viernes, 24 de febrero de 2012

Carta a una desconocida


Los últimos días de Stefan Zweig, cómic
aún no publicado en castellano

Stefan Zweig ha quedado para la posteridad como uno de los intelectuales más lúcidos y valientes del pasado siglo. La época que le tocó vivir fue un tiempo apasionante intelectualmente, y aberrante históricamente con el auge de los fascismos arrasando Europa.

Una de sus obras más reputadas es la maravillosa Carta de una desconocida, y precisamente eso es lo que ha visto la luz estos días en Israel, la carta que Zweig escribió cuando iba al encuentro de una desconocida: su propia muerte.

La Biblioteca Nacional de Israel ha rebuscado por sus archivos y ha publicado parte de la correspondencia de este autor imprescindible. Entre otros destinatarios, se recogen sus cartas con Albert Einstein o Sigmund Freud, pero quizás la que más morboso interés despierta sea su carta de suicidio. En ella Zweig aclara porque decidieron él y su mujer, quitarse la vida mientras vivían en lo que él mismo definió alguna vez como el país más cercano al paraíso: Brasil.

Carta de suicido de Zweig
La carta en cuestión arranca titulada en portugués (declaraçao) para proseguir en alemán dejando claro que su acto fue “de propia voluntad y con la mente clara”. Zweig reafirma su amor por Brasil en la carta, y ante la barbarie que esta asolando su querida Europa concluye diciendo:

"Prefiero, pues, poner fin a mi vida en el momento apropiado, erguido, como un hombre cuyo trabajo cultural siempre ha sido su felicidad más pura y su libertad personal. Su más preciada posesión en esta tierra”

Está claro que no hacen falta decisiones tan extremas para ser coherente con los ideales de uno mismo; pero las palabras de Zweig en su último gesto, suenan casi marcianas en estos tiempos líquidos. Las bibliotecas también queremos mantenernos erguidas, desde luego sin pensar en ningún momento en el suicidio, y sí en aguardar a que amanezca tras la larga noche: tal y como Zweig deseó a todos sus amigos, al final de su carta.

Adaptación cinematográfica de Carta de una desconocida de Max Ophuls

2 comentarios:

Unknown dijo...

¡Muy buen aporte!. ¡Es una historia fantástica llena de amor, desamor, ilusiones... las más bellas y a la vez tristes emociones que puede experimentar una mujer. No puedes dejar de llorar desde la primera hasta la última página. Es como si, a veces, narrara la historia de un viejo amor, los sinsabores que vives por la persona que amas y visualizar lo que una chica por amor es capaz. Una obra tan delicada, tan sublime... ¡una auténtica delicia!
La amé desde el primer momento en que leí su reseña y en cuanto lo hallé me dispuse a leerlo y en una hora... Voilá! Acabé con los ojos hinchados, con una caja menos de pañuelos y un nudo en mi garganta y estómago.
Me identifiqué profundamente con el personaje, ya que sentí que ahora y en un futuro estoy-estaré viviendo una historia así, claro a excepción de la muerte del niño y la prostitución. Comprendo perfectamente a la dama, porque vi reflejado el amor que tengo, pero de igual manera la persona vive tan encismada y cerrada en su vida, que aunque ya lo sabe, parece como si jamás me hubiese atrevido a decirlo y, mucho menos que recuerde haberme conocido. A veces, a medida que lo leía caía en los errores que había cometido y sentía como me enrojecía la cara y consigo la terrible sensación de pena y arrepentimiento.
Es mi primera lectura que leí de Stefan Zweig y, desde entonces vivo enamorada terriblemente de él y, por supuesto de sus libros.
Siempre he pensado que los escritores y músicos tienen una sensibilidad y creatividad celestial; están dotados de una dosis extra de encanto que les permite dejar su de vida y corazón en cada cosa que hacen, tocan y escriben; pero muy especialmente Stefan contenía en su naturaleza el don de encarnar perfectamente los sentimientos y psicología femenina; para dotarlos de un halo de misterio y melancolía; sin dejar de mencionar los demás personajes que cada uno de ellos es como si representaran los temores y emociones reprimidas de Zweig.
Tenía los sentimientos a flor de piel, cada palabra, cada acción que describe la desconocida me hacía sentirme en su papel y a través de mi mente imaginar cada hecho, además de que por cada narrativa me acordaba de canciones que, perfectamente podrían quedar como tema de fondo o relatar la historia.
De las versiones cinematográficas me quedo con la de "Letter from an unknown woman" de Louis Jordán, guapísimo, melancólico (representa bastante bien mi idea y estereotipo que tengo de un pianista) y Joan Fontaine, con esa mirada, ese rostro tan expresivo...
Un verdadero deleite leer a Stefan Zweig.
Su prosa tan elegante, sin recargarla de sentimentalismos, equilibrando cada momento-acción; es como si cada historia se basase en un hecho real, que pudo vivirse en siglo XVIII y, aunque suene inconcebible, también en el presente. Muy humanista y realista, obras verdaderamente auténticas.
Me llevo de él lo complicado que es darle a cada personaje sentimientos, ideas, psicología, es como un hijo que llevas dentro de ti y lo desentrañaras, un verdadero placer...
¡Mi admiración y respeto al Señor Zweig!
¡Larga vida a sus obras!

El blog de la BRMU dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Leticia, y con tu apasionada defensa de la obra de Zweig. No podríamos haberlo expresado mejor que como tú lo haces. Muchas gracias por compartirlo, y ojala que sirva para que muchas más gente descubra a este maravilloso autor.