viernes, 17 de junio de 2011
Extras del Pack Negro transversal
Si hay un género (literario o cinematográfico) que ha hecho de la ambigüedad su seña de identidad, ese ha sido sin duda el género negro. Una ambigüedad moral, social y sexual que al perpetrar este pack (tal cual como un atraco) extendemos en todos los sentidos, mezclando el bien con el mal, lo luminoso con lo turbio o lo masculino con lo femenino.
Un género que se regenera continuamente, con nuevos espacios y autores, que lo mantienen vigente siempre. Y como ejemplo, abrimos recomendando la aclamada obra de
Ricardo Piglia: Blanco nocturno, una novela negra de ambiente rural que se bifurca por vericuetos literarios y argumentales fuertemente adictivos.
Pero retornando a los cánones, de entre todos los arquetipos que tan generosamente ha legado el género (el detective, el soplón, el poli, el pistolero, el político corrupto…) es casi imprescindible contar con una femme fatale. El surtido es tan amplio e ilustre que cuesta elegir, pero como nunca queremos ser obvios, rescatamos para la ocasión a Michelle Pfeiffer en Los fabulosos Baker boys, una película que nada tiene de género negro, pero cuya escena sobre el piano cumple todos los requisitos inexcusables de cualquier mujer fatal hilando su telaraña:
El movimiento de liberación femenina también llegó a la femme fatale: la insinuación, la sugerencia y el doble sentido se desvaneció del todo en los 90, dando paso a auténticas depredadoras. Linda Fiorentino en La última seducción, trasladó el arquetipo de la vampiresa a otro nivel,al de una Terminator de la seducción.
Ese pragmatismo del personaje de Fiorentino, o de una Sharon Stone, modernizaron el prototipo llevándolo al extremo. Un paso más, y alcanzan la parodia del dibujo animado que años antes representó Jessica Rabbit (en un claro precedente de lo que luego sería la genial serie de cómics Blacksad, incluida en el pack). Pero en este caso concreto, ella no tenía la culpa, simplemente la dibujaron así:
Solo del cartoon podía surgir este cruce gozoso de todas las sex symbols fatales que el cine ha dado. Y para completarlo, Kathleen Turner le prestó su voz ronca y profunda para terminar de redondear a tan fantástica criatura. Una Kathleen Turner que aún arrastraba el halo fatal de haber sido una de las vampiresas más arrebatadoras que dio el cine en la década de los 80, en la muy reivindicable y tórrida Fuego en el cuerpo, que la aupó como mito erótico de la década yuppie.
Desgraciadamente una cruel enfermedad acabó con su fulgurante estrellato, su voz se tornó tan cavernosa y cazallera que una vez malogrado su espléndido físico, tuvo el buen humor de encarnar al padre transexual de Chendler, uno de los personajes protagonistas de la serie Friends. Y curiosamente, otra actriz famosa por la televisión, también afrontó de manera brillante el personaje de una transexual: Felicity Huffman de la serie Mujeres desesperadas, que en el film independiente Transamérica, dio un recital que la llevó a acaparar numerosos galardones el año de su estreno.
Y es aquí donde el negro se hace transversal, el pack se bifurca y confunde los géneros en todos los sentidos. Y nadie mejor que la filósofa contra-sexual Beatriz Preciado seguidora de la teoría queer (teoría marica o bollera), para aclararnos los confusos límites entre géneros, y cuyas líneas maestras bosqueja en esta interesantísima entrevista que Alejandro Jodorowsky le hizo en el programa de televisión Carta blanca:
De Beatriz Preciado podríamos recomendar su famoso Manifiesto contra-sexual pero caprichosos como son estos extras, optamos por Pornotopía: un brillante ensayo de esta autora, que habla de lo que supuso la famosa revista Playboy a la hora de liberar la sexualidad del hombre heterosexual. No deja de ser irónico que sea una seguidora de la teoría queer, la que aborde con seriedad y rigor los entresijos y anhelos
reprimidos del varón heterosexual.
Y para terminar con un antecedente patrio de este negro transversal que nos hemos sacado de la manga: un recuerdo para Anarcoma del inclasificable Nazario. Un revulsivo underground del cómic español de los 80, que aunaba lumpen, marginalidad y sexualidad turbia sobre el fondo de la Barcelona más canalla. Las andanzas de esta detective travesti siguen siendo de lo más subversivo que ha dado este país.
Y Anarcoma se convierte en la mejor entradilla para el colofón a estos extras: el vídeo Smack my bitch up de The Prodigy. Uno de esos vídeos que llevan la etiqueta de Parental advisory(que aquí transformamos en absténganse sensibilidades delicadas), y que reserva una sorpresa en su plano final, que no puede venir más a cuento. Techno punk rabioso reventando estereotipos:
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1 comentario:
Magnífico post.
El género negro como realidad urbana y porque no también rural.
Pero, lo interesante del post es el tratamiento de la sexualidad como expresión afectiva y no meramente reproductiva. La ambiguedad en la sexualidad es un hecho cada vez más admitido, y también como hemos sido manipulados a lo largo de decadas con su demonización así como la baja resistencia casi intolerenacia hacia lo diferente,etc, etc.
Todo muy loable, pero aún así prefiero el género negro al estilo " El tercer hombre " que el visionado del último video que no hace justicia al mundo gay ( gay=adicciones)
Es más, no creo que el mundo gay tenga que relacionarse con las drogas y con situaciones escabrosas. Nos han manipulado, al hacernos creer que homosexualidad está vinculado a marginalidad, excesos y adicciones.
Para mi es un tema, delicado y fascinante, y se debe abordar con rigor. Sólo para ilustrar mi opinión recomiendo una bella película " Julia" que habla sobre el amor entre mujeres comprometidas y luchadoras con los derechos humanos y las conquistas sociales.
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