jueves, 18 de octubre de 2012

e-Democracia, e-Biblioteca



En estos tiempos que vivimos peligrosamente, si nos decidiéramos a confeccionar una cápsula del tiempo (ya saben, esos recipientes herméticos donde se guardan objetos de nuestro presente, para que sean descubiertos en el futuro) en lugar de la quinta sinfonía de Beethoven, habría de incluirse el sonido de miles de millones de dedos pulsando frenéticamente el teclado de un ordenador.


Cualquiera de las cajas del maravilloso Joseph Cornell,
servirían como cápsulas del tiempo

Vivimos una e-realidad que para muchos tiene más fuerza que el prosaico día a día. Pero más allá de la evasión y los sueños digitales, los últimos acontecimientos vienen demostrando que también desde lo etéreo de los bytes, se puede intervenir más que nunca en la realidad más inmediata.

La capacidad de movilización a través de la redes sociales, el ciberactivismo que está provocando cambios efectivos, la posibilidad de expresarse y organizarse de las minorías para exigir sus derechos, todo ello va configurando clic a clic el concepto de e-Democracia, una utopía ya no tan lejana.

Y aunque poco, por la falta de tiempo, también de e-Democracia se habló en el reciente VI Congreso de Bibliotecas Públicas. Las bibliotecas llevamos siglos ofreciendo el abono para que surjan sociedades libres y responsables, y ahora embuida en la vorágine de lo digital, podemos ser las herramientas básicas para esa e-Democracia imparable.

Se habló de que la biblioteca debe ser igualadora de oportunidades (que lo ha sido desde siempre, pero ahora aún más) y que pese a recortes y tiempos difíciles, debe estar abierta más que nunca a su comunidad.

Un lugar útil para evitar que hagan de tí un necio manipulable.

No hace falta ni ocuparla, ni tomarla, porque la biblioteca te pertenece. Cualquier acto es político, y ahora mismo el llevarse un libro prestado a casa, el venir a disfrutar de nuestras instalaciones, el participar en las actividades que aún conseguimos mantener en marcha, el participar a través de nuestro Facebook o en este blog dando tu opinión: es un acto político porque con ello estás diciendo que seguimos siendo necesarias, que seguimos siendo útiles, que quieres expresarte y que la biblioteca es tuya.

Corazón activo, corazón comprometido
Por eso, este ingenioso trucaje que hemos pillado al vuelo en la red, entre la famosa pintura de Caspar David Friedrich: El caminante sobre el mar de niebla, y una biblioteca, encabeza este post. Porque la misma ruptura con la inercia del pasado que propulsó el Romanticismo al que pertenece esta obra, es la que nos puede inspirar ahora. La biblioteca como atalaya desde la que atisbar un panorama de futuro por encima de las brumas del presente, la biblioteca como el pilar básico para una ciudadanía realmente libre y responsable.

E-Democracia, e-Biblioteca, EH!!! INTERNAUTA, reacciona y participa con nosotros.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una perspectiva muy interesante!!!

El blog de la BRMU dijo...

Muchas gracias Ana Consuelo, la e-Democracia parece el camino para recuperar el auténtico valor de la democracia, y las bibliotecas y nuestra labor alfabetizadora pueden hacer mucho al respecto.

Anónimo dijo...

virtual, imaginativa y democrática pero también realista.