El año pasado una de las entradas en el blog que más éxito cosechó fue la dedicada a Zack, bibliotecario de Nueva York. El motivo no fue por su acendrada profesionalidad, ni por ninguna innovación que hubiese aportado a la biblioteconomía. No. El gran mérito de Zack, que despertó comentarios a base de gruñidos, exclamaciones subidas de tono, y onomatopeyas varias entre nuestras seguidoras en Facebook, fue el hecho de haber posado como su madre lo trajo al mundo para un calendario solidario.
Lo de desnudarse por causas solidarias, siempre tiene tirón, claro está que el tirón resulta mucho más mediático si el palmito del reivindicativo/a en cuestión, alegra la vista en vez de agredirla (que para eso ya están las playas).
"Todos los animales tienen las mismas partes" Pamela Anderson demostrándolo para PETA |
Es curioso como todas las activistas muestran unos cuerpos cuidados, y si hace falta convenientemente recauchutados para que así la reivindicación tenga mayor peso. Y de esta manera es como la escritora brasileña Vanessa de Oliveira ha decidido luchar contra la piratería literaria.
Vanessa Oliveira no necesita post-it |
Un fin loable, como tantos otros, pero tal vez consciente de que el medio puede hacer que se olvide el mensaje, cual el protagonista de Memento, ha adornado su cuerpo con eslóganes recordando el porqué de su desnudo. Algo que se le olvidó hacer a Lucía Etxebarría en su desnudo de Facebook, e igual le habría evitado tanto varapalo.
En definitiva, que si la cultura cada vez va a estar más en pelotas, quizás la única opción sea nadar contracorriente y guardar la ropa.
Oliveira ganando adeptos a la causa |
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