miércoles, 27 de febrero de 2013

Centrifugando el 2013 [enero]


[Haz clic en las letras azules, y centrifuga tu cerebro]

En estos vertiginosos tiempos, lo de hacer un ranking no se aviene con la pose de bibliotecarios guays que pretendemos aparentar en este blog. Por eso a partir de ahora, ya no vamos a repasar lo más destacado del mes anterior.



Se termina la arcaica sección de Lo + destacado en..., llegan los centrifugados. Ya lo dijimos en 2012: vamos a centrifugar al 2013, antes de que él nos centrifuge a nosotros. Lo haremos mes a mes, despedazando aleatoriamente, formando sopas de letras más que nubes de etiquetas. Intentaremos rastrear una lógica narrativa al relato fragmentado que ofrecemos cada mes; aún a riesgo de dejar a la vista de nuestros lectores el errático criterio que nos guía.

En enero partimos con un asunto que nadie creerá casual: la CORRUPCIÓN. Pero si se revisan fechas, se podrá comprobar que nuestra entrada sobre bibliotecas corruptas fue anterior al último escándalo al respecto, y que por tanto se nos podrá tildar de estar al día, pero no de oportunistas.

También podemos prometer y prometemos que no hubo intencionalidad demagógica alguna, ni maniqueísmo perroflautero latente en el hecho de confrontar a RICOS y pobres, a cuenta de los hoteles de lujo y las bibliotecas para todos. Es simplemente que el azar digital nos juega esas pasadas.


Claro está que nuestra palabra puede quedar en entredicho ante post como Proletarias de la feminidad, pero cualquiera que lo lea o relea, comprobará que más allá del sensacionalismo marca de la casa: nunca llega la sangre al río en nuestras propuestas.

Pese a todo, la promesa de tormentas siempre está latente, y por ello en otro post aconsejábamos ajustarse los cinturones, al tiempo que nos encomendábamos a Santa Bette Davis, en plena turbulencia contra los recortes a bibliotecas. Envalentonados, nos soñábamos Chuck Norris, Steven Seagal o Charles Bronson, convirtiéndonos en justicieros poético-bibliotecarios que poníamos las cosas en su sitio. Y tanta vehemencia sólo podía culminar con un grito esperanzador a la par que guerrero de que ¡Esto es la jungla!


Tras tanta batallar, también nos entregamos al placer que nos aliviase de tantas emociones. Perseguimos la oscuridad latente bajo el terciopelo azul, y nos mecimos sensuales gracias a un Je t’aime…moi non plus revisitado.



Buscamos evadirnos recurriendo a la caja tonta, que nosotros proponíamos se volviera inteligente, dando consejos a las divas catódicas de nuestro país gracias a la literatura tupperware.

Y es que la televisión siempre será un dilema, un TV or not TV en el que nos dirimimos todos al llegar a casa; pero del que siempre se pueden rescatar golosinas como The Big Bang Theory, cuyo protagonista Sheldon Cooper, nos servía de excusa para dar lecciones sobre cómo activar nuestro cerebro.


Y es que ya lo hemos dicho con anterioridad: la lectura de este blog tiene efectos sobre la salud mental de nuestros seguidores, el que estos sean beneficiosos o no, queda en manos de especialistas.


lunes, 25 de febrero de 2013

Camino de la telepatía



De las muchas lecturas que se pueden hacer del clásico de la ciencia-ficción: 2001, una odisea del espacio, la interpretación que nos resulta más interesante a día de hoy, es la de su carácter circular.

La película de Kubrick arrancaba con un misterioso monolito en medio de una tribu de simios, y terminaba con un astronauta en un mundo hipertecnificado, que en una psicodélica regresión, se reencarna en un esperanzador feto que flota en el espacio. Y es que la evolución de las omnipresentes redes sociales parece seguir a pie juntillas esta progresión en bucle.

De la transmisión del conocimiento que propició la imprenta, a la limitada elocuencia de Facebook, los 140 caracteres de Twitter, y ahora a las imágenes casi mudas de Instagram. La comunicación reducida a su mínima expresión. Lo de que una imagen vale más que mil palabras, no se había tomado tan al pie de la letra desde las cuevas de Altamira.

Varios son los signos que se detectan en el viento de los tiempos: desde el éxito del lenguaje iconográfico de los cómics, al retorno a las formas primigenias del lenguaje cinematográfico en películas tan interesantes como Drácula de Guy Maddin, Tabú de Miguel Gomes o las insoslayables The artist y nuestra maravillosa Blancanieves.

Mientras en China, y en toda su área de influencia: proliferan los memes en imágenes que burlan la censura para lanzar críticas al sistema, a través de su red social autóctona: Sina Weibo, (un mix entre Facebook y Twitter diseñada al gusto asiático). Los memes (adaptación del concepto acuñado por Richard Dawkins) son imágenes trucadas por los propios internautas con las que denunciar los abusos del poder chino: activismo político a golpe de Photoshop.



Memes de imágenes denunciando la represión policial en China

Pero no es sólo en las imágenes o en el uso/abuso de los irritantes emoticonos, ni siquiera en ese contrasentido que han dado en llamar literatura SMS, en donde se expresa esta anorexia narrativa. Resulta que ahora hasta el sexo del internauta influye en la narración digital, y así según este curioso artículo: las mujeres están cambiando la forma de escribir en las redes sociales, y “emocionalizando” el lenguaje (expresión fea donde las haya).


Vínculo de la Unión de Maurits Cornelis Escher

Nosotros frente a posibles visiones apocalípticas de futuro, que nos dibujen como primates expresándonos a base de gruñidos; preferimos creer que todo esto sea un paso intermedio para alcanzar la telepatía. Una forma superior de comunicación, que si se acompaña de empatía, podría ser la solución definitiva para nuestra especie.

Y tal como iniciamos el post terminamos: con cine. El trailer de la mencionada Tabú, cine que bebe del pasado para recuperar el sentido a veces extraviado del séptimo arte, sin que ello suponga ninguna involución, sino todo lo contrario.




jueves, 21 de febrero de 2013

Carnés ilustres


El estereotipo bibliotecario nos pinta en ocasiones con rasgos propios del síndrome de Diógenes: acumulando libros, documentos u objetos desvencijados que nos resistimos a tirar a reciclaje. No negamos que estemos necesitados de algún tipo de tratamiento psiquiátrico (pero el gremio al completo, sin excepciones) pero desde luego no será por el afán acumulativo en nuestra biblioteca.

El placer que sentimos al tirar nuestras antiguas fichas de préstamo (que había que marcar con un fechador con cada nuevo préstamo) o en retirar los antiguos carnés de la biblioteca, para los que exigíamos dos fotografías tamaño carné; es casi tan inconfesable como cuando nos podemos deshacer de algún best seller pasado de moda, haciendo canastas con el contenedor del reciclaje.

Y por culpa de esas aficiones, nunca nos pasará lo que le ha pasado a la Biblioteca Pública de Chicago, entre cuyas antiguas fichas firmadas por los lectores al retirar una obra en préstamo, se ha localizado la firma del mismísimo rey del rock.

El autógrafo del Elvis adolescente en la ficha de la biblioteca,
y el autógrafo de la estrella consagrada

Un Elvis Presley de 13 años, mucho antes de que Rizzo pudiese cantar aquello de: Elvis aleja de mí esa pelvis en el musical Grease, era asiduo de la biblioteca, de la que retiró en préstamo: El corazón valiente, la vida de Andrew Jackson para jóvenes.

El pasado verano la valiosa ficha de préstamo se subastó alcanzando la cifra de 7.500 dólares. ¿Cuánto daríamos nosotros por encontrar autógrafos de mitos como Elvis en nuestras fichas?, ¿y si algún famoso de incógnito visitó nuestra biblioteca, y nosotros descerebrados, tiramos su firma a la basura?

En fin, no nos consta que grandes estrellas hayan acudido a nuestro centro como usuarios, de hecho sólo tenemos noticias de una concursante de Gran Hermano que fue usuaria nuestra durante un tiempo; pero mucho nos tememos que de su firma poco íbamos a poder sacar. Aunque bien pensado, el que una concursante de ese programa sea usuaria de una biblioteca, ya es un notición (a ver si al final resulta que es un experimento sociológico como sostiene la Milá).

Pero como nada es casual en este blog, esta aparentemente anecdótica noticia entronca con un proyecto en ciernes que estamos estudiando, pero del que de momento nada podemos decir. Eso sí, lo que nos ha venido a la mente es una entrega de la extinta sección de nuestra revista: Los tebeos no son cosa de niños, en la que recomendábamos cómics, fantaseando con celebridades que hubiésemos querido como usuarios de nuestro centro.

Y es que nuestros usuarios no son secundarios, ni figurantes en nuestra biblioteca: son las estrellas de las películas que nos montamos cada día para seguir adelante.


martes, 19 de febrero de 2013

50 sombras bibliotecarias


El que finiquitáramos la BRMU Bizarra, no quiere decir que renunciemos a lo bizarro. Lo bizarro ahora es una corriente subterránea que discurre bajo los posts, y que en el momento más inesperado, emerge borboteando todo su poder desestabilizador del buen gusto socialmente refrendado.

Y es que siguen apareciendo artefactos (no estamos muy seguros de calificarlos como obras) que nos fascinan. Es el caso de La bibliotecaria de Logan Belle, una novedad editorial cuya sinopsis argumental nos ha erizado el vello:

Regina Finch se ha ganado a pulso su puesto en la Biblioteca Pública de Nueva York. Decepcionada ante lo rutinario de su trabajo en la biblioteca (sólo presta y devuelve obras), recibe el impacto de su vida cuando se topa en mitad de una sala del centro, al apuesto Sebastian Barnes, millonario, fotógrafo y principal mecenas de la biblioteca, copulando furiosamente con una mujer. La escena la desestabiliza enormemente, pero será la espita para la explosiva relación sadomasoquista que a partir de entonces establecerá con Sebastian, y que le hará emular a la reina del bondage de los 50, la pin-up por antonomasia: Betty Page

Podríamos volver a realizar un análisis semiológico como hicimos en la octava entrega de la BRMU Bizarra, y que tanto gustó, pero la verdad es que la portada no da para mucho, es tan obvia la “inspiración” que no merece comentario alguno.


El candado de La bibliotecaria frente a la llave de 50 sombras liberadas

Lo que nos inquieta un poco del argumento, es que el tal Sebastian sea el mecenas de la biblioteca. En este blog hemos anhelado la prometida ley de mecenazgo, para así convertimos en objetos de deseo para empresarios necesitados de ventajas fiscales. ¿Pero y si nos toca uno con las aficiones de Sebastian, y nos reclama su derecho de pernada respecto de nuestras instalaciones? En fin, esto es el cuento de la lechera, pero llegado el caso, no sería cuestión de ponerse puritanos.

Otro detalle que nos ha impactado es que según la portada sea la difunta Betty Page, la que presente la obra. Ya rendimos homenaje a la simpar Betty en los Extras del Pack Bizarro, y no estamos muy seguros de que nos guste verla metida en estos fregados: ¿tendrá herederos que reciban los royalties por el uso de su nombre?

Betty Page recibiendo unos azotes

Pero si el análisis semiótico no da para mucho, en cambio el sociológico resulta de lo más jugoso. No vamos a repetir el manido cliché de que: ¿cómo es posible que después de tanta lucha por los derechos de la mujer, de tanto reclamar un hombre más sensible e igualitario; ahora el deseo erótico femenino se manifieste a través de una historia de sumisión a un macho alfa?




En países con regímenes islamistas estrictos, no parece muy plausible que tuviera éxito esta historia: no se sueña con lo que se tiene en casa cada día. El éxito del erotismo fast food de las 50 sombras entre tantas lectoras circunstanciales (mercadotecnia editorial aparte), tal vez pueda interpretarse como un logro del feminismo, que ha conseguido que las mujeres se sientan los suficientemente libres, como para convertir la sumisión en una fantasía.




En los años 70 con Historia de O, con Portero de noche, o en los ochenta con Nueve semanas y media, la fantasia de dominación se mantuvo vigente, y curiosamente basándose  en dos novelas escritas por mujeres, y en una película dirigida por otra mujer. Por ello, puede que si alguien recuerda las 50 sombras en el futuro, no será desde luego por su altura literaria, ni siquiera por sus ventas: sino por ser la prueba de que en Occidente, la lucha por los derechos de la mujer dio sus frutos.

O eso al menos, es lo que nos gustaría llegar a creer, aunque suene retorcido, para sacar algo en positivo de esta moda editorial, que no literaria.

viernes, 15 de febrero de 2013

Suplantación de identidad

No se trata de ningún trucaje, el vermouth Maritrini existió (o existe),
igual que la ginebra Lirios

La noticia sobre el hallazgo del rostro de la modelo, que posó para el escándaloso cuadro El origen del mundo de Gustave Courbet, aunque haya quedado en agua de borrajas, ha venido a corroborar una vez más, cuán fácil es crear falsas expectativas en este mundo acelerado.

El supuesto rostro de la polémica
En este caso en concreto, suplantarle la identidad a la modelo era muy fácil: la expresividad de un fragmento del cuerpo deja poco margen para el reconocimiento (y además lo verdaderamente obsceno siempre está en el rostro, no en el bajo vientre), pero el polémico cuadro, que inspiró una sugerente canción repleta de metáforas, nos ha hecho reflexionar sobre la suplantación de identidades, y en concreto, de nuestra identidad bibliotecaria.

Ya hemos hablado de estas suplantaciones en el caso de la Wikipedia y sus bibliotecarios, o la mismísima CIA y sus bibliotecarios cotillas, pero ahora además se suma el lanzamiento de las bibliotecas sin libros. Un oxímoron publicitario para el proyecto bautizado como BiblioTech. Se trata de la idea de un juez tejano bibliófilo, y se definen como bibliotecas públicas totalmente volcadas en el préstamo de obras digitales. Nada que objetar, pero igual lo de biblioteca queda algo fuera de lugar. Es cierto que la raiz biblio remite a los libros, pero una biblioteca pública no son sólo libros, falta algo esencial: las relaciones interpersonales en sus espacios.

Utopía futurista bibliotecaria

Se habla mucho del futuro digital de las bibliotecas, pero el único porvenir en el que podemos creer a ciencia cierta; es que si hay futuro para las instituciones que se definen bajo el concepto de bibliotecas: éste pasa por convertirse en lugares más físicos, tangibles y sociales que nunca. Si las BiblioTech se quieren crear a imagen y semejanza de las tiendas Apple, parece que algo se está perdiendo por el camino.


Simulación digital de cómo serían las BiblioTech

Y no es por entonar un cántico relamido a las bondades de la comunidad, ni por mantener nuestra identidad a contracorriente: ya planteamos hace tiempo la necesidad de ser bibliotecas mutantes. Pero sin intercambios personales: ¿qué sentido tiene la cultura? Y de hecho solo hay que ver los resultados de la encuesta “cosas que la gente le pide a las bibliotecas del futuro” que han llevado a cabo en Estados Unidos, para convencerse de que digital sí, pero sin perder por el camino lo que de bueno tenemos ahora.

Pero antes de que el discurso se aboque a un tono apocalíptico que nos horroriza, vamos a dejarlo aquí cerrando como abrimos: con pintura y música. La portada del último disco del grupo Espanto, parte también de un cuadro clásico para suplantar la identidad de sus protagonistas, y convertirlo en un collage imposible. Su tema Rock’n roll, y el vídeo consiguiente nos tienen enganchados, haciendo que cerremos este baile de identidades deseando más y más rock’n roll:


miércoles, 13 de febrero de 2013

La Biblioteca busca pareja



Sea o no sea un invento de los grandes almacenes, San Valentín está más que establecido en el calendario, así que este año la Biblioteca Regional ha decidido seguir la corriente y convertirse en biblioteca alcahueta, celestina o mediadora por decirlo más fino.

Queremos ayudar a que el próximo día 14 de febrero nazca el amor en nuestro centro, y por ello proponemos una cita a ciegas con la biblioteca. Quien acuda ese día a nuestro centro, y solo ese día, se topará nada más entrar con una montaña de paquetes de regalo que podrá retirar en préstamo a domicilio, sin abrir el envoltorio.

Una vez en la intimidad, será el momento de desvestir el objeto y saber si el flechazo a primera vista se produce: si la química entre lector y libro salta a la primera de cambio, si la atracción irresistible entre espectador y película nace cual torrente. Si salta la chispa, la sorpresa habrá merecido la pena, y si no es así, tampoco hay que afligirse: miles de libros, películas, cómics o sonoras, aguardan en nuestro centro para volver a enamorarse de la cultura, sea cual sea el día que marque el calendario.


Todo ello lo completaremos con una exposición alucinante de postales románticas de principios del siglo XX, una auténtica delicia de la que hemos extraído algunas para trufar este post. Un simple aperitivo de las auténticas joyas que verán la luz el próximo jueves.




Y como si de un bonus track de la BRMU Bizarra dedicada al amor se tratase, vamos a poner banda sonora a este día reclamando amor. En este caso la sobreabundancia de canciones sobre el asunto amenazaba con sepultarnos, pero nos hemos mantenido firmes y recuperamos al dúo más inclasificable de los 70. Ni Romina y Albano, ni Pimpinela, ninguna de estas parejas ha dado la nota del modo en que lo hicieron Ana y Johnny en este apasionadamente irritante vídeo:






martes, 12 de febrero de 2013

Se ofrecen cobayas



En Pressing catch III hablábamos del desencuentro entre bibliotecas y editoriales a cuenta del libro electrónico. Pero en nuestro país, con motivo de la publicación del último Barómetro sobre hábitos de lectura y compra de libros elaborado por el Gremio de Editores, pareciera que nuestro entente cordial bibliotecas-editoriales es toda una realidad a tenor de la petición que las editoriales españolas elevan a las autoridades: "un tratamiento y presupuesto mayor para las bibliotecas porque es el servicio público más utilizado". Algunos dirán que el negocio es el negocio, y que está claro que uno de los damnificados por los recortes en presupuestos de las bibliotecas ha sido el mundo editorial. Pero ello no quita para sus palabras sean de agradecer.

El chimpancé Ham sonrie confiado, ignorante de su
último viaje

Según el citado Barómetro, las bibliotecas murcianas seguimos instaladas en el notable alto en cuanto a puntuacion obtenida por parte de los usuarios. Una nota que contrasta mucho con el hecho de que Murcia aparezca como una de las regiones con menor hábito de lectura. Cabe concluir que leemos poco, pero los que leen y visitan las bibliotecas nos tienen en gran estima.

Una ocasión para revalorizarnos de cara al mundo editorial. Igual es el momento para que las suspicacias con respecto al libro electrónico se desvanezcan. Ya lo hemos dicho en muchas ocasiones en este blog: las bibliotecas somos las mejores aliadas para las editoriales, no por asegurarles ingresos cuando tenemos presupuesto, sino por ser el mejor laboratorio para sus productos.

La perra Kozyavka, otra mártir de la aeronáutica
Por eso, si el universo de la lectura digital está aún por explorar, y se plantea como un viaje a un espacio desconocido: las bibliotecas podríamos asumir el papel que la perra rusa Laika, o el chimpancé norteamericano Ham, ocuparon en la historia de la aeronáutica. Eso sí, con billete de ida y vuelta, que no tenemos madera de mártires, y aspiramos a que el beneficio final (si lo hay) sea mutuo.

Y para terminar, una apostilla de nuevo esperanzadora. Las declaraciones del profesor de la Universidad de Virginia, Siva Vaidhyanathan, especialista en medios:
"El capitalismo actual es muy volátil: destruye gigantes en pocos meses [...] MySpace parecía invencible y acabó arruinada [..] Si tenemos en la cabeza que Google acabará, seremos más propensos a confiar en instituciones públicas [...] que históricamente han demostrado ser más sólidas. Me refiero al Gobierno, las escuelas o las redes de bibliotecas. [...] no pongo la mano en el fuego poque usemos la world wide web en 2018. La tecnología móvil puede dejarla obsoleta pasado mañana. Hay que poner el esfuerzo en la esfera pública porque es más fiable"
Rolling Stone, febrero 2013

Sello homenaje a Dama y Kozyavka

Para ampliar: Tributo a Laika y otros animales espaciales

jueves, 7 de febrero de 2013

Biblioteca Top Secret



Si el informe Pisa sobre educación, año sí, año también, destaca a los niños españoles por su déficit en comprensión lectora: algo tendremos que hacer las bibliotecas al respecto. Desde la Regional de Murcia llevábamos tiempo barruntando qué podíamos añadir a los ya clásicos cuenta-cuentos o campañas de animación a la lectura, y por ello, ponemos en marcha la Biblioteca Top Secret.

Un nuevo servicio orientado a niños de hasta 9 años, formado por mochilas cerradas para llevar a casa, y cuyo contenido es todo un misterio. Se trata de un juego, de crear expectativas, picar la curiosidad, generar suspense en una palabra. Para ello apelamos a la complicidad de los adultos para que los niños no abran las mochilas hasta llegar a casa: y una vez allí, descubran los libros y películas que hemos seleccionado especialmente para ellos.

Ni películas Disney, ni Harry Potters, ni Pocoyós: se trata de ampliarles el gusto, descubrirles otras posibilidades, tal cual como hicimos con los adultos en nuestros exitosos Packs de préstamo, pero ahora con el añadido de un aspecto lúdico que los haga tan irresistibles como un regalo de cumpleaños.

Divididos en mochilas para niños de hasta 6 años, y para niños de 7 a 9, con Top Secret nuestros lectores infantiles se llevarán un secreto a la espalda, que apela a esa ansiedad por desenvolver los paquetes bajo el árbol de Navidad.

Es arriesgado, después de todo les pedimos un voto de confianza ciega en nuestro criterio; pero pese al peligro de que alguno se defraude, merecerá la pena correr el riesgo.



viernes, 1 de febrero de 2013

Murcia Tropikal

Grafiti político-ecologista

Los artistas de la escena hip hop murciana de los 90 del pasado siglo, pueden decir que fueron profetas en su tierra en muchos sentidos. La Zona Norte Posse inspiró todo un movimiento levantino que hizo del lema Murcia Tropikal, un auténtico grito de guerra en las letras de sus canciones y en los grafitis que cubrieron muchos de los muros de nuestras ciudades.

La nostalgia por el frío de Sting
Casi veinte años después, ese lema funciona meteorológicamente como una profecía, porque cada invierno que pasa, nos acercamos más a que sea toda una realidad. Ya otro músico (en este caso inglés, y que nada tiene que ver con el hip hop) como es Sting: lanzó en su disco If on a winter’s night... (Si en una noche de invierno... ), toda una declaración de amor al invierno, al frío que añora incluso en su otrora gélida Inglaterra.

Huracanes, tifones, diluvios, deshielos, y pese a todo el calentamiento global sigue en tela de juicio para algunos, que lo pintan de confabulación ecologista, mientras en el fondo resuenan sospechas de oscuros intereses económicos. Ni la madre Naturaleza se mantiene a salvo de los mercados; por eso proyectos como la Macaulay Library suenan (y nunca mejor dicho) tan bien.




La Biblioteca Macaulay de Nueva York, es la más ambiciosa colección de registros sonoros y vídeos de animales del mundo. Muchas de las especies amenazadas se encuentran entre las grabaciones que, desde 1929, llevan acumulando la biblioteca: y que constituyen el mayor muestrario sonoro de la biodiversidad de nuestro planeta, que ahora se ofrece libremente a través de su web.
La voz de la luna de Fellini

Un auténtico concierto de gruñidos, cantos, rugidos o bufidos que pueden escucharse por separado con su correspondiente ficha explicativa. La banda sonora de nuestro planeta, que junto a la estruendosa especie humana, debe de pasmar a más de alguna lejana civilización alienígena que nos esté captando. Emitimos sonidos sin parar, sin tiempo para escuchar nada; como decía el protagonista de la poética La voz de la luna de Fellini:

“Creo que si todos guardáramos un poco de silencio, podríamos comprender cualquier cosa”

Pero como somos humanos, terminamos haciendo ruido, pero eso sí, ruido delicioso. El que nos ofrece Laura Mvula, un descubrimiento musical de esos con los que da auténtico placer tropezarse (y cuyo primer disco se titula precisamente Cantar a la luna). Con su Green garden (Jardín verde) redondea el post haciéndonos abandonar lo urbano para retornar a la naturaleza, con una sonrisa en la boca, tatareando la melodía cual pajarillos (o pajarracos, depende de la entonación de cada uno) registrados por la Macaulay Library.