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Este blog es como una lavadora último modelo, sin manual de instrucciones: centrifuga a 2000 revoluciones y en el mes de agosto no supimos pararla. Y ahora encaramos el otoño, sirviendo el mes bien escurrido, para todos aquellos que, afortunadamente, tuvieron mejores cosas que hacer que estar pendientes del blog.
Podríamos decir que arrancamos el mes acuáticos, porque vivimos tiempos líquidos (según Zygmunt Bauman), pero la cita cultureta nos deja con la pedantería al aire, cuando se constata que tanto en Marejada bibliotecaria en el paraíso, como en Nadando sin guardar la ropa: lo único que buscábamos era enganchar con estímulos veraniegos, para hablar sobre política o hábitos de lectura de los españoles.
Seguimos surfeando sobre la cresta de la tercera ola para abordar a los últimos amos del mundo. Fenómenos como la invasión pop coreana con los grupos de K-Pop (las chicas que encabezan el post), o el inefable Gangnam style, nos dieron pie para preguntarnos sobre las colonizaciones culturales. Y una cosa llevó a la otra, y hasta terminamos formulando un cruce fecundo entre el milenario arte chino de la decoración Feng shui y la lectura.
Pero no se agotó aquí la vena asiática-agosteña, el desenlace del díptico Cuidado con nosotros, también tuvo colofón oriental en un desenlace manga, que haría las delicias de cualquier otaku.
No faltó nuestra entrega mensual de la serie ¿Qué estás mirando?, en esta ocasión de nuevo volcada en los vaivenes y sinsabores de las relaciones amorosas. Sentar cátedra en asuntos sentimentales es totalmente absurdo, la única advertencia posible (e igualmente inútil) sería la de no mirar nunca atrás para, no transformarse en estatua de sal.
Olas, salitre, piscinas, lo reconocemos, no fuimos originales al ilustrar el mes de agosto, pero como dice Michael Moore:
"los bibliotecarios estamos muy ocupados tramando la revolución a la chita callando".
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