Desde Perú nos llegan noticias de un proyecto que vuelve a llenarnos de orgullo, de orgullo bibliotecario claro está. Se trata del proyecto UBIP, o lo que es lo mismo. “Una biblioteca para mi pueblo”. Un proyecto que nace hace dos años gracias al hispano-chileno de 73 años, Máximo Kinast. Su idea fue la de crear o relanzar bibliotecas en todas las comunidades del país, incluso en aquellas más recónditas y azotadas por el terrorismo o el narcotráfico.
De momento ya han creado una biblioteca en Qasangay, y una “chiquiteca” (para niños) en Lima. Pero la cosa no acaba aquí, con el apoyo de la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid, han reactivado más de una veintena de bibliotecas en zonas pobres, y siguen sumando nuevos objetivos incluso en las zonas selváticas del Valle de los Ríos Apurimac y Ene.
Lo más emocionante de todo, es la red de colaboradores con que cuenta este proyecto. Estudiantes, voluntarios extranjeros, bibliotecarios y profesionales de ciencias afines que cada año llegan a Perú por sus propios medios, sólo para ayudar a desarrollar las bibliotecas. Todo ello siguiendo el sistema de trabajo del Ayni, una manera de compartir esfuerzos, procedente de la sociedad rural de la zona; por la cual los vecinos se ayudaban entre sí, bien construyendo casas, o trabajando el campo siguiendo el lema de “hoy por ti, mañana por mí”.
Con noticias como ésta, ¿cabe sentirse más orgulloso de ser parte del mundo bibliotecario?
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