Ava y Stewart evadiéndose de la realidad |
Los hermanos Wachowski nos explicitaron con claridad que la realidad que percibimos está basada en mentiras en su obra magna Matrix (la primera parte, después lo pretencioso se les fue de las manos haciendo indigestas las siguientes) ; la estupenda El show de Truman, nos dejó claro que no hay que fiarse de lo que suponemos real, porque igual todos están confabulados para engañarnos. Y saltándonos décadas de cine, en la película de 1956, Cruce de destinos, el irreal bellezón de Ava Gardner sostenía un diálogo con su enamorado Stewart Granger, que era toda una oda al escapismo y un corte de mangas a la realidad:
“Los únicos que aceptan la realidad, son los que no tienen el valor suficiente para escapar cuando la ven llegar”
Truman, una vez descubierto el engaño: dispuesto a subir las escaleras, abandonar su mundo, y enfrentarse a la realidad |
J.M. de Prada también recurre a Matrix para denunciar las realidades que a él no le gustan en su último libro |
Y es que ya no son pocos, son legión, los que no sólo caminan absortos en sus móviles cuando se paran en un semáforo, sino que caminan mientras whatsappean, juegan al Candy crush, o chatean. Si no bastaba con los obstáculos que uno se va encontrando por la ciudad, ahora además se añade el esquivar a los zombis del móvil. La vida cada vez más parecida a un videojuego.
Una declaración de ¿amor o de enfado? en tiempos de smartphones: "Siempre que estés dispuesto a levantar tu mirada del móvil, estoy aquí para ti" |
El Ayuntamiento también dentro de esta campaña de concienciación ciudadana, incluye una performance con el nombre de Susto o muerte, en la que un actor disfrazado de muerte asustará a los peatones que vayan distraídos con su móvil o cascos. Esperemos que el esfuerzo municipal dé sus frutos; pero luego no nos quejemos de que el papá Estado nos tome por niños a los que hay que tutelar, y nos regule hasta en lo más nimio.
Antes de que todo lo tecnológico invadiera nuestras vidas, nuestros mayores se evadían de manera mucho más dosificada. Lo habitual era recurrir al cine los fines de semana, a o a la radio; la televisión ya fue un primer paso para este enganche continuo a la evasión que estamos viviendo ahora. Pero, ¿y los libros?
Los libros siempre han estado ahí (bueno al menos desde hace más siglos que todos los inventos posteriores), para evadirnos de la realidad y anclarnos a ella por igual; y pese a todas las campañas que se quieran organizar, siguen siendo la mejor manera de construir esa conciencia cívica que haría innecesaria ninguna performance para enseñarnos algo que hasta un niño sabe: si no llevas cuidado corres el riesgo de sufrir un accidente.
En la biblioteca de Chicago lo tienen claro, y por eso con su campaña Take 20, Read Plenty, persiguen fomentar la conciencia cívica en los niños mediante la lectura; incidiendo en la importancia de que se les lea a los niños al menos 20 minutos todos los días. Y a tenor del último baremo de hábitos de lectura, un porcentaje de la población española debería tener adiestrada esa conciencia cívica, aunque en demasiadas ocasiones cotidianas nadie lo diría (por otra parte, también es cierto que dicho baremo nos dice cuántos leen, pero no lo que leen).
Pero centrándonos en los datos puros y duros, los murcianos quedamos muy mal parados. El barómetro señala que uno de los índices más altos de lectores habituales se da en el levante,…hasta que se llega a Murcia. Algo que contrastado con nuestras estadísticas de préstamo de libros se contradice totalmente, pero es obvio, que nuestra visión está sesgada: nosotros trabajamos rodeados de esos murcianos que sí leen, aman la cultura y gustan de las bibliotecas. Y no, nuestro mundo bibliotecario no tiene nada de irreal, sólo hay que venir un sábado por la mañana para constatarlo.
Todo el levante de azul marino, hasta que llega a Murcia y se vuelve gris |
Las campañas para promover la conciencia cívica están muy bien, pero a la luz de estos datos, también estaría muy bien reforzar el sistema de bibliotecas públicas para que esa conciencia naciera de la cultura; y dotar de medios a las bibliotecas para que puedan ir a más en su fomento. E igual de ese modo, no haría falta recordar a ciudadanos adultos, cuestiones básicas de convivencia que deberían ser de lo más obvio.
Y para terminar, nada mejor que rescatar un clásico de los 90. La sinfonía agridulce de The Verve, tuvo un vídeo que pareciera hecho para servir de guía en un curso de urbanidad vial. Tal vez sea una percepción viejuna ( pero, ¿qué quieren, si las bibliotecas somos viejóvenes, y hasta tenemos un manual de urbanidad bibliotecaria), pero no sólo en el uso de móviles o el abuso de bicicletas por las aceras, se percibe ese enseñoramiento egoísta con el que algunos habitan el espacio urbano: hay mil detalles más que Richard Ashcroft (¿qué habrá sido de él?) encarna a la perfección en su paseo avasallador.
2 comentarios:
Muy interesante este post, y muy actual a la vista de tanta evasión virtual, de tanta gente esclava del móvil, yo me pregunto, ¿Tan dura es la realidad para aferrarnos a estos medios tan pobres e insulsos?
A veces la realidad nos supera, y necesitamos una pequeña evasión pero no la definitiva porque supondría un acto en si de cobardía por no afrontar compromiso, responsabilidad, miles de razones..
Al hilo de esto muy interesante la peli Interestelar que plantea ésta y otras cuestiones, todas ellas muy profundas nada que ver con ir colgados a un móvil.
Muchas gracias por la recomendación, la tenemos que incluir en el próximo pedido de películas para la biblio.
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