jueves, 1 de agosto de 2013

Marejada bibliotecaria en el paraíso


A nadie que las conozca se le ocurriría regatearle el apodo de islas afortunadas a las islas Canarias, gracias a ellas lo tropical se hace europeo, e influyen, y mucho, en que nuestro país sea una potencia turística mundial.

Biblioteca móvil en la costa francesa
Los plátanos, las playas, los volcanes, el mojo picon…, son muchos sus atractivos, y por eso afortunadamente, las noticias desagradables que provienen del paraíso pronto se olvidan. Es el caso de las declaraciones de la alcaldesa del municipio grancanario de Telde, en las que sostenía que las bibliotecas no dan dinero. Unas declaraciones que ante el revuelo que se ha formado en las redes sociales, fueron posteriormente matizadas por la política, aduciendo que habían sido sacadas de contexto, y que en ningún caso se insinuaba el cierre de las bibliotecas.

Biblioteca de playa en Albena (Bulgaria)
Sin entrar en valoraciones, ya que las aguas parecen  haber vuelto a su cauce por el momento, el incidente sirve para destacar dos cosas: la presión que las redes sociales y por extensión, Internet, siguen demostrando a la hora de influir en los asuntos públicos, y la defensa que ha supuesto este revuelo de cara a las bibliotecas.

No es un chiringuito, es una biblioteca de playa en Brasil
Se dice que no existen las coincidencias, pero precisamente también la misma semana en que se publican estas declaraciones, se ha celebrado una mesa redonda dentro de los cursos de verano de la Complutense bajo el título: La biblioteca pública como elemento de reactivación económica, que nuestro blog de cabecera Bibliotecas 2029 sintetiza a la perfección en este post.   

Nosotros ya dijimos que las bibliotecas cotizan más que el oro, ahora sólo falta que quienes toman decisiones terminen de creérselo.

De las olas a los libros
Mientras, y ya que estamos en el paraíso canario, qué mejor que recrearnos con estas bibliotecas playeras, demostrando que el turismo de sol y playa no está nunca reñido con la cultura. El contrapunto musical a la posible deriva pachanguero-playera, lo pone la exquisita melancolía de Beach House (Casa de playa), con su tema Wishes (Deseos), justo lo que muchos sentimos: deseo de playas paradisíacas, lecturas y un mayor conocimiento del auténtico papel de las bibliotecas públicas.



2 comentarios:

Luis Sánchez dijo...

Si cada vez que a un politicucho de segunda (que hoy por hoy son todos) se le reprocha la barbaridad que ha dicho nos van a responder que estamos sacando las palabras de contexto vamos a tener que enviarlos a cursos de verano (que perfectamente podrían hacerse en bibliotecas) para que aprendan a expresarse. Porque no puede ser que la inmensa mayoría de la ciudadanía entienda siempre mal las cosas. Y no estoy diciendo que los políticos sean medio idiotas, por favor, no me saquen de contexto: estoy diciendo que son PLENAMENTE idiotas.

Anónimo dijo...

jajajjajaja que bueno