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Después de la travesía del verano retomamos los centrifugados otoñales buscándole un sentido al relato del mes de octubre en este blog.
En los últimos días de septiembre cambió la apariencia del blog, casi dos meses después sería buen momento para calibrar si también el estilo y la dinámica del mismo han cambiado; pero salvo que la cercanía nos impida ser objetivos, lo cierto es que desde luego no hemos conseguido ser descaradamente diferentes tal y como reza el eslogan de Golosinas Fini.
Ese fue el título de uno de los primeros post de la nueva temporada. Y puede constatarse en lo que decíamos, que el asunto de los estereotipos bibliotecarios nos sigue llamando la atención; y que mantenemos el mismo morro para lanzar indirectas, por si alguna empresa cae en la cuenta de lo beneficiosas que podemos ser las bibliotecas para sus negocios.
Y es que pese a las estrecheces del momento, no queremos dejar de movernos. Murcia se mueve (por circuitos alternativos y creativos) y la BRMU no quiere quedarse atrás. En inquietudes culturales, y en inquietudes en general por el mundo que nos rodea, como nos dejó claro nuestro compañero Rachid, con valiente participación en un reportaje contra el islamismo radical que nos llenó de orgullo.
Pese al infierno del fundamentalismo, no descuidamos lo lúdico y aún con el título de El infierno son los demás, nos volcamos a una maratón de música disco cual travoltas desaforados.
Y del infierno pasamos a mirar al cielo para comprobar que están lloviendo libros. La puesta en marcha de la plataforma de libros electrónicos Ebiblio Murcia ha sido el lanzamiento estrella de nuestra red de bibliotecas este mes. Como decíamos entonces, a más de uno se le va a caer el
parche de pirata gracias a las bibliotecas.
Todo con tal de que nadie tenga excusa alguna para leer. Empezamos con el préstamo lectores de libros electrónicos, y ahora prestamos libros electrónicos sin necesidad siquiera de venir a la biblioteca. No llegamos a los alucinógenos inventos que algunos se inventan para vender más cómics, pero no cejamos en nuestro empeño por ofrecer nuevos servicios.
Eso sí esperamos que ahora más que nunca la biblioteca se convierta en lugar para socializar, aunque preservemos y valoremos el silencio en nuestras salas, no queremos que lo digital nos reste ni un poco de la vida que llena nuestras salas ahora. Gracias a tanta gente como sigue acudiendo a la biblioteca hemos podido regalar servicios gratuitos de peluquería sin ir más lejos; o promocionar a creadoras tan interesantes como Rosa Tortosa.
Puede que las nuevas generaciones vengan con una tablet bajo el brazo, pero nada puede sustituir el placer de convivir en un espacio cultural. Por eso cerrábamos el mes creando expectación para nuestra última acción artístico-bibliotecaria. Quien haya venido durante las últimas semanas a la biblioteca, habrá podido disfrutarla in situ, y habrá visto que no exageramos cuando decimos que "en la BRMU siempre encuentras algo que ponerte".