recortes que hacen que el día a día sea una continua prueba de supervivencia.

"No mantengas la calma y salva nuestras bibliotecas"
Nada que ver con países a los que hace unos años se observaba con condescendencia, y que ahora han asumido el liderazgo al considerar a las bibliotecas como instituciones básicas en el desarrollo de sus comunidades. Y no nos estamos refiriendo a países pobres, sino a países en plena pujanza económica. El paradigma colombiano debería ser un ejemplo a la hora de argüir razones por las que las bibliotecas son importantes.


En la actualidad, en Colombia se construyen casi cuatro bibliotecas públicas por mes. Tanto es así, que desde 2010 se han construido 104 bibliotecas, y sólo en el último año se construyeron 44. Una de las medidas que se promovieron desde los responsables públicos para asegurar los presupuestos destinados a bibliotecas, fue destinar los ingresos del IVA por la telefonía móvil a la cultura, dando prioridad a las bibliotecas. Leer sobre la experiencia colombiana, es una auténtica lección de lo que se puede hacer por parte del sector público para promover el desarrollo a través de la cultura.

Bibliotecas vivas en Colombia
No es nada nuevo, la ciudad de Medellín, una de las más tristemente famosas del país por su vinculación con el narcotráfico y la violencia, ha experimentado grandes avances gracias a la apuesta decidida por el sistema público de bibliotecas, entendido como un instrumento para el progreso social.

Pero no sólo en Colombia, en el gigante económico que intenta usurpar el liderazgo mundial a los Estados Unidos: China, la apuesta de las autoridades por las bibliotecas públicas es decidida.

Noticias que llegan desde países más que emergentes, mientras tanto se habla de la decadencia europea, y concretamente del Reino Unido: ¿será su abandono de las bibliotecas públicas una de esas señales que, siglos después los manuales de historia recogerán como signos del declive?

Por nuestra parte, confiemos en que los descensos en presupuestos y apoyos de estos últimos años no se conviertan en una caída libre, y que nuestros responsables caigan en la cuenta de la importancia de preservar y potenciar las infraestructuras culturales básicas, y no nos dejen caer.

Y precisamente en estos días, el cantante inglés Robbie Williams ha declarado en las redes (en una más que probable estrategia publicitaria) su intención de abandonar el show business y buscarse otra ocupación. En este blog ya hemos hablado en muchas ocasiones de la querencia de los músicos por la profesión bibliotecaria; así que nos atrevemos a sugerirle al gamberro Williams que oriente sus pasos profesionales hacia las bibliotecas, eso sí, tal y como pintan las cosas: mejor que lo haga en Colombia.

Robbie Williams, saturado del egocentrismo de una pop star: 
¿se decidirá por ser bibliotecario?

4 comentarios:

Silvia dijo...

Muy buen artículo :)

El blog de la BRMU dijo...

Muchas gracias Silvia, sea mejor o peor, lo que no deja de ser es necesario: recordar que las bibliotecas seguimos siendo relevantes.

Anónimo dijo...

Me alegro al comprobar que el espíritu de servicio honesto e inteligente al ciudadano persevera, al menos en la BRMU, es reconfortante pensar que de momento no tenemos que ir a China ni a Colombia ;)

El blog de la BRMU dijo...

En todo caso de turismo, pero no porque nuestras bibliotecas estén al borde del hoyo. Y no solo en la BRMU, en muchísimas otras bibliotecas de la región y de todo el país, los profesionales luchan cada día por dar el mejor servicio posible dadas las circunstancias.

Muchas gracias por tus palabras.