Centrifugando el 2013 [julio]

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En estos tiempos en que la intimidad cotiza a la baja, la sinceridad (que no mala educación) es más valorada que nunca. De ahí probablemente que el hecho de confesar nuestro trastorno bipolar bibliotecario, haya provocado el mayor número de visitas, retuiteos y Me gusta en Facebook del pasado mes.

Y es que ha resultado ser un mes de extremos. Lo iniciamos con la esperanza de unos brotes verdes que nos pusieron las pilas y nos hicieron montar hasta una fiesta silenciosa en la biblioteca. Un irrefrenable deseo por socializar nos hizo proclamar tajantemente que seríamos sociales o no seríamos. Y precisamente desde los Estados Unidos, el mismísimo presidente Obama nos reafirmaba en lo útiles que podemos ser para la sociedad, con el reclutamiento que está llevando a cabo entre los bibliotecarios de su país.

Y ha sido en julio, cuando más que nunca, nuestros seguidores nos elevaron la moral ante el Apocalipsis  con que algunos nos meten miedo. La muerte de las bibliotecas, si acaso llegase, sería dulce, tan dulce como el chocolate. Al menos para nosotros, porque: ¿a cuántos blogs de bibliotecas los nomina un seguidor?  Por cosas así merece la pena seguir en la brecha (digital,  analógica o hasta en una trinchera si hiciera falta), por cosas así, es por lo que no estamos dispuestos a bajar la guardia, ni nuestra capacidad crítica con nadie, y menos todavía, con nosotros mismos.

Cada vez se nos acumulan más respuestas a la pregunta que formulamos cada mes con nuestra serie: ¿Qué estás mirando?, y cada vez tenemos más claro qué es lo que oteamos en el horizonte: el futuro de las bibliotecas del siglo XXI, que pese a quien pese seguirán siendo necesarias, y si no tiempo al tiempo.

Como cada mes, nos bajamos algo mareados del centrifugado del 2013: como quien se baja de una atracción de feria, siempre deseando volver a subirse y disfrutar.