Tras la eclosión del VIH, allá por los 80, hubo una serie de películas hollywoodenses, no directamente catastrofistas como las de los 70: pero sí algo sensacionalistas, que explotaban el miedo de las audiencias, narrando infecciones planetarias. De hecho, el miedo al contagio (en todos los aspectos), es algo que llevamos inscrito en el subconsciente colectivo desde siempre. Lo que en los 80, y primeros 90, no podían aún saber, es que el contagio más infeccioso no iba a venir vía bacterias, protozoos, parásitos u hongos; sino a través de los bytes.
Durante este verano han sido varias las noticias de muy diverso pelaje que, de un modo u otro, han conseguido copar los titulares. Una de ellas, el linchamiento digital de la autora del libro 75 consejos para sobrevivir en el colegio. Que la autora dijera que su libro estaba escrito desde la ironía, no convenció a las hordas de intolerantes que demostraron que el matonismo de patio de colegio, sigue vigente gracias a las redes sociales.
Malos tiempos para la ironía, y en general, malos tiempos para la risa inteligente. La apropiación de la ofensa está más reñida que nunca.
En tono más lúgubre, los atentados yihadistas de los últimos meses, han mostrado el giro aún más
Asesinos natos, la película de Stone con guión de Tarantino, que reflejaba bien el "glamur" del asesinato, que tanto engancha a los lobos solitarios del ISIS |
Pero a través de Mª José Baños, usuaria muy activa de nuestra comunidad BRMU, tanto físicamente como virtualmente, nos llega la noticia del declive del clickbait. Lo cierto es que es un alivio cuando te enteras de que algo está pasado de moda, cuando ni siquiera sabías que estaba de moda. Un conocimiento inútil que te ahorras. El extranjerismo en cuestión hace referencia al abuso de frases anzuelo en los titulares de los medios digitales, como un modo de atrapar rápidamente el clic irreflexivo, para luego dar gato por liebre.
Que el sensacionalismo copa los medios (no sólo digitales) es algo que sabíamos de sobra; pero que tuviera dicho nombre, la verdad es que no. Lo cierto, es que no se le puede negar la lógica al nombre: click, de eso, de clic, y bait de cebo. Pues bien, según la web PuroMarketing puede que el clickbait tenga los días contados, que el recurso facilón a frases de impacto tipo No sabes lo que acaba de pasar o Nunca te imaginarías lo que viene a continuación (que tanto explota Yahoo en la portada de su correo, por ejemplo) están resultando ser contraproducentes a la hora de lograr la tan deseada viralidad. Lo de dar gato por liebre se va acabar...¿seguro?
También otro artículo, en este caso de El País, nos hizo albergar esperanzas hace unos años. En Código de buenos modales para navegar por Internet, se sostenía que:
"los jóvenes se están hartando de la ironía, de la grosería y de los comentarios sarcásticos que predominan en sus vidas en Internet"
Parecía que la Netiqueta (ya saben los buenos modales a la hora de interactuar en la esfera digital) iban a extenderse en pro de una convivencia más armoniosa. Pero que estrellas de la música estén cerrando sus cuentas en redes sociales (las últimas Taylor Swift o Justin Bieber) por el odio que reciben; no parece muy esperanzador.
Una pena, porque el hecho de que fueran los jóvenes los que se manifestaban hartos de tanto odio gratuito, era esperanzador. Precisamente la generación que ha vivido desde el principio el bombardeo contínuo de su hipotálamo, para convertiles en presas fáciles de las multinacionales. Pero la sobrestimulación es lo que tiene, que termina por hacerte insensible al estímulo (en otro artículo reciente, se hablaba de que los millennials son los que menos practican sexo respecto a generaciones previas, entre otros motivos, por el acceso tan fácil que tienen a la pornografía. Pero no nos desviemos del tema).
Welles "inspirándose" en el magnate de la prensa escrita para su obra maestra |
Desde que el personaje de cómic Yellow Kid diera nombre al amarillismo, es decir al sensacionalismo en los medios, ha llovido mucho. Pero la vigencia
del invento que puso en marcha William Randolph Hearst (sí, la "inspiración" para el Ciudadano Kane de Orson Welles) en su periódico a finales del XIX: mintiendo, falseando, ocultando noticias y manipulando a su antojo, se ha multiplicado por mil con el advenimiento de Internet. Lo triste es que ni siquiera haya intención de manipular. Simplemente, en muchos casos, se trata de la inexperiencia lógica en becarios que suplen a profesionales de verdad: y que se limitan a redactar textos cuya capacidad de manipular proviene más de un "corte y pega" sin criterio al que les obligan, antes que de un ánimo real de dirigir a la opinión pública.
Pero quien esté libre de pecado que lance el primer titular. Sin ir más lejos en este blog, no sabemos si hemos sido sensacionalistas, pero sí que hemos practicado los reclamos más o menos impactantes para captar la atención. Si lo hemos hecho con cierta elegancia y sin hacer juego sucio (según nos gustaría creer) o no, depende del juicio de cada uno. Ser viral sin ser vulgar, debería ser la máxima a la que cualquiera deberíamos aspirar. Como sostenía el sociólogo Pierre Bordieu allá por los 70 en su obra La distinción. Criterio y bases sociales del gusto: “El gusto es una forma de diferenciarnos de los demás, de perseguir la distinción"
Asi pues, sin ánimo aristocratizante, apliquémonos el cuento, y seamos todos más cautos a la hora de clicar para compartir o comentar algo en la red.