martes, 24 de septiembre de 2013

Al calor del amor en una biblioteca



Uno de los signos más evidentes de la crisis que padecemos, son los locales comerciales en alquiler que se multiplican por nuestras ciudades.

En plena moda zombi, el centro comercial de las ciudades, pareciera ir zombificándose: por una parte, perdiendo locales emblemáticos, y por otra, uniformándose al ser invadido por cadenas que harán que, dentro de poco, dé igual estar en París, que en Valencia o en Madrid.

Da la impresión que (al menos en Murcia) los locales que parecen resistir algo más, son los dedicados a bares y restaurantes. También es posible que sea una percepción engañosa, dado que si España es uno de los países con más bares, es lógico que tarde más en notarse su merma (pese a que el periódico Expansión recientemente, informaba que desde el 2008, se han cerrado 50.000 bares en España).



No sabemos de estadísticas de bares y restaurantes en el Reino Unido, pero por la idea que nos llega desde allí, el clásico de los Gabinete Caligari, de haberse traducido al inglés: habría sido un Top of the Pops en tierras británicas.

En la ciudad de Sheffield están estudiando convertir algunas bibliotecas en bares de vinos, eso sí, manteniendo una parte de biblioteca en el bar. La propuesta, como mínimo suena peculiar, y no hace mucho por disipar el tópico etílico que rodea a los británicos. Ante el peligro de cierre de 16 bibliotecas, algunas empresas de hostelería se han ofrecido a reconvertirlas en bares de vinos, y el ayuntamiento parece dispuesto a dar luz verde.

Buenos libros y buen vino

Después de todo, si nos remontamos a los tiempos de la Revolución industrial en Inglaterra, los lugares donde los proletarios podían aliviar sus miserables vidas eran: los bares, y las bibliotecas parroquiales. De ahí viene el origen de las bibliotecas públicas, lo que hace que la evolución hasta este híbrido biblioteca-vinoteca resulte hasta lógica.

El vino también se cataloga por añadas, se conserva en las condiciones ópticas de temperatura y luz, se ordena en las estanterías. Tal cual como los documentos de una biblioteca, y en su justa medida: vivifica el espíritu igual que un buen libro.

El vino hace que un buen libro sea mejor
En la Regional deberíamos considerarlo, tenemos unas terrazas fantásticas, que en las noches cálidas de Murcia, serían ideales para tomarse una copa mientras un dj pincha música. En medio de esta lucha por la supervivencia, serían las noches perfectas para esos días de vino y rosas que todos estamos esperando.

Coca-Cola ha lanzado una campaña bendiciendo a los bares, ¿para cuándo una campaña bendiciendo a las bibliotecas?, ni siquiera tendrían que cambiar mucho el texto del anuncio.





Fuente: Infodocket

2 comentarios:

Luis Sánchez dijo...

Hace años recuerdo en Cartagena un a cafetería-librería llamada 'Espartaco', con un letrero bastante sorprendente teniendo en cuenta que hay sitios donde te cobran el vaso de agua. Decía: "No es obligatorio consumir: puede sentarse a leer". Por desgracia creo que cerró. Ahora tanto en Cartagena como en Murcia tenemos las cafeterías 'Ficciones', donde además de las copas existen diversos mecanismos de compra/venta/alquiler de literatura y cine, además de cuidadas programaciones que demuestran que un bar no es sólo un lugar donde beber. Espero que duren mucho.

El blog de la BRMU dijo...

Nosotros también, son más necesarios que nunca espacios de este tipo. Y a ellos rendimos homenaje en este post: http://brmu.blogspot.com.es/2012/11/habitando-ficciones.html