miércoles, 10 de diciembre de 2014

Los viejos vinilos nunca mueren


Primero fue la industria de la música, después le tocó al cine, y ahora el tsunami digital está arrasando en el mundo editorial. Si hasta los taxis están resultando perjudicados, está claro que ningún sector queda a salvo de la revolución que está redefiniendo nuestro mundo.

Siguiendo la implacable lógica de la piratería que asola al sector de la cultura, era cuestión de tiempo que ésta llegase al mundo del libro. Por eso, si seguimos observando lo que sucede en el mundo de la música, la conclusión a la que llegamos está clara: el libro en papel retornará con más fuerza.

Es la deducción que sacamos de las últimas noticias sobre el boom de ediciones en vinilo que está conociendo la industria discográfica. Sólo hay que darse una vuelta por la zona de discos de una gran superficie (las que aún las conservan) para observar como pese a que los cedés siguen ocupando el mayor espacio, un apartado en expansión luce las maravillosas portadas long play que hacían que la música fuera todo un ritual.

Walter Benjamin a principios del siglo XX, ya dijo que la reproductibilidad mecánica de la música grabada mataba su aura, su carácter de experiencia única. Y efectivamente así ha sido, la música se ha convertido en un hilo musical continuo que nos acompaña a todos sitios, pero que en vez de formar una banda sonora para nuestros días, que nos emocione cuando toque, o nos calme en los momentos de aflicción: se limita a ejercer un ruido de fondo al que ya ni prestamos atención.

Las nuevas generaciones desconocen el placer de desembalar un elepé, de disfrutar y recrearse con las fotografías, de sostener la aguja sobre los surcos y dejarla caer con delicadeza a la espera de los primeros acordes. Ahora la impoluta eficacia de la música en la nube que está jubilando al cedé, excluye toda clase de ritual. Y quizás sea ya de manera residual, pero aún seguimos necesitando de los rituales para darle importancia a las cosas, para valorarlas y apreciarlas.

El péndulo de los avances tecnológicos se parece cada vez más a los viajes de Gulliver. Los omnipresentes móviles mutaron de auténticos ladrillos a miniaturas hostiles para los usuarios de más edad; y ahora de nuevo inician su crecimiento cual Alicias en el país de las maravillas.

Tal vez lo que nos enseña todo esto, es que la evolución lógica en cualquier ámbito debe pasar por asumir las ventajas que nos traen las innovaciones, sin por ello jubilar lo bueno que teníamos antes. Eso, o que el deseo por significarse y resistirse a la dictadura de los nuevos tiempos cuando llegan, siempre forma parte intrínseca del consumo cultural.

Sea como sea, el libro y el ebook pueden convivir armoniosamente, al igual que la música intangible de la nube, encontrará su complemento corpóreo en el vinilo. Experiencias distintas pero no excluyentes, que nos permiten disfrutar de muchas maneras y formas.

Y puestos a terminar con música, nada mejor que el vídeo de los Red Hot Chili Peppers en el que recreaban toda la historia del rock. Desde Elvis a Nirvana en poco más de cuatro minutos.

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