miércoles, 25 de septiembre de 2013

Merece la pena...


Merece la pena reparar los libros intentando alargarles la vida, calentarnos la cabeza para crear iniciativas novedosas que diviertan y enganchen a la lectura, hacer malabarismos con los presupuestos menguantes, chistar cual rancios especímenes de nuestro gremio ante el guirigay que montan los niños (pero sobre todo, los padres desbocados durante las sesiones de cuentacuentos), tirarnos por el suelo si hace falta haciendo de tigre o lobo cuando no nos llega el presupuesto para hacer actividades, repetir explicaciones en las continuas visitas guiadas, coordinar cursos para que los desempleados encuentren trabajo, rastrear por medio mundo buscando los documentos que necesitan nuestros usuarios...

Por esto, y por mucho más, merece la pena seguir tirando del carro, y sobre todo por chutes de adrenalina como el que nos ha proporcionado la periodista de Onda Regional, Marta Ferrero, en el post que nos dedica en su blog: Pon un bibliotecario en tu vida.

4 comentarios:

zs dijo...

Estoy de acuerdo con todo eso que merece la pena, pero también merece la pena leer en silencio en una biblioteca. Y en la suya, en la planta baja es imposible, sobre todo por el maldito ruido que hacen los bibliotecarios al lanzar las cajas de plástico contenedoras de los dvd y cds a la canasta como si jugaran al baloncesto. Ese "crashk", "crashk", "crashk"... continuo que tenemos que soportar los lectores. ¿De verdad, tanto cuesta idear un sistema para que depositar esas cajas no genere ese molesto ruido? MERECE LA PENA INTENTARLO. Gracias

El blog de la BRMU dijo...

Por supuesto, y hay algunas buenas noticias al respecto. Por un lado, que estamos detrás de que desaparezcan dichas cajas de seguridad, con lo cual se eliminaría dicho sonido. Pero eso no solucionaría, el ruido propio de las visitas escolares diarias, ni las actividades de Infantil, u otros ruidos que puedan ocasionarse por el desarrollo de las funciones propias de los servicios de dicha planta.

Pero es que la propia dinámica de la planta 0 está pensada para funciones en las que inevitablemente se generan ruidos, la primera planta y sobre todo la segunda, están más acondicionadas en este sentido, y permiten una mayor quietud. Las mesas que se encuentran en la planta 0, también son las destinadas a grupos que nos solicitan poder hacer trabajos conjuntamente, y es porque así se pensó la biblioteca.

Siempre procuramos que se mantenga un cierto nivel de decibelios (que algunos sábados se hace difícil de preservar) pero asumimos que la planta 0 es la más ruidosa, no faltan espacios en la biblioteca para conseguir más sosiego. Se trata de compatibilizar los mil usos que puede tener nuestro edificio, entre los que se encuentra servir también como salas de estudio, pero sin que sea un objetivo prioritario para nosotros.

zs dijo...

Gracias por la pronta respuesta. Entiendo que el ajetreo de público en la planta baja es inevitable, y los gritos de algunos niños casi también, aunque una labor de advertirles en respetar el silencio no viene mal. Y la lectura de prensa y revista solo está en esa planta. Pero insisto que el ruido de esas cajas es muy molesto, no es el murmullo más o menos apaciguado y continuo del público, sino golpes secos y desagradables cada dos por tres. Y creo que es fácilmente evitable. Gracias.

El blog de la BRMU dijo...

Tomamos nota y se lo recordaremos a los compañeros de Préstamo, pero a ver si podemos deshacernos de ellas cuanto antes.