El libro digital jubilará o no al impreso (ya se verá) pero lo que nunca podrá hacer, es respirar. Nos podrá emocionar, enseñar o informar, pero nunca le palparemos los nervios, ni sentiremos la piel que los recubre, no habrá ex libris que nos revelen quién fue su dueño, ni elaborados adornos que nos descubran su poder.
Y desde luego no nos contarán, sin necesidad siquiera de abrirlos, ninguna de las historias que nos cuentan los libros que desde el pasado 22 de abril se muestran en la sala de exposiciones de nuestra biblioteca, dentro de la exposición Encuadernaciones de la Biblioteca Regional, que dado el éxito obtenido y la afluencia de público interesado, se ha tenido que ampliar hasta el próximo 3 de mayo.
Una idea común es pensar que los bibliotecarios nos leemos todo lo que luce en las estanterías. Afortunada y desgraciadamente no es así. Desgraciadamente por falta de tiempo, y afortunadamente porque nos ahorramos auténticos muermos que, por aquello de que para gustos los colores: estamos obligados a ofrecer.
Por eso nos gusta tanto, cuando tenemos la oportunidad de confundirnos con los visitantes de nuestra biblioteca, y un compañero especializado en alguna materia, nos descubre las joyas que atesoramos. Y eso es lo que ha hecho nuestra compañera Amparo Iborra, responsable de Fondo antiguo, montando esta estupenda exposición: llevarnos desde el siglo XVI hasta nuestros días, a través del cuero, el pergamino, las cantoneras, o los grabados, que nos va explicando en detalle con cada una de las visitas guiadas, cuyo horario puede consultarse aquí.
El recorrido nos depara sorpresas como el libro de la primera foto. Se trata de uno de los siete ejemplares de una colección única del XVIII, encuadernado en pergamino, y sobre el que se grabó y decoró, manualmente, un resumen de la historia en viñetas. Algo insólito, que lo convierte en un claro precedente de los cómics.
Y es que el viaje propuesto no es un recorrido a la nostalgia, ni mucho menos. Aquí y allá surgen ferias de libros de autor, diseños únicos, y propuestas artísticas que dejan claro cuál es uno de los futuros del libro impreso: el fetichismo (y no es la primera vez que lo decimos). Liberado de ser un simple transmisor de información (eso queda para el aséptico y frío libro digital) el libro físico puede revestirse de las mejores galas, convertirse definitivamente en objeto de culto, de placer estético que entrelaza continente y contenido.
Ahora más que nunca, los libros se convierten en objetos de deseo, tal cual pasa con los vinilos en lo que concierne a la música. Por el momento a los lectores nos siguen fabricando con piel, y por eso seguimos necesitando tocar el mundo que nos rodea para aprehenderlo: y es de eso, y no de otra cosa, es de lo que nos habla esta fascinante exposición.
Encuadernaciones de la Biblioteca Regional: del 22 de abril al 3 de mayo |
2 comentarios:
Preciosa la exposición. Es una pena que no durase más tiempo ni se difundiese más... La vi de casualidad y me encantó. ¡Felicidades!
Muchas gracias, trasladaremos las felicitaciones a los compañeros que la han organizado. En tiempos precarios que podamos seguir montando exposiciones como ésta, nos motiva mucho.
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