Es aquella en que la Stone, se despedía del propietario del edificio en que se desarrolla la acción, espetándole despectivamente: Get a life (Consíguete una vida), mientras éste (interpretado por William Baldwin) se quedaba junto al mural de televisores de circuito cerrado, a través de los cuales, espiaba las vidas privadas de los inquilinos del inmueble.
En el año de producción de esta película, 1993, no se había inventado Facebook, ni Twitter, ni Instagram, ni siquiera los realities en televisión, así que la sentencia de Sharon resultaba demoledora, pero no tan pegada a la actualidad como resulta ahora.
En estos días, algunos internautas tienen más vida virtual que real. Si John Lennon dijo aquello de que la vida es aquello que sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes, ahora habría que cambiarlo: la vida es aquello que sucede mientras estás ocupado navegando en Internet. Y las interferencias que la vida digital está produciendo en la supuestamente real, van a más.
El duo murciano Klaus & Kinski a degüello con las redes sociales |
Hace unos meses el grupo murciano Klaus & Kinski insinuó su retiro de los escenarios molestos ante las críticas y ataques que recibían vía Twitter. Venían a sumarse a otros músicos, políticos o celebridades que han tenido problemas de acoso en las redes sociales. ¡¡Si hasta Lady Gaga clausuró temporalmente su cuenta en Twitter!! (claro, que en este último caso, se trata más bien de una estrategia de promoción)
El caso es que los denominados trolls (o ciberacosadores) han llegado a convertirse en un problema tal, que a raíz de los sucesos acaecidos en Gran Bretaña (con amenazas de muerte y violación contra activistas o políticas): los responsables de Twitter han decidido ponerles freno permitiendo su denuncia.
Y es que no se puede tener la piel muy suave, si nos exponemos públicamente a través de la red; y no sólo las celebridades, también las instituciones públicas, como es nuestro caso. Sobre todo cuando pretendemos gestionar nuestras redes sociales (verbigracia, este blog) de manera no meramente informativa.
No se les puede negar que son herramientas valiosísimas para percibir la aceptación o no de nuestras propuestas, y auténticos mecanismos reguladores del ego. Tal cual como mostraban los de Muchachada Nui en este hilarante sketch a cuenta de Alaska y Mario Vaquerizo:
También en estos días otro gigante de Internet, como es Google, ha hecho un anuncio que en cierta manera supone un control al caos digital de la red en sentido positivo. Han añadido en su versión en inglés una opción para profundizar en los asuntos de nuestro interés bajo el nombre de In-depth articles (artículos en profundidad) gracias a la cual en la búsqueda primarán criterios de calidad, como un freno también a la contaminación informativa.
Las famosas gafas de Google, apropiándose también de nuestra mirada |
Todos, absolutamente todos estamos infoxicados (sobrecarga de información), incluso los no usuarios de medios digitales terminan estándolo, a poco que sigan los medios analógicos, que se encuentran totalmente condicionados por las informaciones que aparecen en la red.
El Centro de desinfoxicación BRMU, abierto todo el año |
Acudir a nuestro centro (o por extensión, a cualquier otra biblioteca pública), pasear por nuestras salas, ojear/hojear los libros, elegir alguna película o disco, participar en nuestros talleres o clubes de lectura, charlar y conocer a otros usuarios: forma parte de la terapia que te ayudará a mejorar tu vida, a depurar tu organismo de tantas horas viviendo en digital.
Tu vista, forma física y ánimo lo agradecerán, y juntos mejoraremos esa vida que Sharon Stone le prescribía a su infoxicado partenaire, sin tener por ello que liarnos a tiros con las pantallas.
Sharon Stone desinfoxicada antes del estrellato |
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