Moore y su archienemigo viendo Farenheit 9/11 |
En Hollywood Boulevard, concretamente
en el cruce con la avenida Wilcox, luce un mural del pintor Thomas Suriya, que
pese a ser bastante grotesco, lleva décadas convertido en imagen típica de la
meca del cine.
Suriya restaurando su mural |
Sin duda para muchos, estaría fuera de
lugar, sería como introducir el anti-glamour entre tanto relumbrón, pero para
los bibliotecarios su presencia estaría plenamente justificada, a ser posible
junto a Bette Davis (otra debilidad bibliotecaria por otros motivos).
Independientemente de que guste más o
menos su discurso a la hora de denunciar injusticias en su país, a Moore no se
le puede negar haber creado estilo (y si no que se lo digan a Mercedes Milá y
su Diario de…), y además nos tiene ganados a los bibliotecarios desde hace años.
Bibliotecario militante radical: protegiendo tu derecho a leer |
Shhhhh! las bibliotecas son radicales |
Y por otro lado, el azote
cinematográfico del expresidente Bush, calificó a los bibliotecarios como
subversivos, situándonos entre las personas más peligrosas de la sociedad.
La razón de sus palabras deriva de los
intentos de censura que recibió su libro Estúpidos hombres blancos, y del
empeño de una sola bibliotecaria por acabar con esa censura. Hace años el blog
El documentalista enredado, nos daba todos los detalles, en un post que no tiene desperdicio, y del que
recuperamos las siguientes palabras de Moore sobre nuestro gremio:
“Mucha gente los ve como ratoncitos maniáticos obsesionados con imponer silencio a todo el mundo, pero en realidad lo hacen porque están concentrados tramando la revolución a la chita callando”
Los estereotipos caducos se derrumban,
y si Moore decía eso hace años, pareciera que algo tan ajeno a él, como el manga
y el anime japonés, le dieran la razón.
La figura del bibliotecario/a ha servido para bastantes personajes de series animadas japonesas, que aunque rodeados de libros, nada tienen que ver con la figura de ese ratoncito maniático. Repasar algunos de ellos, es un auténtico delirio que sólo podía ser Made in Japan, y que cual producción hollywoodense en varias entregas, detallaremos con esmero y regocijo en Cuidado con nosotros. El desenlace.
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