El erotizado Drácula de Christopher Lee |
Nada mejor que el género fantástico para tomar el pulso a cada época. A cada momento le ha correspondido un monstruo que diera cuerpo a los miedos latentes: en la crisis de 1929, fue el arrebatadoramente romántico King Kong; en plena época victoriana, gracias a Bram Stoker, fue el vampiro el encargado de hacer irrumpir el erotismo más inconfesable; el temor religioso a los avances de la ciencia dio luz a Frankestein; la invasión de los ladrones de cuerpos en los 50 recreó la paranoica anticomunista; y en la debacle de este nuevo siglo: ¿quién mejor que los zombis para desencarnar el sin rumbo del capitalismo salvaje?
Y así en el McPherson College en Kansas, han elaborado una guía de la biblioteca en formato cómic bajo el título: Biblioteca de los Muertos Vivientes, o en Australia se ha editado el calendario de Zombis en la Biblioteca, al que pertenecen varias de las fotografías del post.
En bibliotecas escolares como la perteneciente a la A.G. West Black Hills High School en el estado de Washington, llegan más lejos y convierten a los zombis en inquilinos decorativos de sus salas. En este caso, los zombis son sólo la manifestación más llamativa de un cambio a la hora de concebir los servicios bibliotecarios, que evolucionan al ritmo digital que demandan sus estudiantes, y en los que los profesores-bibliotecarios son figuras claves de la comunidad educativa.
Paradójicamente a esta invasión, las bibliotecas son los mejores refugios posibles para resistirse a la zombificación de la sociedad. En nuestras salas, están las claves para construirse un criterio propio que te haga inmune a las múltiples manipulaciones a las que estamos expuestos, el antídoto más completo ante cualquier vudú financiero, político o mediático que quieran practicar sobre nuestras voluntades.
Pero la marea zombi se perpetúa con el cómic Los muertos vivientes y su adaptación televisiva, con películas tan jocosas como Juan de los muertos, o con la próxima adaptación de Guerra Mundial Z con Brad Pitt; aunque nosotros ante el grosero exhibicionismo de los zombis actuales, siempre soñaremos con la maravillosa sugerencia de títulos clásicos como Yo anduve con un zombi.
Y por cerrar con otros clásicos, rescatamos precisamente el Voodoo Lounge (Salón vudú) de los Rolling, un tema de gigantes que hacen suyas las calles a ritmo de buen rock, sin que ninguna amenaza zombi del tipo que sea pueda frenarles.
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