lunes, 23 de diciembre de 2013

Tráfico aéreo en hora punta

El hombre-bala, otra forma de envío en la postal de librerías mexicanas Gandhi

Ni en Dragones y mazmorras, ni tan siquiera en Juego de tronos, se les hubiera ocurrido algo parecido a la noticia de la que nos hacemos eco en este post.
 
Hace pocos días saltaba el fantástico proyecto de Amazon de distribuir sus pedidos mediante el uso de drones. No está nada mal buscarle utilidades más amables a estos bélicos robots alados. Queda por saber en qué terminará todo, pero solo faltaría que además de los atascos y las bicicletas por las aceras, se sumen al caos urbano: miles de drones cual moscardones tecnológicos, llevando pedidos de una punta a otra de la ciudad.

Un dron de Amazon volando con el pedido hacia un domicilio

La respuesta de una librería francesa a este vanguardista proyecto del gigante Amazon, ha sido de lo más contundente y expeditiva (una idea también planteada por el grupo de descuento Groupon, no sabemos quien inspiraría a quien). Si el enemigo ataca con drones, las librerías de toda la vida se defienden con catapultas, y mucha coña marinera.

Catalivre, es el nombre con que ha bautizado el expeditivo método de distribución de pedidos (cuya demostración práctica puede verse en este vídeo), la librería francesa de Delvaux, en la preciosa ciudad medieval de Provins. Según aclaran la catapulta lanza-libros es capaz de distribuir pedidos hasta distancias de 220 metros, ahora, en qué estado lleguen los libros, eso ya es otro cantar (medieval a ser posible).

De símbolo de la sabiduría a mensajero
Pero la guasa de las librerías tradicionales a costa del anuncio de Amazon, no conoce fronteras. En Inglaterra, las librerías Waterstones han propuesto enviarlos con búhos; en las librerías alsacianas han optado por una especie con amplia experiencia en esto de entregas a domicilio: las cigüeñas. A las pobres palomas mensajeras, les está saliendo más competencia que en Los pájaros de Hitchcock.
Cigüeña en reparto librero

En la Biblioteca Regional como amantes de otras especies que somos (y también para qué negarlo, por nuestro carácter algo rústico), optamos por lo expeditivo de la catapulta. Ya hemos solicitado a nuestro director que se instale una catapulta en alguna de nuestras terrazas, para lanzar muy, muy lejos a tanto best seller desahuciado por haber pasado de moda.

Diseño de la catapulta por Leonardo da Vinci

Ni los griegos, ni los mongoles, ni el mismísimo Leonardo da Vinci, que tanto mejoró el invento bélico, podrían haber imaginado que el arma de guerra medieval por excelencia, iba a conocer semejante uso en nuestros tiempos. En cambio, para hacer llegar la lectura a nuestros usuarios, preferimos métodos menos lesivos. Desde los clásicos bibliobuses, las bibliobicis, los biblioburros colombianos o hasta unos patines; todo mientras esperamos a que llega finalmente la teletransportación.

Y dado que estamos en Navidad, que hemos citado al imperio mongol, la teletransportación, y lo bien que nos vendrían unos buenos patines: nos viene a la memoria un colofón musical que sin ser villancico, resulta infinitamente más empalagoso. El musical que más Razzies (los anti-Oscars) ha recibido en la historia: Xanadu. Olivia Newton-John, la ELO, efectos especiales ochenteros, coreografías en patines, para la historia de una sala de fiestas bajo el nombre de la mítica capital del Imperio mongol.

Ni los amplios márgenes de nuestra BRMU Bizarra hubieran sido capaces de albergar tanto destello.


Fuente: Actualitté

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajjajjajaja, que divertido todo, la BRMU AHORA también es Faemino y Cansado pero con mucha más talento.Nada como hacer reir para estimular la lectura.

Feliz Navidad a todos !!!

El blog de la BRMU dijo...

A ver si riéndonos tenemos todos un mejor año. Muchas gracias, y ¡¡felices fiestas!!