lunes, 2 de septiembre de 2013

Biblioteka okupa

Ocupa tu mente: la revolución empieza en el interior
En Yo no soy tonto, acuñábamos el concepto de Biblioteca Okupa, la definíamos como:la capacidad de las bibliotecas para adaptarse a los hábitats y espacios más inverosímiles con tal de hacer llegar la cultura a todo el mundo”, y como siempre, los acontecimientos nos sobrepasan obligándonos a matizar dicha definición.

Ya no se trata sólo de adaptarse a los espacios más inverosímiles, sino que directamente cual ladrones de cuerpos, las bibliotecas están tomando los espacios públicos, en desuso o no, haciendo suyas esas tierras de nadie urbanas, entre las que desarrollamos nuestras vidas.

Si hace unos días hablábamos de la colonización cultural, ahora tendríamos que hablar de la colonización bibliotecaria, que amenaza con no dejar sin lectura a ningún habitante de la ciudad.

Casa tomada
De gran superficie comercial, a gran superficie cultural
El caso más llamativo es el de la gran superficie WalMart en Texas, que ha terminado transformada en la biblioteca más grande de un solo piso de los Estados Unidos, y que ha sido galardonada por el uso que ha hecho del espacio. El "empujando el carrito, qué olé, nos vamos al hiper" de Martirio, adopta otra dimensión totalmente distinta ante esta noticia.

Lavandería-biblioteca
Pero no queda aquí la cosa. En California están dispuestos a que los libros lleguen a todos, y en todas partes, por ejemplo en las lavanderías. Así al tiempo que hacen la colada, niños y adultos pueden disfrutar leyendo.

También los aeropuertos están siendo colonizados. Aparte de referentes como la biblioteca del aeropuerto de Nashville, o la de Ámsterdam; en Filadelfia, la biblioteca pública y el aeropuerto se han asociado para permitir el préstamo de libros electrónicos a través de códigos QR ( como también hacen en el metro de Nueva York) ; mientras en otro aeropuerto, en Seattle, optan por disponer estanterías con libros físicos.

Biblioteca en el aeropuerto de Ámsterdam

Lavanderías, centros comerciales, aeropuertos, y por supuesto, hoteles. Si en Hoteles para ricos, bibliotecas para pobres repasábamos algunos de los establecimientos hoteleros de alto standing que han convertido sus bibliotecas en un nuevo y exclusivo reclamo; ahora a la moda se suman las grandes cadenas hoteleras. Las bibliotecas en los hoteles hacen que los huéspedes permanezcan más tiempo en el hotel, y por tanto, aumenten las consumiciones (para que luego digan que las bibliotecas no dan dinero).

Si algunos dicen que las bibliotecas están llamadas a extinguirse, su canto de cisne está durando más que una ópera de Wagner. Y todo ello mientras que en Wall Street o en la plaza Taksim Gezi Park de Estambul, las protestas de los indignados se acompañan de bibliotecas que surgen espontáneas, como el mayor acto de resistencia posible contra los abusos del poder.

 Manifestantes turcos ofreciendo la mejor resistencia posible: leer

Que las bibliotecas se vuelvan okupas es revolucionario, en cambio que okupes una biblioteca es redundante: las bibliotecas existen para ser okupadas, invadidas, colonizadas. Ya lo dijimos en e-Democracia, e-Biblioteca: al llevarte un libro prestado, al disfrutar de nuestras instalaciones, al participar en nuestras actividades, estás haciendo política.


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