viernes, 30 de mayo de 2014

Centrifugando el 2014 [abril]

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No fue por la Semana Santa, ni siquiera fue influencia de las Fiestas de primavera, pero lo cierto es que el mes de abril en este blog supuso un cierto regreso a los orígenes. Una mirada a los orígenes autóctonos, y a los orígenes como especie: porque ha sido en este mes cuando ha arrancado nuestra entrega sin reservas a lo africano.


Si hace décadas se decía que España era la reserva espiritual de Occidente, en este mundo globalizado y estandarizado, se puede sostener que África (o lo africano, como nos gusta siempre remarcar) es la reserva de esa fascinación, de ese misterio que tanta literatura y cine han sembrado en nuestras fantasías, y que tanto se echa de menos.

Porque África es mucho más que guerras, hambrunas, desgracias; es sobre todo alegría, color, música y ganas de vivir. Tal vez sea inspirado por ello, que en Biblioteca-granero lanzábamos una de esas ideas para un futuro proyecto muy autóctono, que hará enarcar la ceja de sorpresa a más de uno al ser propuesto por una biblioteca. El tiempo dirá, si la idea terminará germinando o no.



Por si acaso, fuimos abonando bien el terreno con algunas de las mejores frases e ideas de intelectuales y artistas pronunciadas en contra del fanatismo en Biblioteca terrorista. Frases como las del escritor egipcio Alaa Al Aswani que no nos resistimos a recuperar de tanto cómo nos gustó:
"si eres fanático no entenderás la literatura, y si te gusta la literatura (y por tanto las bibliotecas, añadimos nosotros) nunca serás fanático"

Pero durante este mes no sólo mantuvimos la vista hacia el sur, también más allá del charco, concretamente hacia ese referente en muchas cosas (y en otras tantas no) que son los Estados Unidos. Una vez más nos gustó una tradición estadounidense: en vez de levantar monumentos a los prohombres de su país optan por abrirles bibliotecas. Y es que otra cosa no será, pero a la hora de honrar la memoria de sus personajes públicos (bien sean de la política, deporte o espectáculo) los americanos saben cómo hacerlo.

Nos imaginamos que en esas bibliotecas presidenciales de las que hablamos, más de un fanático de las conspiraciones disfrutaría de lo lindo rastreando mensajes ocultos entre la documentación de los presidentes estadounidenses. Y precisamente este mes, también dio para abordar oscuros secretos, inquietantes misterios y leyendas urbanas en Muerte entre líneas, mensajes entre surcos.




Pero cualquier eventual yuyu se deshizo al instante, al entregarnos al vicio saludable de las series de televisión, un auténtico culto que se despertado en los últimos años, y que ha demostrado que la caja llamada tonta puede volverse pero que muy lista, cuando se da una oportunidad al talento.



La creatividad precisa de estímulos, y nosotros en la biblioteca vivimos recientemente una experiencia, que aparte de relajarnos, y hacer que nos tomemos las cosas con más calma: nos activó las neuronas como nunca. Un masaje de neuronas cuyos efectos esperamos que nos duren mucho, y fructifiquen en propuestas e ideas que nos sigan ilusionando a nosotros y, sobre todo, a nuestros usuarios.


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