lunes, 6 de agosto de 2012

Confianza ciega

La fábula de la rana y el escorpión
el mejor ejemplo de confianza traicionada

Cada vez es más difícil, por no decir imposible, depositar confianza ciega en nada ni en nadie. Pero puestos a confiar en alguna institución o en algún gremio, ¿cuán de fiar somos las bibliotecas, o más concretamente los bibliotecarios para la ciudadanía? (para la ciudadanía que sabe que existen las bibliotecas, claro está)

La pregunta en cuestión nos surge con motivo de una idea, que estamos pensando en copiar directamente en nuestro centro para el próximo curso. Proviene de la biblioteca pública de Seattle (Washington), y consiste en diseminar unas misteriosas bolsas por las estanterías con libros dentro, cuyos títulos solo se conocerán una vez se retiren en préstamo.

La bolsa sorpresa en las estanterías

Está orientado al público infantil-juvenil, y añade un aliciente de misterio y juego a la hora de fomentar la lectura, aparte de suponer un voto de confianza por parte de los jóvenes lectores hacia el buen criterio de sus bibliotecarios. Pero también se podría plantear para un público adulto, ofreciéndolo como un regalo-sorpresa en el que le pidamos a nuestros usuarios que solo sea abierto una vez abandonen el centro.

La filosofía es similar a la de nuestros Packs de préstamo, pero con un efecto sorpresa que lo hace más divertido. Lo interesante será saber después, si la sorpresa para los que aceptan confiar en nosotros, ha sido positiva o negativa.

En cualquier caso, nuestra capacidad para defraudar nunca será tan grave, así que nos podemos permitir estos experimentos con gaseosa como una manera de alegrar nuestra oferta.

Los riesgos son evidentes. Pueden esperar encontrarse con el bestseller 50 sombras de Grey al abrir la bolsa, y en su lugar estar El amante de Lady Chatterley, o que sea Juego de tronos y toparse con El cuarteto de Alejandría. Pero así somos los bibliotecarios, no lo podemos evitar, va en nuestra naturaleza: y en cuanto se descuida el incauto usuario que nos sirve de sustento, le clavamos el aguijón de la buena literatura.

Y tú, ¿confiarías en un bibliotecario?

2 comentarios:

ANGEL dijo...

Me parace una idea fantástica, pues hay muchas veces que son tantos los títulos que te apetecen que no sabes cual escoger.Bonita idea-sorpresa, ¿para cuándo en al BRMU?

El blog de la BRMU dijo...

Ha sido una idea lanzada al viento, pero nos la planteamos para el otoño, aunque sería un bonito servicio para poner en marcha cerca de las Navidades por aquello de los regalos y las sorpresas. Iremos informando, y muchas gracias por los ánimos.