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Sheldon con su expresión de: "ya te lo dije" |
Después de confrontar lectura versus televisión en TV or not TV, volvemos a vueltas con el cerebro pero buscando comparaciones más equitativas: lectura versus lectura. Duelo entre iguales. Y como en aquel caso, es de nuevo un estudio reciente el que nos sirve para corroborar algo que a nosotros nos resulta de lo más evidente. Pero así con la excusa del estudio, quedamos algo menos pedantes.
En la Universidad de Liverpool especialistas en ciencia, psicología y literatura, han analizado la actividad cerebral de 30 voluntarios que leyeron obras clásicas de la historia de la literatura, y después, esas mismas obras trasladadas a un lenguaje coloquial, exento de exquisiteces literarias.
Y el resultado no podía ser más evidente: el cerebro se activa y mucho, cuando se enfrenta a textos ricos literariamente, con estructuras complejas, ideas elaboradas, y se mantiene prácticamente al nivel de un espectador de televisión cuando se dedica a leer en lenguaje coloquial.
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Fry de Futurama bajo el influjo del gran cerebro en la biblioteca |
Pero es que, ¿cómo va a ser lo mismo leer La montaña mágica de Thomas Mann, que Los pilares de la tierra, o La cartuja de Parma que El código da Vinci, Drácula de Stoker que Crepúsculo, o (y en este caso la acusación de cansinos está plenamente justificada) Trópico de cáncer de Henry Miller que 50 sombras de Grey?
Italo Calvino ya nos dió precisas y preciosas razones de Por qué leer los clásicos, y ahora los científicos confirman lo que ya nos adelantó un escritor.
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Leela y Fry en la biblioteca |
Toda dieta precisa de golosinas, pero siempre que nuestra alimentación sean platos nutritivos y saludables. Otra conclusión del estudio nos ha gustado especialmente: la poesía es más útil que los libros de autoayuda, y la lectura en general es el mejor medicamento preventivo contra el Alzheimer o la demencia senil.

Fuente: Portafolio
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