Y seguimos en danza con la televisión. El anterior post nos sugiere varias preguntas, pero la más intrigante es: ¿cuál fue el momento, a partir del cual, el potencial de la televisión se malbarató? Ya lo decía Marshall McLuhan al clasificar a la televisión como un medio caliente (y que nadie piense que se refería a la continua apelación a los instintos más básicos que los programadores practican) Pero cuando hace unas semanas se debatía el futuro, en Dubai, de un medio que realmente escapa a todo control como es Internet; cabe preguntarse por el malogrado valor cultural y didáctico de otro medio como es el televisivo.
Manipulación cerebral según Shintaro Kago |
El citado estudio viene a decir, que en el equilibrio entre el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro (el que se activa al leer y nos permite razonar, escribir, o pensar analíticamente) y el derecho (que gestiona lo relativo a la creatividad, la imaginación o la perspicacia): se producen desarreglos y fallos en su necesaria comunicación según estemos leyendo, o viendo televisión.
Brian the Brian |
Las conclusiones son demoledoras en este sentido para la pantalla televisiva; y es una pena, porque nosotros aún sin argumentos científicos que nos respalden, preferíamos aquello de: la televisión hace más tontos a los que ya son tontos, y más inteligentes a los que son inteligentes. Una idea, por otro lado, que ya sostienen algunos refiriéndose a Internet.
Una serie de culto |
En sentido inverso al cinematógrafo, que nació como espectáculo de feria para alcanzar la categoría de arte; el medio televisivo ya nació domesticado desde el principio, aburguesado y somnoliento como una adormidera que consumir desparramados en el sillón. ¿Será la nueva ficción televisiva (Los Soprano, The Wire, Homeland, Black Mirror, etc) la que rescate al medio?
Dalí de plena actualidad en 2013 |
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