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El mes de junio arrancó con algo que puede considerarse como un hito en la trayectoria de este blog. Un simple post, Bibliotecas low cost, se hizo viral en pocas horas y alcanzó picos de visitas, comentarios en redes sociales, y lo más inaudito: provocó un artículo a doble página en la prensa escrita, concretamente en el periódico La opinión.
Desde nuestra perspectiva, se han publicado post tan interesantes como éste, o más, y no han tenido esa repercusión. Pero ya se sabe que los designios de Internet son inescrutables. Y todo por una sencilla pregunta lanzada en las redes que actuó de cebo: ¿cómo es posible que cerca de 400 usuarios de bibliotecas en Murcia, vivan todos en el nº 55 de la Ctra. de Santa Catalina?
¿Ha provocado tal insólita repercusión que el blog tenga más seguidores desde entonces?, no lo parece por las estadísticas; ¿hemos conseguido despertar un mayor interés por las bibliotecas, que es al final de lo que se trata?, nada nos permite afirmar tal cosa. El Sic transit gloria mundi (Así pasa la gloria del mundo) es aún más cierto en el mundo digital. Y precisamente sobre este asunto nos preguntábamos en otro post de este mes: ¿qué habría sido de Greta Garbo en la era de Facebook?
Un no-seguidor, más bien un troll, a través de Twitter nos atacó por hablar y seguir por de esta red social el fenómeno de El Rubius, que sacamos a colación a raíz de esta entrada (bueno, y por ser funcionarios, pero eso ya va en el puesto). Y es que algunos no terminan de comprender que en las bibliotecas del siglo XXI, se puede, y se debe hablar de todo.
Pero el mes también dio para asuntos aparentemente más frívolos; pero que en realidad no lo son para nada; y que también obtuvieron repercusión en medios escritos ajenos a la biblioteca.
Uno de nuestros empeños durante el curso pasado, fue el de celebrar un desfile de moda en nuestras salas (idea que no descartamos para el futuro) pero como la logística y los costes no lo ponían fácil, después de todo, y de otro modo, conseguimos nuestro desfile final. Aunque fuera una mesa redonda y el lanzamiento de un nuevo proyecto, lo que nos sirvió de colofón para nuestra querida Pasarela BRMU.
Fernando, Irene, Pedro, Marta, Alexandra, Constanza y Carmen (los citamos por sus nombres como señal de cariño y agradecimiento a toda la ilusión, ganas y creatividad que han puesto en este proyecto), fueron los deliciosos contertulios en esta reflexión sobre moda, sostenibilidad, cultura, sociedad y mil asuntos más que salieron a relucir en una actividad pionera que estrenamos en Espacio Pático.
BibliOkupa. Así la hemos bautizado, y gracias a la complicidad de Mamen Navarrete se concretó por primera vez, con vistas a seguir desarrollándose en más espacios: aliando de alguna manera a la Biblioteca Regional con la pujante iniciativa privada cultural que está sacudiendo a Murcia. El reportaje que Müsh Magazine hizo sobre el evento, es el mejor resumen en imágenes de aquella estupenda velada.
Los horarios en la BRMU siempre han sido una patata caliente, que periódicamente nos asalta de una manera u otra; así que dedicar una entrada a una biblioteca cuya llave la tienen los usuarios no resultaba nada gratuito, y además nos permitió abrir un pequeño debate sobre la madurez de nuestra ciudadanía a la hora del respeto a los bienes que son de todos.
Y una vez comprobado que la moda, lejos de ser algo frívolo, es un asunto que sirve para abordar todos los temas que se quiera, era inevitable que terminásemos llevándola por completo hasta nuestro terreno; y dedicásemos un nuevo post a la decoración de bibliotecas. Y de paso, no sabemos si acuñamos un nuevo concepto con futuro: los personal shoopers librarians.
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