Biblioteca del Titanic: la auténtica biblioteca sumergida |
Para cada uno existe un ideal de mujer, de hombre, de familia, de trabajo o de vida; que luego la realidad nos recompense con algo que se semeje en algo a lo que soñábamos, ya va en la fortuna de cada uno. Lo que puede que no sea tan difícil de encontrar, es la biblioteca ideal; y no es porque vayamos a postular a la Regional para tan inalcanzable título, sino porque la biblioteca ideal de cada uno, no deja de ser aquella que vamos conformando a lo largo de nuestras lecturas; o aquella que, libres de la pesada carga de lo real, nos decidimos a soñar.
El escritor Félix Romeo (que tristemente nos dejó tan repentinamente el año pasado, y que tantas veces colaboró en nuestro Taller de escritura creativa) ya soñó con la Biblioteca Sumergida de Lechago (el pueblo natal de su padre) que consistiría en la biblioteca que se formaría en el fondo del pantano de dicha localidad, por los libros arrojados al pantano. Y que ahora se ha hecho realidad en Lechago, pero solo en el nombre y no en el concepto, para fortuna de los lectores.
Pero hay otras bibliotecas soñadas, como la que ideó el adalid de la arquitectura visionaria Éttienne-Louis Boullée, y tantas otras que invitan a soñar casi tanto como las historias de los libros que en ellas se ofrecen.
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