lunes, 29 de septiembre de 2014

Como esquimales sin GPS

La serpiente que ha decorado el suelo de nuestro Salón de belleza africano


En el interesantísimo artículo publicado hace dos fines de semana en El País sobre el último libro de Nicholas Carr, se incluye un aviso para navegantes sobre los peligros de la excesiva dependencia tecnológica.

En un despiece del artículo se habla de los problemas que el uso del GPS está provocando entre los esquimales. Al norte de Canadá, la legendaria capacidad de los cazadores inuits para orientarse en el monótono desierto helado ártico, está a punto de extinguirse como consecuencia del uso de GPS.

Por eso, antes de perder el rumbo definitivamente en este blog, apagamos el GPS que hemos tenido encendido durante este verano, y retomamos el mando. Durante esta travesía ha habido de todo, seguidores que siguen celebrando el rumbo que tomamos hace ya tres años, y algún otro que nos aconsejaba tomar el próximo desvío. De momento, hemos cambiado un poco los muebles de sitio, a ver si cambiando el paisaje descubrimos nuevas posibilidades.

Y para arrancar, una despedida. La de nuestra tercera acción artístico-bibliotecaria que en breve se clausurará. Nuestro querido Salón de belleza africano de la planta 0, que tantas anécdotas ha propiciado, toca a su fin. Han sido casi cinco meses en que hemos hecho realidad el eslogan con el que lo lanzábamos: la Biblioteca cuida de tu cabeza por dentro, y por fuera.



Y he aquí la muestra, las fotografías de los más valientes entre los afortunados en los sorteos semanales que hemos celebrado durante estos meses. Ellos, y otros 35 más (y aún quedan sorteos para las próximas semanas) han salido beneficiados por usar nuestra biblioteca y han quedado de lo más favorecidos. Y es que la cultura siempre será es el mejor truco de belleza.

Cristina, José, Pilar, Rosa, Antonio y Mª José fueron tan amables como para enviarnos
una foto, una vez habían disfrutado del bono para servicios gratuitos de peluquería.



La empresa Tahe, las peluquerías Cánovas Hairculture, Españolo, JHD, Kela y Colás,  NTX, y la discoteca Teatre han hecho posible la logística de esta tercera acción artístico-bibliotecaria, en la que la creadora murciana Rosa Tortosa ha sido la protagonista con sus cuadros, en los que ha interpretado África de una manera tan personal, que más de un usuario nos ha preguntado la manera de adquirirlos.


Nuestra sesión de maquillaje y libros fue todo un éxito


Ya estamos calentado motores para la que será la cuarta acción artístico-bibliotecaria, de la que por el momento no podemos desvelar nada. Proyectos no nos faltan, y dentro de muy poco uno de los más deseados en los últimos tiempos: el lanzamiento de la plataforma de préstamo de libros electrónicos.

Puede que después de todo, y pese a haber abusado del GPS, aún no hayamos perdido el norte como los pobres esquimales.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Recalculando [verano 2014]: Verbena bibliotecaria

Publicado: 10 de octubre de 2013
Reflexionando: para sobrevivir, ¿tendrán que integrarse las bibliotecas en la civilización del espectáculo?

Con este post rompemos la cadena de los tres previos. De luchalibro a librolienzo y de ahí a lienzosonoro, una cosa nos fue llevando a la otra, dando tumbos por la maraña de la red, y las peregrinas conexiones que van saliendo al paso.

Y también de esa maraña surge esta entrada, en concreto de la opinión de un seguidor sobre este blog, vía Twitter, que nos ha encantado:


"Es efectista, sencillo y de corte popular. Es divulgación a nivel verbena, pero precisamente por eso me parece genuino"
Puede que en ocasiones los demás sean el infierno en las redes sociales, pero en otras tantas, gracias a los demás, obtenemos la mejor definición de lo que hacemos, y éste ha sido el caso.

En la Regional ya tenemos muñecos para la rifa: Michael Jackson y la Barbie choni

¿Hay algo más popular y alegre que una verbena?, ¿algo más alejado del estereotipo amuermante de biblioteca rancia? Somos una biblioteca pública, y ya dijimos lo que eso supone actualmente en BRMU Bizarra. Décima entrega.... La biblioteca más ágora que nunca. Si los museos, cada vez más, buscan asombrar y divertir cual parques de atracciones artísticos: las bibliotecas no vamos a ser menos.

¿Será que las instituciones culturales deben disneyzarse para sobrevivir? Interesante cuestión para el debate, que aquí sólo podemos insinuar. Estamos ocupados en seguir abriendo la biblioteca a la calle, sin por ello perder de vista nuestros objetivos.

La cultura: ¿aplastada o desestabilizando la opresión del muro?

En este sentido, la obra del arquitecto y artista mexicano Jorge Méndez Blake no puede resultar más acorde con esa apertura. Este creador ha convertido a las bibliotecas en centro de su discurso artístico, que explica en los siguientes términos:  
 “que la biblioteca no sea un recinto cerrado, aislado de la ciudad, sino que abra sus puertas, destruya las paredes exteriores, y se combine con la ciudad […] más allá de resguardar el conocimiento, lo que hace una biblioteca es distribuir el conocimiento.”

Una vez más, voces ajenas expresan mucho mejor nuestros propósitos. De ahí su obra Biblioteca abierta, o el muro inspirado en El castillo de Kafka, con un libro aplastado por un muro, y que a la vez, deforma la represora contundencia del mismo.

Biblioteca abierta

Mientras en Nueva York, el artista urbano más mediático, Banksy: expone en las calles ofreciendo la posibilidad de llamar a un teléfono para escuchar la audioguía; o el danés Olafur Eliasson ocupó esas mismas calles con cataratas, o abrasó la Tate Modern con un inmenso sol.


El arte se espectaculariza con tal de ampliar audiencias. Si lo consigue, o simplemente se queda en una atracción verbenera, sólo el tiempo lo dirá.




Por nuestra parte, ahí están nuestra modestas, y a la par ambiciosas, acciones artístico-bibliotecarias (ya es inminente el lanzamiento de la segunda). Y desde esta semana, la puesta en marcha de nuestro chat de ayuda en línea, para que puedas comunicarte con nosotros en cualquier momento. Maneras de abrir la biblioteca por todos los medios posibles, que no son pocos, pero sí menguantes.

Y precisamente, por ese agudizar el ingenio con pocos recursos, cerramos con el vídeo del francés Yuksek. Por lo conseguido que resulta con tan pocos elementos; por su título, Off the wall (Disparatado, pero literalmente: fuera del muro), y sobre todo por su optimismo, que lo hace ideal para una verbena que quiera ir más allá de Paquito el chocolatero. Tal cual como sería nuestra verbena bibliotecaria ideal.





Fuente: El universal

jueves, 25 de septiembre de 2014

Recalculando [verano 2014]: Trastorno bipolar bibliotecario

Publicación: 17 de julio de 2013
Reflexionando: tenemos la medicación en nuestras estanterías.

Funcionaria ejemplar de día, superheroína justiciera de noche

No hay nada como rebautizar algo (a ser posible en inglés), para que se venda mejor. Los coches con ziritione, detergentes con oxi action crystal white o cremas efecto lifting con partículas de diamante. 

Por eso, si a un bibliotecario pasamos a llamarlo community manager, la cosa cambia totalmente, el estereotipo caduco del profesional de las bibliotecas se resquebraja y descascarilla, provocando un efecto lifting que ni un cirujano de Beverly Hills sería capaz de conseguir.

Un post del blog del imprescindible Julián Marquina, es el que mejor resume esta fachada remozada de la profesión, esta glamourización que a veces nos empuja hacia una bipolaridad profesional.


El caballero oscuro leyendo: Batman visto por un psiquiatra

Dos caras
Si Batwoman era bibliotecaria de día, y superheroína de noche, muchos bibliotecarios tienen que conservar dos o más caras de nuestras instituciones, como el villano Dos caras de Batman, pero sin intenciones aviesas de por medio. Si según dicen, los bibliotecarios somos los superhéroes de la cultura, no será por nuestros superpoderes, sino por nuestra capacidad para mantener el equilibrio entre lo que se espera de una biblioteca de las de toda la vida, y lo novedoso que podamos ofrecer.

Pero, ¿qué esperan realmente nuestros usuarios de una biblioteca? Puestos a estereotipar, se podría decir que nuestros usuarios de la tercera edad seguirán confiando en encontrar la prensa diaria; los niños, cuentacuentos, lecturas o películas de moda; los padres y docentes, contenidos educativos; y los jóvenes, ¿qué esperan encontrar los jóvenes en las bibliotecas?, ¿cómo competir con los mil cantos de sirena que los reclaman?

El escritor Junot Díaz declaraba en una entrevista en El País semanal algo interesantísimo al respecto:

“Cada joven es un objetivo ambulante sobre el que las corporaciones se lanzan despiadadamente a fin de asegurarse que no les queda un solo momento libre […] cada vez que un joven abre un libro es tiempo que pasa sin pulsar botones, sin entrar en Facebook, sin pedir papel higiénico por Amazon. Si a una chica o a un chico les da por leer poesía, se salen de la cadena de producción de dinero y obtención de beneficios. […] . A las corporaciones les resulta insoportable la idea de que nadie le dedique a una novela las 20 o 30 horas que exige su lectura.”

La BRMU siempre fascinada con Batman


Y a tenor de uno de esos estudios que cada cierto tiempo se publican, no podría resultar más cierto. Se trata de una investigación realizada en dos universidades neoyorquinas sobre los hábitos de los jóvenes en las bibliotecas. Según los datos obtenidos, los estudiantes sólo dedican el 18% de su tiempo en las salas a leer, el resto lo dedican a redes sociales, visitar webs no educativas, ver vídeos o directamente a dormir.


Ser friki y disfrutarlo

 

Esto va camino de provocarnos un trastorno bi, tri y hasta cuatripolar a los bibliotecarios, de ahí que nos rebauticemos y hagamos lo que haga falta. En Todos somos frikis ya hablábamos de una campaña norteamericana para darle un aspecto más "actracativo" a las bibliotecas de cara a los jóvenes: declararse orgullosamente friki de algo y proclamarlo, y ahora en Alemania y Suiza la han hecho suya.

Pero como el término geek (bicho raro, friki) adoptado por los norteamericanos podía resultar algo inapropiado, han optado por BiblioFreak, que sin ser francés, suena algo más chic

Nile Rodgers era consciente de ello cuando fundó en los 70 su grupo disco: Chic, y de ahí que con su hit LeFreak hiciera que la juventud bailase. ¿Conseguiremos también las bibliotecas que la juventud baile con nuestro ritmo?

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Recalculando [verano 2014]: Apocalipsis bibliotecario

Publicado: 11 de julio de 2013
Reflexionando: las bibliotecas son como flotadores de pato llenos de parches.


En Moda guerrillera ya hablamos de uno de esos disparates nipones en forma de ficción, que nunca dejan de sorprendernos. Se trataba de la serie anime: Library wars (Guerras de biblioteca), y siguiendo la lógica comercial japonesa, ahora se estrena su versión cinematográfica con actores reales.

Aunque la novela originaria data de 2007, la trama de estas guerras bibliotecarias pareciera una lectura distópica de nuestro presente más inmediato. Si la III Guerra Mundial se está librando ya en los ordenadores de medio mundo, esta historia sobre una sociedad cuyos medios están totalmente controlados por el poder, y en la que los bibliotecarios terminan cogiendo las armas para defender la libertad de expresión y pensamiento, no podía  resultar más oportuna.



Este armagedón bibliotecario nos recuerda varias cosas, por un lado al cómic que el artista murciano José David Morales realizó para la primera Brújula para tebeos, en el que nuestra biblioteca era el único edificio incólume tras una hecatombe nuclear.



También nos recuerda a la irreducible aldea de Astérix, y a su resistencia alegre y numantina ante el invasor. Y es que en estos tiempos bárbaros (que diría Alessandro Baricco) las amenazas se multiplican, y puestos a sobrevivir, se nos ocurre otro argumento para un blockbuster de éxito asegurado, cuya sipnosis podría ser la siguiente:
“En 2025, una hecatombe digital ha sumergido al mundo en un caos que colapsa la economía, la política, las telecomunicaciones…los ciberataques son tan fuertes que ninguna profesión está a salvo. Pero un pequeño grupo de bibliotecarios sobreviven, comunicándose gracias a un lenguaje basado en la CDU. Todo el saber acumulado por los hombres, se mantiene preservado en las estanterías de las olvidadas bibliotecas, y ahora todo ese trabajo inútil a la luz de la nueva era digital, se convierte en el último garante para la supervivencia de la civilización”
Ahora sólo faltaría que J.J. Abrams (el creador de Perdidos, y revitalizador de Star Trek y próximamente también, de La guerra de las galaxias) montara un espectáculo palomitero en 3D, para que la figura del bibliotecario se erigiera como el nuevo Indiana Jones de los tiempos digitales.

Pablo Genovés, artista con fijación por la destrucción de espacios culturales

Pero hablando de catástrofes y cultura, no podíamos dejar de mencionar la obra del artista Pablo Genovés, fascinante en su representación de espacios culturales devastados. Si como dicen, La Manga y Venecia terminarán finalmente engullidas por el mar, esta imagen de biblioteca inundada resulta de lo más inquietante a la vez que evocadora. Casualmente en el cómic Por el imperio de Bastien Vives, también aparecía una biblioteca que se inundaba, arrastrando a soldados y estanterías.




Pero dada la contrastada capacidad para la supervivencia de los bibliotecarios, más que perecer ante este tsunami, nos transformaríamos en bibliotecas líquidas, o aún mejor: en una biblioteca-flotador, genial comparación que nos brindaba una seguidora de este blog a través de Twitter: “sois mi flotador de pato para el verano


Y no hay nada que nos apetezca más: ser un flotador de pato, que mantenga a salvo a nuestros usuarios de naufragios a base de cultura y servicios, mientras que ellos nos permiten seguir flotando a nosotros.

Como otro seguidor de nuestro blog, que nos ha nominado a los premios Liebster Awards, inyectándonos una dosis extra de entusiasmo para seguir adelante. Sobre todo esta semana, en la que hemos alcanzado las ¡¡¡¡100.000 visitas al blog!!!!!(y algo nos inventaremos para celebrarlo).

En cualquier caso, está claro que se trata de mantenernos a flote mutuamente, hundiéndonos lo justo para volver a salir y respirar, como hacía PJ Harvey en su líquido tema de los 90: Down by the water (Debajo del agua)


martes, 23 de septiembre de 2014

Recalculando [verano 2014]: Biblioteca corrupta

Publicado: 14 de enero de 2013
Reflexionando: no hace falta reflexión, tolerancia cero con lo corrupto.

La naranja mecánica: cultura versus barbarie

¿Qué es una biblioteca corrupta? En el próximo ranking de palabras más amadas y odiadas en castellano: la más odiada por nauseabunda y omnipresente, debería ser la de corrupción. Pero hablando de bibliotecas públicas, ¿cómo asociarlas?

Quizás sería, aquella que volviendo al oscurantismo medieval, boicoteara el acceso igualitario a la cultura; o acaso aquella, cuyas colecciones extirpasen cualquier posibilidad para contrastar y contraponer ideas, y abrir las mentes. O todo lo contrario, biblioteca+corrupción por su capacidad para denunciar y guardar memoria de los delitos, como han hecho en Brasil creando la Corrupteca (¿para cuándo una así en nuestro país?)




Pero no vamos a definir el concepto aquí y ahora, ya volveremos sobre él, a perfilarlo, a cincelarlo, hasta formarle aristas que transmitan todo el desagrado que te recorre el cuerpo al unir ambos conceptos.

En este post vamos a hablar de bibliotecas de corruptos, que no es lo mismo, ni de lejos. Todo viene a raíz de la noticia de que se subasta la biblioteca personal de Bernard Madoff, el gran estafador. Sus bienes se han subastado, y entre ellos se encuentra su biblioteca privada.

Sin duda la subasta de sus libros poco va a mitigar su deuda, pero no deja de resultar curioso echar un ojo a los títulos que conformaban su biblioteca: desde autores del calibre de Philip Roth, Emily Dickinson, Norman Mailer o Dostoievski, hasta los best seller más convencionales. Los pobres libros no tienen ninguna culpa de haber pertenecido a un lector con tan pocos escrúpulos; pero lo que está claro es que de poco le sirvieron las enseñanzas morales o la grandeza de las ideas encerradas en títulos como Crimen y castigo, o La hoguera de las vanidades de Tom Wolfe.

También se dice que Al Capone lloraba escuchando ópera, lo que deja claro que la cultura poco puede hacer, si para quien la disfruta, nada de lo humano le es ajeno siempre que beneficie a su bolsillo.


¿Y si se subastasen las bibliotecas de todos los corruptos, de todos los que han defraudado, de todos los que han estafado? De poco serviría en la mayoría de los casos, porque sus estanterías deben encontrarse tan desoladas como sus principios.

No obstante, nos pica la curiosidad: ¿cuáles serían las lecturas (si acaso existieran) de personajes como Sadam Hussein, Mahmud Ahmanideyad, Kim Jong-Un, o Pol Pot? Por no citar a otros que resultan mucho más intrigantes, como el mismísimo Hitler del que sí existe información sobre su biblioteca, que parece ser, constaba de más de 6.000 volúmenes, y en la que abundaban obras sobre arquitectura e historia.

De momento aquí lo dejamos. Para quienes gustamos de los libros,ya nos resulta bastante inquietante pensar que títulos que amamos como El guardián entre el centeno, hayan quedado por siempre relacionados con la mente perturbada del asesino de John Lennon.

Y en cuanto a lo que planteábamos al principio: igual es que las palabras biblioteca y corrupta se repelen como el agua y el aceite, que los buenos libros son siempre inocentes, y no se merecen a los lectores que, en ocasiones, les tocan en suerte.

Pero como no nos va mucho la resignación, ni aceptar las cosas como están, vamos a terminar vociferando en plan naif:

¡¡¡¡ESTOY MÁS QUE HARTO, Y NO QUIERO SEGUIR SOPORTÁNDOLO!!!!!



Escena de Network, un mundo implacable (1976)


lunes, 22 de septiembre de 2014

Recalculando [verano 2013]: Leyes robótico-bibliotecarias

Publicado: 23 de abril de 2013
Reflexionando: un bibliotecario debe proteger su supervivencia y la de su biblioteca

C3-PO Y R2-D2 camino del desguace: ¿iremos detrás los bibliotecarios?

Repasar los avances tecnológicos en bibliotecas daría para una enciclopedia. Desde los programas de gestión bibliotecaria que han ido cayendo, a los formatos con jubilación forzosa (del Beta al VHS, del VHS al LaserDisc, del LaserDisc al Blu-ray, del vinilo al compact disc…), o más recientemente de los e-readers a las tablets.

Bender, el robot perfecto que no se deja amedrentar
La obsolescencia programada en las bibliotecas es una constante, si exceptuamos a lo impreso que numantinamente resiste. Pero ¿y la obsolescencia de los bibliotecarios?, vale que algunos ya nacieron obsoletos, pero no más que en otras profesiones. En cambio a los estereotipos sociales, ¿quién les programa la obsolescencia? Mientras nos sustituyen por robots de última generación (que no necesitarán días libres, ni vacaciones, ni sueldo, ni siquiera colecciones porque todo estará en la nube): ¿para cuándo van a programar la caducidad de la imagen social de nuestra profesión?

A tenor de la última producción hollywoodense: Un amigo para Frank, parece que el estereotipo se perpetúa. La película en cuestión, de inminente estreno en nuestro país, tiene pinta de ser una comedia discretita a más no poder, pero en la cual, bibliotecas y robots comparten protagonismo.

Es la historia de Frank, un anciano amante de los libros, que corteja a la bibliotecaria del pueblo, y al que sus hijos le adjudican un robot para que lo cuide. Sin querer ser prejuiciosos, el tono pasteloso se huele simplemente viendo el trailer, y la imagen típica-tópica de la bibliotecaria también. Al menos, está interpretada por la siempre estupenda Susan Sarandon, una de las pocas actrices del Hollywood actual que preserva auténtico carisma.

Terminator, el robot en que todo bibliotecario
sueña alguna vez transformarse

Pero volviendo a robots y bibliotecas, la película en cuestión nos da pie para un cruce inesperado. Si el mítico bibliotecario hindú Shivali Ramamrita Ranganathan nos legó cinco leyes de oro de las bibliotecas; y por su lado, Isaac Asimov dejó para la posteridad las tres leyes de la robótica: nosotros ahora vamos a hibridarlas en una tríada de normas bibliotecario-robóticas, que detallamos a continuación:




LEYES ROBÓTICO-BIBLIOTECARIAS BRMU


• Un bibliotecario no puede desanimar a un ser humano en su curiosidad lectora, ni permitir que un ser humano se quede sin la lectura/película/música que necesita 
• Un bibliotecario debe respetar los gustos de los seres humanos a los que atiende

• Un bibliotecario debe proteger su supervivencia profesional frente a los recortes, y solo sacrificarse por conseguir que las bibliotecas sigan dando servicio a los seres humanos.

Tres leyes para la inspiración, nunca para la imposición (que ya vamos sobrados de imposiciones) que al menos nos sirven para celebrar que aún seguimos aquí. Viejunos, vintages, cuestionados por el empuje de lo digital o jurásicos. Pero es que ya lo hemos dicho alguna vez, lo vintage se lleva, y por eso, porque somos vintages, orgullosos y bizarros terminamos con Dee D. Jackson y su inefable Automatic lover, demostrando que hay cosas que nunca se olvidan. Tal es el impacto que dejan en nuestras retinas y oídos.


viernes, 19 de septiembre de 2014

Recalculando [verano 2014]: Literatura tupperware para divas catódicas

Publicado: 2 de enero de 2013
Reflexionando: ¿a los españoles les incomoda hablar de cultura?


En un reciente artículo del semanario de moda de El País, se recoge una nueva tendencia que nada tiene que ver con ropa, perfumes o peinados. Se trata de la literatura tupperware, o lo que es lo mismo, la moda de reuniones literarias en las que algunos libreros presentan novedades editoriales como antes se presentaban envases para conservar alimentos, o juguetes sexuales en los populares tupper sex.

Ya de por sí asociar a la literatura con los tupper, hará arrugar la exquisita nariz a más de uno imaginando qué tipo de títulos monopolizarán dichas reuniones, que les llevarían al sobrenombre despectivo de literatura para marujas. 

Alternativas de calidad a las 50 sombras
Sin ir más lejos, y sin querer que se note demasiado  nuestra tirria a la trilogía de las 50 sombras de Grey: sin duda éste sería uno de esos títulos que fomentarían este tipo de prejuicios (a este respecto resulta de lo más gratificante el artículo de la escritora Elisabeth de Mariaffi títulado: 10 lecturas eróticas que no apestan, en el que recomienda diez títulos clásicos del erotismo como alternativa de calidad a la lamentable trilogía), pero no tiene porque ser forzosamente así.

Desde hace años la todopoderosa estrella de la televisión norteamericana Oprah Winfrey, pone todo su potencial populista al servicio de la literatura, a través de sus influyentes clubes de lectura. La diva catódica utiliza su inmenso poder mediático explotando una faceta de crítica literaria a través de sus shows primero, y recientemente, a través de la web. Ser elogiado o recomendado por Oprah es un pasaporte directo a convertirse en best seller, y los autores ensalzados por la estrella, no son necesariamente carne de grandes superficies.

Jonathan Franzen, Cormac McCarthy, Gabriel García Márquez, William Faulkner, Leon Tolstoi o Toni Morrison, se entremezclan en desprejuiciada mescolanza con Ken Follet, Maeve Binchy, o Bill Cosby. ¿Las consecuencias de todo ello?, que en el ranking de libros más vendidos en los Estados Unidos, muchas de las primeras posiciones las ocupan libros recomendados por la presentadora.




Y si tanto copiamos a los americanos (en series, formatos de programas, modas, cine…), ¿por qué a nuestras divas catódicas no les da por copiar a la norteamericana en esta idea? Sin ir más lejos. Ana Rosa Quintana ha trasladado con éxito la idea de publicar una revista con su nombre AR, tal y como lleva años haciendo Oprah (claro está, que en el caso de Ana Rosa, es comprensible que rehúya todo lo relacionado con la literatura tras su experiencia como escritora)


Pero, ¿y el resto de nuestras divas?, ¿por qué Mercedes Milá entre reality y denuncia no vuelca toda su vehemente tirón mediático en fomentar la lectura, como ha hecho con tantas otras causas sociales?, ¿o la eterna María Teresa Campos aprovecha su veteranía para seducir literariamente a sus espectadores?, ¿será que el incisivo Michel Houellebecq tenía toda la razón del mundo cuando en su novela La posibilidad de una isla, escribía que sintonizar un programa cultural en España:

"era más que un azar, era un milagro, porque los programas culturales son raros en la televisión española, los españoles no aman los programas culturales, ni la cultura en general, es un territorio que les resulta profundamente hostil, a veces se tiene la impresión, cuando se les habla de cultura, de que se les hace una especie de ofensa personal"
En fin es una idea, igual enemiga de los audímetros, pero que nosotros dejamos ahí por si alguna diva o divo televisivo de nuestro país, se atreve a ponerla en práctica entre tanto edredoning, escándalo prefabricado, cantantes en serie, lacrimógenos reencuentros o denuncias acuna-conciencias.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Recapitulando [verano 2014]: Mi biblioteca y otros animales

Publicado: 18 de septiembre de 2012
Reflexionando: si no quieres ser un animal, ven a la biblioteca


En la mayoría de las bibliotecas los problemas más acuciantes a los que nos enfrentamos en la actualidad, van desde los recortes brutales, a la falta de personal, cuando no directamente el cierre de centros.

Pero en las bibliotecas de Connecticut el dilema al que se enfrentan supera a cualquier problema imaginable en una biblioteca: están estudiando si procede prohibir el acceso a sus instalaciones a personas disfrazadas como peluches gigantes. Dicho así parece algo propio de nuestra serie BRMU Bizarra, así que habrá que matizarlo algo más.
Erótica animal antropomórfica

Poniendo en antecedentes a quien no sepa del asunto, se trata de prohibir el acceso a los denominados furries, furry fans, fursuits, o en su equivalente castellanizado, fursonas. El movimiento Furry fandom, está integrado por aquellos amantes del género furry (literalmente peludo) y se trata de cómics, películas o ficciones protagonizadas por animales antropomórficos.

Tanta pasión despertaban los personajes de estas características, que han dado lugar a toda una subcultura en la que sus seguidores gustan de disfrazarse cual peluches gigantes y deambular por espacios públicos, hacer convenciones, crear foros y vídeos por doquier en la red, y que incluso ha dado lugar a una erótica furry.


De esta manera el infantilismo y la ternura que puede despertar un peluche, termina transmutándose en algo más inquietante que una película de David Lynch. Si los muñecos han sido tan explotados como elemento siniestro en tantas tramas de terror; el infantilismo adulterado de estos peluches animados no les va a la zaga.


Distintos modelos de fursuits

Así que no es de extrañar que los padres de Connecticut, estén inquietos ante el hábito de algunos seguidores de la corriente furry, de acudir a la biblioteca de esa guisa. Todo lo que Goofy resulta entrañable en Disneyland para los niños, en una biblioteca, y sabiendo que nadie le paga por ir así, resulta cuando menos inquietante para los preocupados progenitores.

Mr.Fox, héroe furry por excelencia  
En fin, en nuestra biblioteca aún no tenemos que plantearnos cuestiones de este tipo, en Murcia hace demasiado calor como para que la afición furry tenga visos de implantarse con gran éxito. Pero no podemos dejar de sentir inquietud por uno de nuestros blogueros favoritos, Superfurry librarian: ¿estará al tanto de este problema?, desde aquí solo podemos enviarle nuestro más sincero apoyo ante una noticia tan desasosegante.

Y para terminar de ambientar la noticia, nada mejor que el vídeo de Capital cities, repleto de animales que se comportan como auténticos humanos: