El cartel para el Bando de la Huerta 2016 en el reflejo de la murcianía líquida |
Pocas cosas deben de resultar más difíciles para un reportero televisivo que retransmitir un evento como el Bando de la Huerta, el Entierro de la Sardina o cualquier procesión con el ánimo de resultar original.
¿Qué puede decirse sobre las maravillosas policromías de
Salzillo o el colorido de los
refajos que no se haya dicho ya? Ni falta que hace, la tradición ha de ser eso: un plagio en bucle que se repite cada
año dando sensación de continuidad, de que hay cosas que
no cambian, y se supone nos definen por el hecho de conocerlas desde siempre. Pero,
¿hasta qué punto nos definen?
El hecho de nacer en un territorio es algo meramente accidental.
En pleno siglo XXI, y ya desde el XX, con la eclosión de los medios de
comunicación y las nuevas tecnologías: la identidad cultural de cada uno está
hecha de mil referentes de la cultura global, radicalmente distintos a los que podían configurar la
identidad de nuestros antepasados.
La orgullosa bandera del estado imaginable de Tudmiria: un proyecto multidisciplinar encabezado por Juan Manuel Chumilla-Carbajosa que ironiza sobre los nacionalismos |
A un nacido en los 80 ¿qué le emociona y le resulta más personal el Smells like a teen spirit (por poner un ejemplo) de Nirvana o una jota huertanica? No son cosas incompatibles, ni mucho menos; pero como ya reflexionábamos en La Murcia de cada uno, lo enriquecedor es el panorama que surge de la fricción entre esos referentes foráneos que nos pueden ser más próximos (no geográficamente, pero sí sentimentalmente) que los que se producen a escasos metros de donde nos parieron. El contraste entre la identificación que podemos sentir hacia lo que nos gusta, provenga de donde provenga; y lo que se supone que es nuestro, y nos resulta en cambio más ajeno.
Viñeta de La casa de Paco Roca. Historia de unos hijos que vuelven a la casa de veraneo familiar, tras la muerte del padre y se enfrentan a sus orígenes y recuerdos. |
Fernando Trueba al recibir el Premio Nacional de Cinematografía el pasado septiembre, montó uno de esos revuelos que tanto gustan a los medios al declarar: que estaba a favor de destruir fronteras, y que nunca se había sentido español. Sin entrar en lo oportuno o no de sus palabras, si fue una ironía como aclararía después; o pretendía provocar al personal: siendo un francófilo declarado, no es para rasgarse las vestiduras.
Sólo hay que ver los ecos del cine de Renoir en su oscarizada Belle epoque, o los de Jacques Rivette en El artista y la modelo, para constatar su amor por lo francés. Por otro lado sólo hay que atender al hecho de que vaya a rodar la segunda parte de La niña de tus ojos: para comprobar que sin el humor de Berlanga, las películas de CIFESA del subgénero folclórico o el humor genuinamente español del guionista Rafael Azcona: su obra no existiría.
La españolada revisitada por Trueba |
¿Tendrá algo que ver todo esto con la identidad de los
tiempos líquidos de los que habla el filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman? Ufff, apasionante sin duda, pero demasiado intenso cuando el olor de azahar y el de los paparajotes en las barracas, nos activan memorias olfativas que teníamos adormecidas.
Preferimos celebrar artículos como el que recientemente publicó AD España, una de las más prestigiosas revistas de diseño, arquitectura, arte y decoración dedicada a creadores y lugares de la Murcia actual bajo el poco esforzado título de: Murcia, qué bonica eres.
Preferimos celebrar artículos como el que recientemente publicó AD España, una de las más prestigiosas revistas de diseño, arquitectura, arte y decoración dedicada a creadores y lugares de la Murcia actual bajo el poco esforzado título de: Murcia, qué bonica eres.
El artículo en AD sobre Murcia |
Collage de la artista murciana Greta Bungle |
Muchos de estos espacios o creadores (y muchísimos otros de los más diversos campos), sin especiales
alharacas, sin necesidad de retóricas: fusionan lo
autóctono con lo foráneo de manera natural: y redefinen algo tan difuso como es
el concepto de murcianía que, periódicamente, nos asalta en algunos discursos, sin saber muy bien a qué se refiere.
No es por comparar, pero ya que estamos: de la movida madrileña de los 80, los que han perdurado en el recuerdo (e incluso algunos prosiguen sus carreras con éxito) son aquellos que integraron lo propio con lo ajeno, que se empaparon de lo que provenía de la cultura de masas anglosajona y lo mezclaron hábilmente con lo autóctono. Ese ha sido siempre el camino.
No es por comparar, pero ya que estamos: de la movida madrileña de los 80, los que han perdurado en el recuerdo (e incluso algunos prosiguen sus carreras con éxito) son aquellos que integraron lo propio con lo ajeno, que se empaparon de lo que provenía de la cultura de masas anglosajona y lo mezclaron hábilmente con lo autóctono. Ese ha sido siempre el camino.
La residencia de artistas de La Postiza: vanguardia en plena huerta |
Volviendo a Francia, pero ya sin Trueba: los franceses han sido maestros en eso de hacer suyo lo
que les gusta. En un descuido te hacían francés a Picasso o a Almodóvar, y si no
pueden: te lo desprestigian como en el caso de Rafa Nadal. La falta de
chauvinismo murciana en este sentido, puede jugar a favor: y crear una identidad permeable, que se base en
la cultura por encima de todo.
Precisamente, en su libro Identidad, el citado Bauman nos advertía:
Y aunque sea mucho arrimar el ascua a nuestra longaniza (más apropiado que sardina en estas fechas): la reacción que estos días está generando en las redes sociales la noticia de nuevos recortes en la Biblioteca Regional (petición de firmas en Change.org incluida): hace que la liquidez de esa murcianía difusa se haga sólida. Más allá del debate político, que los ciudadanos se impliquen en defender a las instituciones culturales de su sociedad, es la mejor manera de construir libremente nuestra propia identidad.
"las identidades flotan en el aire, algunas elegidas por uno pero otras infladas y lanzadas por quienes nos rodean. Es preciso estar en permanente alerta para defender a las primera de las segundas"
Obra de Ida Asady, miembro del Colectivo inglés BLNT, que actualmente reside en La Postiza. Su trabajo se centra en contrastar la cultura murciana con la inglesa. |
Y aunque sea mucho arrimar el ascua a nuestra longaniza (más apropiado que sardina en estas fechas): la reacción que estos días está generando en las redes sociales la noticia de nuevos recortes en la Biblioteca Regional (petición de firmas en Change.org incluida): hace que la liquidez de esa murcianía difusa se haga sólida. Más allá del debate político, que los ciudadanos se impliquen en defender a las instituciones culturales de su sociedad, es la mejor manera de construir libremente nuestra propia identidad.
2 comentarios:
Murcia, la desconocida, la auténtica, la profunda, la costera, la huertana, la del altiplano, la sibarita, la mundana, la cosmopolita, la de raíces. Me quedo con todas, todas nos aportan cosas, pero con lo que no me quedo es con la Murcia clandestina, para los que amamos la libertad y hemos luchado por alcanzar metas que hace unos años eran imposibles, nos da grima lo clandestino, lo furtivo, el esconderse para ejercer derechos y emociones.
Una Murcia diversa, plural y libre es la que queremos.
Lo bueno es que haya donde escoger, no hay discursos únicos para hablar de Murcia (como de ningún otro sitio), hay tantos como habitantes tenga el lugar; y eso es lo enriquecedor. Y últimamente además cada vez hay más voces con ganas de expresarse y enriquecer la cultura murciana, así que estamos expectantes por ver cómo se va desarrollando todo.
No lo podíamos haber dicho mejor que tú: diversa, plural y libre.
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