Entre las novedades que han llegado a nuestra Comicteca, se encuentra la adaptación al cómic de la cáustica novela de Thomas Bernhard: Maestros antiguos, llevada a cabo brillantemente por el dibujante Mahler.
La iconoclasia, característica de Bernhard, se hace más vitriólica que nunca arremetiendo contra el arte más sagrado. Aparte de aprovechar para recomendar cualquier título de Bernhard, el motivo de citarlo aquí, es por lo que dice el filósofo musical Reger, que protagoniza la historia:
"El que lo lee todo no comprende nada....hasta un ensayo filosófico lo conseguiremos entender mejor si no lo devoramos todo en una sentada, sino que elegimos solo uno de sus detalles a partir del cual podremos llegar a ese todo si tenemos suerte. Al fin y al cabo el mayor placer nos lo dan los fragmentos, y qué horrible nos resulta el todo y nos resulta, en el fondo, la perfección acabada"
Cuando el autor austríaco puso estas palabras en boca de su protagonista (1985), faltaba más de una década para las redes sociales, y la avalancha de informaciones con que abotargan nuestra reflexión, y lo que es peor: nuestra capacidad de reacción. El sentido de este texto cabe interpretarlo como el estímulo que las mentes verdaderamente inquisitivas, encuentran en extraer conclusiones de detalles de un discurso (intelectual o artístico), sin dejarse guiar ciegamente por la finalidad última del que lo pronuncia.
Si una obra, o una idea, sirven para forjar una opinión propia: ¿qué importa lo que preocupara al artista o creador en el momento de formularla?, lo que importa es lo que tú interpretas, lo que te aporta, independientemente del mensaje. Pero, ¿cómo se conforma ese criterio propio, ese discernimiento crítico bajo la avalancha informativa de Internet?
El libro de Ethan Zuckerman: Recableado: Cosmopolitas digitales en la era de la conexión, aborda de qué manera el extraordinario potencial de comunicación de Internet, no conduce necesariamente a fortalecer las relaciones humanas, ni el conocimiento, sino se “reconecta la web” para que salgamos de nuestras zonas de confort, si no nos abrimos a nuevas esferas de pensamiento.
Las mentes "abiertas" de Shintaro Kago |
Por eso, para que nuestros extravíos por la red no terminen provocando carnicerías en nuestro pensamiento, y confundamos churras con merinas, lo mejor será acudir a los profesionales de toda la vida.
Bibliotecarios, documentalistas, con los nombres que nos quieran poner, seguiremos siendo los matarifes más cualificados para descuartizar la información y servirla embutida al gusto del consumidor.
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