martes, 4 de marzo de 2014

Anecdotario de salón


Aparentemente el salón que ocupa el centro de nuestra Acción artístico-bibliotecaria#2 no es ni de lejos un salón exquisito como los salones que Proust describe en El mundo de Guermantes. Tampoco puede compararse ni por asomo con el fascinante salón de Madame du Deffand, en el que se congregaban las mentes más brillantes de la Ilustración francesa.

Nuestro saloncito estéticamente sería más cercano al salón de los Alcántara en Cuéntame, o incluso, del cuarto de estar de extrarradio de la almodovariana ¿Qué hecho yo para merecer esto? Pero en cambio, aglutina aspectos de referentes tan extremos.

Puede que no haya aristócratas (al menos no nos consta), ni enciclopedistas, pero ofrece una selección de obras que encierran placeres tan cultivados como los que podía ofrecer Madame du Deffand; y al mismo tiempo, en su modestia, acoge a nuestros visitantes como si fuera el hogar de algún familiar, si no acaso el propio. Y de eso se trataba.


Begoña dando vida a nuestro salón

Begoña recuerda cuando su padre la llevó con 5 años a la biblioteca, entonces ubicada en Alfonso X. Allí le hizo su primer carné, que conserva desde entonces, tal fue el impacto que le produjo un edificio repleto de libros que podía llevarse a casa. Desde aquel día, sigue siendo habitante de nuestra biblioteca, y en cuanto descubrió nuestro saloncito, no dudó ni un momento en participar en nuestro photocall y enviarnos la foto de su feliz embarazo.

Visitante sintonizando con nuestra propuesta
Dos meses después, nos llega una nueva foto de Begoña en el salón, pero en esta ocasión acompañada de Manu, en el día en que estrenaba biblioteca. Han pasado casi 20 años desde que la biblioteca se inauguró en su nueva ubicación, hemos tenido anédoctas de todo tipo y condición. Algunas realmente emocionantes, pero pocas tan bonitas como la que nos ha proporcionado Begoña, con estas fotos de antes y después. Las nuevas generaciones de la BRMU ya están aquí.

Tanto han hecho suyo el salón nuestros visitantes, que un usuario nos ha pedido permiso para hacerse un retrato en él; pero no con el móvil, ni con una cámara de fotos. Un retrato, retrato, con un pintor que instalaría su caballete y lo pintaría sentado en el sofá. Si eso no es una verdadera acción artístico-bibliotecaria, nada puede serlo.



Son muchos los habitantes que nos están enviando las fotos para el collage final que haremos cuando se acabe esta acción artístico-bibliotecaria#2. Para abril, nuestro saloncito se desmontará para dejar paso a la siguiente propuesta, y estamos seguros que más de uno añorará este rincón (los primeros, algunos compañeros de la biblioteca). Confíamos en que la próxima acción sea tan bien recibida,  y que una vez más, nuestros visitantes la hagan suya desde el principio.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

En general que fotos tan bonitas. Pero mi prefe es la chica embarazada y luego con su bebe. Si la felicidad tuviera un retrato sería una mujer embarazada. Es el momento vital por excelencia, las hormonas se encargan de hacerte más guapa, más feliz, más lectora, más complaciente. Sin duda fue el momento más pleno y pletórico de mi existencia, creo que nunca seré tan feliz... (siempre que sea deseado ), creo que es lo mejor que le puede suceder a una mujer. Los sentimientos que se experimentan son mucho más intensos que enamorarse, mucho más físicos y más auténticos y por supuesto permanente, ser madre es para toda la vida.






El blog de la BRMU dijo...

Todas las fotos de nuestros usuarios en el salón, nos encantan. Pero la foto de Begoña, que así se llama la feliz madre, ha sido uno de los regalos más bonitos que nos han hecho a la biblioteca.

Con "clientas" así las bibliotecas tenemos asegurado el futuro.