Publicado: el 13/12/2011
Reflexionando: ¿ha cambiado en algo el estereotipo de bibliotecario?
Ilustración de Cristina Figueroa |
Antes que nada, decir que no nos gusta nada el exceso de corrección política que interpreta cualquier broma en publicidad, como una ofensa.
Que una secretaria o enfermera no pueda ser sexy en un anuncio porque denigra a las mujeres o a la profesión, que no se pueda ironizar con los médicos a cuenta del copago sanitario porque atenta a su ética, o que un taxista no pueda aparecer como maleducado y grosero porque da mala imagen del gremio.
El exceso de susceptibilidad mata el humor, amén de ser signo de poca inteligencia. Pero el último anuncio de Pepsi Cola está tocando la moral de nuestro gremio, y no está del todo injustificado.
La última campaña se basa en un vídeo interactivo ambientado en una biblioteca. El vídeo en sí está simpático por la posibilidad de participar en la trama, pero la frase que han elegido para lanzar la campaña a través de Facebook, no tanto: las bibliotecas no molan. Y claro la respuesta vía redes sociales no se ha hecho esperar, y un conato de boicot a la marca está corriendo como la pólvora por la red. Un caso que nos recuerda a la reciente espantada de marcas del programa de televisión La Noria, y que habla del poder que los consumidores tenemos ahora para mostrar nuestro disgusto: un poder muy bueno (en el caso de La Noria) pero que como diría el tío de Spiderman, requiere de una gran responsabilidad.
El ogro bibliotecario según Pepsi Cola |
Pero volviendo a la imagen de los bibliotecarios, debemos decir que nosotros somos los primeros en reírnos de nuestro estereotipo de rancios. Nos lo hemos ganado a pulso (y en ocasiones nos lo seguimos ganando), pero los usuarios habituales de las bibliotecas saben desde hace tiempo que hemos cambiado muchísimo, que somos una de las profesiones que más ávidas están de actualizarse, entre otras cosas porque en ello reside nuestra supervivencia.
Por eso lo menos gracioso de la campaña de Pepsi, no es que la bibliotecaria sea poco agraciada, malencarada y rancia (eso ya está muy sobado), lo menos acertado es la imagen que da de cara al público que pretende captar la multinacional, que no es otro que los jóvenes. El asociar una institución cultural, la formación y a la cultura en general con el aburrimiento, lo rancio, lo poco guay, lo que no mola; no parece lo más sutil ni inteligente. En cambio su rival Coca Cola (y en este caso sí es por meter el dedo en la llaga) nos ofreció hace tiempo un anuncio ambientado en una biblioteca que era una maravilla y que rescatamos del post anterior sobre ¿Estudia o ligas?:
Resultado: en el combate entre la burbujeante Pepsi Cola y los aburridos, feos y grisáceos bibliotecarios, no sabemos aún quién quedará KO; pero lo que tenemos claro como consumidores es que apostamos por la Coca Cola.
Más información en: PR Marketing
1 comentario:
Pues va ser que si. Nos quedamos con Coca-Cola.
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