martes, 4 de diciembre de 2012

Sonríe, nos están vigilando

Javier Bardem y Scarlett Johansson emulando a James Stewart y
Grace Kelly en La ventana indiscreta de Hitchcock


El último semanario de El País recoge una entrevista con Latif Yahia, supuesto doble del hijo más aberrante del por sí aberrante Saddam Hussein. Su historia, bajo sospecha de veracidad, ha dado lugar a la preceptiva película que se estrenará en breve, pero más allá de la noticia, lo que nos ha llamado especialmente la atención son unas declaraciones a cuenta de Facebook: "Facebook no tardará mucho en dejar de ofrecer sus servicios. La CIA dijo hace poco que esa red social ya reúne datos sobre dos terceras partes de la población mundial y que ya ha cumplido su cometido."
Facebook, un gran lugar para difundir chismes
Las teorías conspiratorias tienen su punto: desde el agente Mulder al tan revitalizado James Bond, elucubrar sobre las alcantarillas del poder siempre ha sido apasionante. Lo que no alcanzamos a entender, es cómo consigue la CIA pese a sus avanzadas técnicas, depurar la información de las redes sociales.

¿Cómo detectar a un posible enemigo del pueblo americano entre millones de comentarios sobre lo guapas y jóvenes que son las que cuelgan fotos, felicitaciones por cumpleaños, bodas y bautizos, declaraciones de parejas que necesitan audiencia para asegurarse de que se quieren o kedadas para hacer botellón?, ¿qué asombrosos filtros depuran la información entre tanta morralla, o es simple y puro chismorreo como el que referíamos en Bibliotecarios cotillas? Pero algo podemos intuir, gracias a una biblioteca hasta ahora top secret.

Divertida reflexión pillada en Facebook

Se va a celebrar una subasta de lo más intrigante el próximo enero, de fondos de la Gentleman Library, o lo que es lo mismo la Biblioteca de los Caballeros. Obras de una biblioteca del perfecto caballero inglés, en la que se ofrecen títulos del catálogo del servicio secreto británico de inteligencia MI9, y que incluye el libro Per Ardua Libertas de 1942.



Bond a punto de echar a volar

Dicho libro pareciera el manual básico para el personaje de Q en la saga Bond (ya saben el inventor de los inefables gadgets que utiliza 007 para salir airoso en sus misiones) porque incluye desde botones o dientes de oro que en realidad camuflan brújulas, sierras para metales ocultos tras tableros de dardos, mapas impresos en ropa, cámaras disfrazadas en mecheros, uniformes transformables en trajes de negocios o mapas impresos en seda.

Ahora que parece que los únicos que monopolizan la licencia para chafardear profesionalmente, son los irritantes periodistas del corazón, un muestrario como el que ofrece la Gentleman Library se reviste de encanto. Pero sea ante la CIA o ante los paparazzis, el mejor consejo contra los cotillas que nos rodean por todas partes, sigue siendo el que dio la folklórica más tristemente célebre en los últimos años: dientes, dientes, que es lo que les j…


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