jueves, 18 de septiembre de 2014

Recapitulando [verano 2014]: Mi biblioteca y otros animales

Publicado: 18 de septiembre de 2012
Reflexionando: si no quieres ser un animal, ven a la biblioteca


En la mayoría de las bibliotecas los problemas más acuciantes a los que nos enfrentamos en la actualidad, van desde los recortes brutales, a la falta de personal, cuando no directamente el cierre de centros.

Pero en las bibliotecas de Connecticut el dilema al que se enfrentan supera a cualquier problema imaginable en una biblioteca: están estudiando si procede prohibir el acceso a sus instalaciones a personas disfrazadas como peluches gigantes. Dicho así parece algo propio de nuestra serie BRMU Bizarra, así que habrá que matizarlo algo más.
Erótica animal antropomórfica

Poniendo en antecedentes a quien no sepa del asunto, se trata de prohibir el acceso a los denominados furries, furry fans, fursuits, o en su equivalente castellanizado, fursonas. El movimiento Furry fandom, está integrado por aquellos amantes del género furry (literalmente peludo) y se trata de cómics, películas o ficciones protagonizadas por animales antropomórficos.

Tanta pasión despertaban los personajes de estas características, que han dado lugar a toda una subcultura en la que sus seguidores gustan de disfrazarse cual peluches gigantes y deambular por espacios públicos, hacer convenciones, crear foros y vídeos por doquier en la red, y que incluso ha dado lugar a una erótica furry.


De esta manera el infantilismo y la ternura que puede despertar un peluche, termina transmutándose en algo más inquietante que una película de David Lynch. Si los muñecos han sido tan explotados como elemento siniestro en tantas tramas de terror; el infantilismo adulterado de estos peluches animados no les va a la zaga.


Distintos modelos de fursuits

Así que no es de extrañar que los padres de Connecticut, estén inquietos ante el hábito de algunos seguidores de la corriente furry, de acudir a la biblioteca de esa guisa. Todo lo que Goofy resulta entrañable en Disneyland para los niños, en una biblioteca, y sabiendo que nadie le paga por ir así, resulta cuando menos inquietante para los preocupados progenitores.

Mr.Fox, héroe furry por excelencia  
En fin, en nuestra biblioteca aún no tenemos que plantearnos cuestiones de este tipo, en Murcia hace demasiado calor como para que la afición furry tenga visos de implantarse con gran éxito. Pero no podemos dejar de sentir inquietud por uno de nuestros blogueros favoritos, Superfurry librarian: ¿estará al tanto de este problema?, desde aquí solo podemos enviarle nuestro más sincero apoyo ante una noticia tan desasosegante.

Y para terminar de ambientar la noticia, nada mejor que el vídeo de Capital cities, repleto de animales que se comportan como auténticos humanos:



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