Occidente mirando a Oriente: pintura de Hiroshige y versión por parte de Van Gogh |
El otoño en Murcia no tiene la belleza del kouyou (el cambio hacia los tonos ocres y rojizos en la vegetación) de los jardines de Kioto, pero pese a ello no puede resultar más inconfundiblemente japonés
En este 2013 se cumplen 400 años desde que el samurai Hasekura Tsunenaga emprendiese viaje hasta España, y se iniciara el comercio entre ambos países. Por ello, la Biblioteca Regional colabora, con más motivo que nunca, con la comunidad japonesa de Murcia, en una programación de actividades (exposiciones de pintura, kimonos, artes marciales, origami, ceremonias del té…) que durante todo octubre ocuparán nuestras salas
Y en noviembre, los días 15, 16 y 17, sin apenas tiempo de quitarnos el kimono, se celebrará el V Salón del manga y la cultura japonesa (Murcia se remanga). Y precisamente sobre manga, es la noticia que nos ha sorprendido y es motivo de este post: en las bibliotecas escolares japonesas no abundan los mangas por considerar que distraen a los estudiantes, y de ahí, que su presencia sea escasa en sus estanterías.
Este descubrimiento, viene de la mano de la noticia sobre el clásico Hiroshima de Keiji Nakazawa, más conocido como Gen, el descalzo, que está siendo motivo de una polémica entre los partidarios de que esté presente en las lecturas de los escolares, o se excluya. Su autor, Nakazawa, tenía siete años cuando cayó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, y sus recuerdos de aquel infierno son el sustento del relato.
El horror atómico según Nakazawa |
The wind rises, la última de Miyazaki |
potenciando las bondades del cómic para enganchar a la lectura, y como material didáctico. Son muchos los colegios que acuden a nuestro centro para solicitarnos actividades o selecciones de cómics.
Por ello nos resulta más paradójico, que sea en la meca de la industria del cómic (con permiso de la industria norteamericana), donde no se contemple al cómic como aliado para el fomento de la lectura y el aprendizaje.
Por contraste, la noticia de la retirada de Hayao Miyazaki, autor de maravillas como El viaje de Chihiro o El castillo ambulante; ha provocado que su última película (que estamos deseando disfrutar, y que precisamente versa sobre la vida del diseñador de los aviones que atacaron Pearl Harbor) sea un auténtico fenómeno de masas. Contrastes para un país difícil de entender, y que por ello, resulta aún más fascinante.
En el clásico francés Hiroshima, mon amour de Alain Resnais, la historia de amor entre una francesa y un japonés, servía para una reflexión en torno a la guerra. Un antecedente de esa atracción entre la cultura japonesa y europea, que tan buenos frutos ha dado en el cómic, con el denominado nouvelle manga de autores como Frédéric Boilet o Aurélia Aurita.
Y de animación, influencias foráneas (se detectan ecos de cantautores estadounidenses como Sufjan Stevens) e inequívoca personalidad nipona, es la música del cantautor Shugo Tokumaru, que nos brinda un vídeo y tema deliciosos en Katachi, con el que cerrar este post:
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