viernes, 31 de enero de 2014

Técnicas de camuflaje

Marilyn rompiendo el estereotipo de rubia tonta

¿Eres cursí por leer género romántico?, ¿friki si te gusta la fantasía? o ¿un salido por leer novela erótica? Una seguidora del blog nos recordaba hace poco, que una de las estrategias del marketing, consiste en estereotipar para vender. Se busca la identificación del consumidor, para que el mensaje sea directo.

Pero, ¿y cuándo es al revés?, cuando se teme que te identifiquen por tus gustos . En Mi lucha en digital, ya contábamos que un gran porcentaje del uso que se da a los lectores de libros digitales, es precisamente para literatura erótica u otro tipo de temáticas “comprometidas”. Pero, ¿qué hacer cuándo se trata de un libro impreso?: pues para eso están ideas como la web que descubríamos vía Facebook, y que ha surgido al rebufo de las omnipresentes 50 sombras de Grey.

¿Qué eres hombre, y sientes intriga por el best seller erótico-festivo que ha arrasado entre amplios sectores femeninos? La web Portadasparahombres.com te lo pone fácil, con diversas variantes de "camisas" (que así es como llamamos en jerga bibliotecaria a las sobrecubiertas), con las que camuflar tu lectura sin que nadie ponga en duda tu virilidad.

Una idea que pareciera hecha a medida de nuestro Ni tan rosa, ni tan azul. El fútbol, las leyes, y la guerra. Sólo faltaría añadir quizás la cerveza y una barra americana, para que el estereotipo testosterónico más rígido estuviera completado.

A nosotros esta broma nos ha recordado nuestra Justicia poético-bibliotecaria, allí ordenábamos los libros según un criterio de lo más subjetivo. Pero al hilo de esta idea, también podríamos jugar a cambiarles las camisas, provocando cortocircuitos entre continente y contenido, que igual a más de uno alegraban.


El que esté libre de prejuicios, que tire el primer libro. Y en un reciente artículo del Huffington Post, repasan no uno, ni dos, sino hasta treinta y un estereotipos sobre los amantes de la lectura. Entre tanta supuesta característica de los lectores (y por tanto de los bibliotecarios, porque si eres bibliotecario y no eres lector ¿qué *·"·$!" haces trabajando en una biblioteca?), es difícil no coincidir con alguna. Pero el autor del artículo olvida algo muy importante: un verdadero lector, un auténtico amante de la literatura, que lee por auténtica curiosidad y no simple moda: es difícilmente tipificable.

Si algo proporciona el amor a la lectura, es precisamente la capacidad de pensar por ti mismo, de huir de dogmatismos, de cuestionarte a la luz de cada nueva lectura. Y ese tipo de personas, no suelen ser fácilmente reducibles a un simple estereotipo.

Y para cerrar, un cantante que no se ajusta fácilmente a ningún molde. John Grant ha hecho varias y dolorosas salidas del armario. Ni siquiera su estilo folk es predecible, añade sintetizadores y un sentido del humor, que diluye ese aura atormentada que tan bien vende en algunos foros. Ni su aspecto, ni su discurso son fáciles de estereotipar, y eso sólo pueden hacerlo aquellos que saben cuando no hay que tomarse en serio a uno mismo. Tal cual, como aprende a  hacer todo buen lector.




martes, 28 de enero de 2014

Queremos ser surcoreanos



Una vez que han jubilado al calvo de la lotería, y que las burbujas de un conocido cava lucen con menos estrellas que antaño; llevamos tres navidades en las que la campaña publicitaria que más da que hablar: es la de una conocida marca de embutidos. El anuncio de la última navidad, no es que haya sido mejor que los demás (todos han estado a gran altura), pero sí que ha despertado un debate de lo más interesante.

Escultura de la Biblioteca Nacional para Niños y
Jóvenes adultos de Corea del Sur
Los avezados publicistas han sabido tocar la fibra sensible, pegando la campaña a la actualidad más rabiosa con: Hazte extranjero. Para unos, una emocionante forma de insuflarnos optimismo, y reivindicar lo que de positivo hay en el hecho de haber nacido donde hemos nacido; y para otros, una loa al conformismo, a la resignación de que, pese a todo, tenemos con qué consolarnos. Y tan comprensible es que se te escape la lagrimita con el anuncio, como que al mismo tiempo, critiques lo que pueda tener de conformista. Pero si hablamos de bibliotecas, nosotros lo tenemos claro: nosotros queremos ser surcoreanos.

Proyecto a competición para la construcción de la Biblioteca Pública
de la ciudad surcoreana de Daegu

No es que nos hayamos vueltos locos por el k-pop, ni por las telenovelas surcoreanas que tanto éxito tienen, es que el gobierno de aquel país ha decidido potenciar su sistema público de bibliotecas del 2014 al 2018. De las 828 actuales pasarán a 1.100 bibliotecas, y para ello, incrementará la plantilla de bibliotecarios, que pasarán de los 4.2 actuales, a los 6 profesionales por centro. Las autoridades lo tienen claro: las bibliotecas son progreso.

Todo ello en un país con una pujanza económica que lo convierten en una de las potencias mundiales para los próximos años; y en el que la presencia de la lectura digital, ha cobrado más fuerza al sustituir los libros impresos por digitales, en los centros educativos.


Otros proyectos presentados para la construcción de la Biblioteca de Daegu

Y como no hay dos sin tres, si a esto unimos una de las conclusiones que se extraen del estudio de Fesabid sobre el valor económico y social de las bibliotecas, no podemos más que reafirmarnos en lo que decíamos de que las bibliotecas son una inversión más segura que el oro. Según dicho estudio, por cada euro que se invierte en bibliotecas, se produce un retorno de la inversión a la sociedad, que se calcula entre 2,49 a 3,40 euros.


Dibujo de Salva Espín del cómic Control de daños.  Titulo muy apropiado para
describir la situación tras estos años de crisis


Dicho estudio también demuestra el impacto positivo que implica la cercanía de una biblioteca, para la vida comercial del barrio. Y podemos dar fe de ello. Hace tan sólo unas semanas que se ha abierto una tienda dedicada al cómic, juegos de rol, y otras aficiones varias. Sus responsables (uno de ellos, el internacional dibujante murciano, Salva Espín), nos comentaban que les desaconsejaban abrir un negocio de cómics cerca de la Biblioteca Regional, con la Comicteca con la que contamos. Pero en lugar de competencia, ellos vieron oportunidad: por las buenas sinergias que se podían establecer, y que nos beneficiarían mutuamente. Eso se llama inteligencia empresarial, y por el momento, cada vez les va mejor.


Puede que prediquemos en el desierto, pero al menos el sermón viene avalado con datos de lo más prácticos y contundentes. En el paisaje que ha quedado tras la explosión de tantas burbujas económicas, y que tan certeramente está retratando Rafael Chirbes en novelas como Crematorio, o con la extraordinaria En la orilla (el más potente retrato que de nuestra sociedad se ha hecho en las letras españolas en años): las bibliotecas estamos afectados como todas las instituciones, pero desde luego no hemos perdido ni un ápice de credibilidad como espacios útiles a la comunidad. Sólo hace falta que a quienes corresponda, les llegue el mensaje.

Como dice la simpar Chus Lampreave en el anuncio del que hablábamos al principio: uno puede irse, pero no hacerse. Nosotros no queremos irnos, queremos quedarnos, pero hacernos aquí mismo surcoreanos, al menos en lo tocante al apoyo a las bibliotecas como motores del desarrollo económico de nuestro país. En el resto, que no se pierdan momentos tan autóctonos como este fragmento de genialidad almodovariana:


lunes, 27 de enero de 2014

De la belleza y la risa

Fotografía de Richard Avedon






















Ya lo hemos dicho más de una vez, pero lo repetiremos mil veces: nos encanta que nuestros seguidores hagan comentarios, aporten otros puntos de vista, y enriquezcan las cuestiones que planteamos. Por eso, nos han resultado muy interesantes alguna de las reacciones que ha despertado el vídeo Beauty (Belleza), y que aparecía en Fiesta de los maniquíes.

Obviamente el concepto de lo que es bello o no, varía (afortunadamente) de unos a otros. El canon estético ha variado a lo largo de los siglos y las civilizaciones. El hecho de que Tagliafierro anime pinturas clásicas, puede interpretarse tanto: como una alianza entre la tecnología del presente, y el concepto de belleza del pasado; o como una muestra de mal gusto, similar a cuando Luis Cobos profanaba la música clásica con su chunda-chunda de fondo.

Spring breakers, apoteosis de la estética MTV llevada al extremo,
y La gran belleza, la eterna decadencia romana

¿Cuál es el canon estético de nuestra época? Precisamente aún está en cartel La gran belleza, una película que la mayoría de crítica y público han bendecido, y en la que se confronta la belleza clásica e inmortal de una ciudad como Roma, a la estética más chirriante y excesiva de estos tiempos, que tan buena representación tenía en la espídica Spring breakers. Esa estética que cultivan fotógrafos de moda como Terry Richardson, y que tan lejos queda de clásicos de la fotografía como Cecil Beaton o Richard Avedon.

El clasicismo de Cecil Beaton, frente al impacto de Terry Richardson

Bedtime stories, vídeo inspirado en
pintoras surrealistas
Pero no aspiramos a un tratado sobre la belleza, nos excede por completo. Cada uno tiene su propio concepto, que se ajustará más o menos al canon, según su cultura y sus experiencias. Y otro tanto podría decirse de la risa; y aquí viene el contrapunto cómico al vídeo que abrió el debate.

A unos les parecerá una tontería, y otros esbozarán más de una sonrisa, pero con el irreverente montaje de pinturas clásicas que nos ha descubierto nuestra infalible compañera María G., no podemos evitar reírnos cada vez que lo vemos. Somos así de simples: (es en versión original, pero los diálogos no son muchos, y la mayoría de imágenes no precisan traducción alguna)

 

Pero aún restan otros ejemplos de utilización de pinturas clásicas, tanto desde el criterio de la belleza, como desde el de la risa. En el mundo del cómic, encontramos mil ejemplos y similitudes que rastrear. De hecho, ya lo hicimos hace años con la Pinacoteca del cómic, en nuestra revista ActualBiblioteca. Pero desde entonces han surgido otros tantos. Por ejemplo, El Ángelus de Frank Giroud, que tiene el cuadro de Millet, y la figura de Dalí en el centro de su absorbente trama; o la recreación que del universo de Toulouse-Lautrec se hacía en El burdel de las musas.

El ¿desaparecido? grupo murciano Klaus & Kinski recreando el cuadro de Millet

Volviendo al cine, el director francés Éric Rohmer dio una controvertida e interesantísima visión sobre la Revolución francesa en La inglesa y el duque, en la que los personajes deambulan por exteriores, que en realidad son cuadros de la época. El resultado, una obra apasionante formal y argumentalmente, de la que extraemos esta escena que esperamos incite a pillarla en nuestra Mediateca a quien aún no la haya visto:




Podríamos seguir y seguir, el asunto da para muchísimo. Pero mejor concluir aquí, y por supuesto haciéndolo con risa. Ya lo incluimos en los extras del Pack Wannabe, pero es tan bueno, y tan oportuno, que por si alguien no lo conoce, aquí va de nuevo el grupo Hold your horses y su vídeo para el tema 70 million:





jueves, 23 de enero de 2014

De la lectura como necesidad fisiológica

Un trono más para la lectura

Tras los realities de televisión, el espionaje digital de los gobiernos, las cámaras de vigilancia, las redes sociales o los móviles; ni el dormitorio se conserva como espacio de intimidad (la de vídeos íntimos de famosos que rulan por la Red). Pese a todo, aún resistía un espacio para el que, hasta los exhibicionistas más recalcitrantes, exigían intimidad: el cuarto de baño.

Pero según declaraciones de la responsable de marketing de Bathstore (empresa inglesa especializada en baños): “ahora somos mucho más activos socialmente en el baño que antes”. Y no se refiere a que nos duchemos acompañados (asunto que, dependiendo de la compañía, a muchos agradaría) sino al uso que se hace de móviles y tabletas mientras se atiende a necesidades fisiológicas acuciantes. En España concretamente un 15% de la población, consulta e interactúa en redes sociales mientras está en el baño.

Bañera de libros de Vanessa Manzini

Ilustración de Eva Vásquez
Desde siempre el cuarto de baño, ha sido un lugar muy querido por los lectores (de hecho favorece el tránsito intestinal); pero el insaciable imperialismo digital no respeta santuarios. Pero igual que se corta el agua caliente a mitad de una ducha, otro estudio inglés lanza un jarro de agua fría a tanta prepotencia tecnológica.

En esta ocasión, es la directora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, la que advierte que los microbios que habitan los baños, sobreviven más en los materiales de los que están fabricados los dispositivos electrónicos, que en el papel de toda la vida.


Papel higiénico con publicidad de PETA
Chesterfield, Borges o Henry Miller, se declararon orgullosos practicantes de la lectura en el baño. Leer puede llegar a ser una necesidad fisiológica más.

El escritor y promotor de la lectura chileno, Mauricio Paredes, recurre a la neurociencia para provocar la afición lectora. Para Paredes, es necesario promover el placer a través de las emociones, para así enganchar a la lectura. Si se estimula el sistema límbico cerebral, se genera dopamina que genera placer al organismo, y de esta manera, la lectura se asocia de manera física con una experiencia placentera.

El experto chileno orienta sus planteamientos al fomento de la lectura en el aula; nada que ver con la experiencia física de la lectura que aparecía en la obra Hysterical Literature de Clayton Cubitt. Una serie de vídeos de mujeres llegando al orgasmo gracias a la lectura, que como era de esperar cosechó gran interés por parte de los medios de masas (siempre tan interesados en fomentar los libros).

¿Baño o biblioteca?

Papelera para baño, preparada para apoyar la lectura
Nosotros sabemos bien que la lectura puede ser adictiva, hasta compulsiva. Que se lo digan al joven chino que hace un tiempo saltó también a los medios, por haber robado más de 800 libros. Su defensa ante la policía, se basó en su necesidad de encontrar un sentido a la vida. No parece que lo lograse, pero está claro que los libros eran tan vitales para él como una necesidad fisiológica.

Y hablando de fisiología, lectura y dispositivos electrónicos, no nos resistimos a recuperar un spot publicitario que ya pusimos, pero que pareciera realizado ad hoc para este post:


martes, 21 de enero de 2014

Fiesta de los maniquíes

"He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser"

Fiesta de los maniquíes, no los toques, por favor” decía una de las canciones de Golpes Bajos, el grupo del prematuramente desaparecido Germán Coppini. Una canción sobre el estatismo, que es un buen comienzo para un nuevo post dedicado a robots y belleza.

Según asegura Oussama Khatib, uno de los mayores expertos en robótica, estamos punto de entrar en una era de interacción entre humanos y robots. Nos tocaremos, y hasta puede que nos imitemos.

Danza y robots según Blanca Li


Neil Harbisson, el primer cíborg reconocido
En este blog llevamos un tiempo ocupándonos de los robots (Asesino y poetas, Leyes robótico-bibliotecarias), y tendremos que seguir haciéndolo, seguro. Los robots no dejan de estar de actualidad, y desde luego no sólo en su relación con las bibliotecas. La coreógrafa española afincada en Francia, Blanca Li,  presentó hace poco su nuevo espectáculo, en el que bailarines y robots comparten escenario. Neil Harbisson el primer cíborg reconocido como tal por un gobierno, prosigue por todo el mundo su labor para convertirnos a todos en cíborgs, a través de su Fundación Cyborg.

En algunas bibliotecas hace tiempo que existen determinados trabajos (como servir los libros conservados en los depósitos) que se realizan mediante robots. Y desde hace poco, la Biblioteca Pública de Nueva York, ofrece un viaje a través de los ojos de un dron, por los espacios de sus instalaciones en este vídeo. De hecho Google nos tiene en el punto de mira de cara a los proyectos de robótica que está desarrollando. Pero hablando de Google y robots, el proyecto que más llama la atención fue el desarrollado por, alguien en principio tan ajeno a la robótica, como es un músico de jazz.

Usuarios de la Biblioteca Pública de Nueva York, fascinados por el dron

Geoff Peters, es un pianista de jazz canadiense, que hace un tiempo creó el Google Poetry Robot (el robot poeta de Google). Un robot que escoge palabras de las páginas más visitadas a través de Google, basándose en los resultados de los algoritmos del buscador. El robot compone (o ensambla, sería más apropiado decir) poemas que, además, se pueden escuchar robóticamente recitados. Un intento de la tecnología por capturar algo del espíritu humano más difícilmente mecanizable.

Desde el monólogo final del replicante Roy Batty en Blade Runner, el sueño por acercar la experiencia tecnológica a la belleza artística, está llevando los postulados del maquinismo en el arte, a nuevos horizontes. Sólo hay que observar la creación Beauty (Belleza) de Rino Stefano Tagliafierro que triunfa estos días por la red. El italiano ha dotado de movilidad a una larga sucesión de pinturas clásicas, con  un resultado muy bello, y a la vez inquietante.


Aparte del aura misteriosa que imprime el movimiento a las pinturas, es sobre todo la falta de estatismo, lo que resulta más desasosegante. En estos tiempos acelerados, de surferos digitales y flashes informativos: la quietud, lo contemplativo, deberían ser estados a reivindicar. Este experimento (aunque hipnótico) nos mecaniza la fantasía, automatiza la evocación; pero eso no quita para que caigamos rendidos a su disfrute.

[Se recomienda visionarlo en pantalla completa]

viernes, 17 de enero de 2014

Centrifugando el 2013

[Nota: haz clic en las letras azules, y repasa el mejor año de este blog]























 Renqueante, con alguna pieza suelta, y algún traqueteo inesperado, el programa de lavado y centrifugado del 2013 ha concluido.Cual plasma centrifugado y aplicado para regenerarnos las neuronas (y ojala que algo se note en los tejidos), hemos mantenido las antenas bien abiertas, y como siempre, el relato de este año, aunque siempre parta del mundo bibliotecario, nos ha llevado a los asuntos y rincones más inesperados.



La actualidad marca siempre, y el post Biblioteca corrupta fue de los que más de cerca tomaron el pulso al momento que estamos viviendo. El presente nos obligaba a ajustarnos los cinturones, pero tuvimos oportunidad de desquitarnos con justicia poético-bibliotecaria, y de consolarnos, creyéndonos aquello de que no somos Grecia .




Pese a declaraciones políticas como la de que las bibliotecas no damos dinero, nosotros nos empeñamos en vislumbrar brotes verdes bibliotecarios, nos buscamos la vida planteando controversias para la supervivencia, y demostramos con datos, que las bibliotecas son una inversión más segura que el oro.


Con esos ánimos autoinducidos, no es de extrañar que soñáramos con las estrellas, postulándonos ante la NASA si hace falta, con tal de sobrevivir en cualquier espacio.  



Somos como las vainas alienígenas de la Invasión de los ladrones de cuerpos, nos regimos por leyes robótico-bibliotecarias, pero nuestra colonización es siempre amigable. Dibujamos finales felices para tiempos catastróficos, convirtiéndonos en refugio, en guaridas en las que abrigarse.

Igual no podemos competir con los bares, pero si según el INE, hasta el 43% de los españoles tienen carné de biblioteca, pese a todo, algo de predicamento en esta sociedad aún conservamos. 

Por eso, ante tanto apocalíptico suelto, sacamos la artillería pesada. Nos postulamos como centros de asistencia primaria en la fría era digital.

Sabemos de lo que hablamos, nuestro trastorno bipolar bibliotecario, nos permite actuar de institución-bisagra entre los nativos e inmigrantes digitales.

 
Pusimos a prueba nuestro poder de seducción. No somos estrellas de la televisión, pero gracias a lanzamientos como: Biblioteca Top Secret, las Acciones artístico-bibliotecarias, Bibliocostum o la serie ¿Qué estás mirando?, tuvimos una gran audiencia sin necesidad de excedernos en el amarillismo. Si bien es cierto, que entre reflexiones propias y ajenas como las siguientes, dimos pie al debate, que no a la polémica: 
"los españoles no aman […] la cultura en general"  
"el éxito del erotismo fast food de las 50 sombras [...] un logro feminista"
"escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras"
Y no fue provocación, pero sí repartimos alguna sacudida que otra, con asuntos como que leer no siempre es bueno, que hay lecturas que engordan o que nadie nos conoce. Nos desnudamos por China, montamos una auténtica verbena bibliotecaria, con strippers incluidos; sucumbimos al chocolate con un toque de ácido, y hasta nos enfangamos en la eterna guerra entre hombres y mujeres, a cuenta de la lectura.

El repaso ha concluido, la turbina del centrifugado del 2013 ya se mueve sólo por inercia. El 2014 ya está programado, y ahora sólo falta que no nos corten ni la luz, ni el agua para poder seguir funcionando. 


miércoles, 15 de enero de 2014

Mi lucha en digital

#OcupaWallStreet es demasiado comercial
#OcupaPolonia
[en camiseta: Tres Reichs y tú estás fuera]


En Instintos básicos bibliotecarios nos hacíamos eco de una encuesta, según la cual: un tercio de los lectores de libros electrónicos los usan para leer literatura erótica. Y según una noticia  más reciente, en plataformas como iTunes o Amazon, el libro electrónico más vendido es Mi lucha de Adolf Hitler.

La explicación viene a ser la misma en ambos casos: la discreción que proporcionan los libros electrónicos para leer lo que quieras, sin que nadie se entere. Pero, ¿por qué avergonzarse de lo que se lee?

La atracción hacia lo escondido
Algo de eso había en la reserva con que algunos visitantes, rondaban nuestra primera Acción artístico-bibliotecaria, sin atreverse a entrar. Y también, en la cara de decepción de otros que, en  cambio, se decidían; y no encontraban la temática escandalosa que se imaginaban.

Pero volviendo al asunto del libro más vendido, preferimos pensar que quien se interesa por la obra de Hitler, sea por su relevancia histórica, por acercarse a una figura abominable, pero apasionante. No quisiéramos imaginar, ni por un segundo, que algunos de los lectores que la han retirado de nuestros fondos, o incluso el que nos robó un ejemplar: sintieran alguna sintonía con el espeluznante pensamiento hitleriano.

"Adoro el zumo"
Para disipar el escalofrío que la simple idea provoca, lo mejor como siempre es recurrir al humor. Hipster Hitler, es un cómic digital que ha conocido versión impresa. Una tira cómica que convierte a Hitler en un guay fundamentalista de la estética y las nuevas tendencias.

No es la primera vez, ni será la última, que se exorciza la figura de Hitler a través del humor. Desde la joya de Lubitsch, Ser o no ser, hasta los Malditos bastardos de Tarantino, La vida es bella de Begnini o, por supuesto, El gran dictador de Chaplin.

Los malditos bastardos de Tarantino, un director imprescindible entre los hipsters


En 2010, la directora de cine noruega Anne Sewitsky, al presentar su película “Siempre feliz”, daba una descripción del sentido del humor de su país perfectamente válida para este caso: “tratar con ligereza temas muy serios e intentar añadirles mucha sorna”.

Y precisamente en Noruega han lanzado un proyecto que debería ser nuestra verdadera lucha digital bibliotecaria. Se van a digitalizar todas las obras escritas en noruego, para que estén disponibles en la red (las libres de derechos para descargar, y el resto para consultar online). Una decisión así en nuestro país, sería motivo para esbozar la sonrisa más amplia.

Woody Allen, dijo aquello de que cuando oía a Wagner, le daban ganas de invadir Polonia. Nosotros nos aspiramos a tanto, con que se pusiera en funcionamiento este año, la plataforma de libros electrónicos anunciada por el Ministerio: nuestras ansias expansionistas se verían mas que satisfechas.

Mientras tanto, aguardamos a ritmo de ska. Un estilo musical antirracista y que lucha por la libertad, cuyos mejores representantes son The Specials. Un grupo que dedicó un tema al recientemente fallecido Mandela: antítesis perfecta para cerrar un post que arrancó con Hitler.