miércoles, 11 de diciembre de 2013

Soñando con Libertalia

Mapa de Madagascar donde se situaba la colonia Libertalia

Libertalia y Misson, para muchos una
invención de Daniel Defoe
Libertalia, según la leyenda o la historia más o menos oficial (que a veces tanto da), fue una colonia fundada a finales del XVII por el pirata Misson, en la que no existía la esclavitud, y en la que se instauró una auténtica sociedad igualitaria inspirada en la Utopía de Tomás Moro.

En las películas de piratas, los hay buenos y malos. Son miles las ficciones en las que el forajido, el sinvergüenza o escéptico anti-héroe redime todo su cinismo y descreimiento al final de la historia, defendiendo los valores que aparentemente no iban con él. Y Misson sería el ejemplo perfecto, pero hay muchos más.

La película de Spielberg sobre F.W.
Abagnale

Desde el capitán Butler de Lo que el viento se llevó, al mercenario Han Solo de La guerra de las galaxias, pasando por el sacrificado Bogart de Casablanca. Pero no hace falta recurrir a la ficción, ahí está la figura real del falsificador Frank William Abagnale Jr. (cuyas peripecias llevó al cine Spielberg) que después de estafar y falsificar a troche y moche en los 60, ahora dirige una consultora para evitar fraudes a empresas. El ladrón convertido en cerrajero.

Sin alcanzar el estatus de forajidos de leyenda, los hackers o piratas informáticos vendría a ser los bandoleros de nuestro tiempo: que sean Robin Hoods o Barbanegras sólo sus acciones y el tiempo lo decidirán. De momento el aura de héroes o villanos, se reparte por igual según el medio que comente las acciones de un Julian Assange o un Edward Snowden.

Richard Stallman (fundador del movimiento por el software libre) junto a Julian Assange, sosteniendo una foto de Edward Snowden

Figuras mediáticas que muchos jóvenes adoptan como ejemplos a seguir, de ahí que surjan iniciativas como la Hackers Highschool, el seminario más práctico para rentabilizar las habilidades de los nativos digitales. En sólo dos horas, hackers veteranos forman a jóvenes un uso ético y educativo de Internet, y tal ha sido el interés, que las lecciones se están traduciendo a varios idiomas, incluido el castellano.



Una iniciativa loable, pero lo que nos ha llamado especialmente la atención, es una referencia a la lectura en la primera lección del seminario: Ser un hacker. Según advierte: “muchas veces no te será necesario leer los libros de principio a fin. La lectura no lineal es mucho más interesante […] para los hackers, ya que se trata de satisfacer la curiosidad más que leer”.

Cierto que la frase no viene más que a certificar cómo nos está cambiando los hábitos Internet, pero no deja de resultar chocante esta defensa de la lectura cortocircuitada. Ya lo dijo Nicholas Carr en su libro Superficiales, ¿qué está haciendo Internet con nuestras mentes?: “nos incitan a abandonar cualquier texto en el que pudiéramos estar inmersos en lugar de dedicarle una atención sostenida. Su valor como herramientas de navegación es inseparable de la distracción que provocan”

También el periodista Pascual Serrano en su reciente libro: La comunicación jibarizada aborda el tema; y en su artículo Los hipervínculos a debate, aporta más argumentos a tener en cuenta. Una interesante reflexión entre el inevitable dejarse llevar por la corriente, y el mantenerse a flote para no hundirnos en la más hueca banalidad.


Y es que hasta el pirata más navegante, sabía que, tarde o temprano, tenía que pisar tierra firme y asimilar las enseñanzas de la travesía. Sólo así sería capaz de proseguir viaje rumbo a su propia Libertalia.

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