martes, 2 de junio de 2015

Bibliotecas low cost

"Está de moda estar sin blanca"
Viñeta del cómic K.O. en Tel Aviv


Bibliocochambre, es el inspirado nombre con el que nuestra, siempre ingeniosa y certera, compañera María G. H., bautizó un proyecto que siempre tenemos en mente llevar a cabo, y que nunca terminamos de concretar.

Se trataría de montar una exposición con los documentos destrozados por el (mal) uso de algunos usuarios, una muestra de atrocidades, de incivismos cotidianos, de juguetes rotos de biblioteca, que cual personajes de Toy story 3, se tomasen la revancha. Los maltrechos bienes públicos pagados entre todos, irían acompañados de cartelas indicando el número de préstamos que han tenido, el precio y la fecha de su adquisición. Sería una manera de apelar a esa conciencia cívica que, se supone, todos deberíamos tener ejercitada desde la familia y el colegio.


"Acepta lo inesperado" reza el eslogan de esta película, pero nada nos podía
preparar para aceptar que nos devolviesen una película en este estado


¿Qué interesado en Einstein puede hacer algo así?
Y es que pese a los presupuestos de los últimos años, nos resistimos a convertirnos en Bibliotecas low cost, a permitir que la cochambre nos invada.

Tras demasiados años de crisis económica, las bibliotecas podemos decir que hemos conseguido (las que siguen abiertas) bien que mal: sobrevivir con cierta dignidad. Y por encima de cualquier orgullo institucional, lo más positivo es que han servido, y sirven, para dar algo de dignidad a muchos de los damnificados por esta crisis.




"Los vagabundos de la chatarra", un cómic-reportaje
sobre los buscadores de chatarra en Barcelona,
que bien se podría hacer también en Murcia


Una de las noticias recientes más desagradables, ha sido la última encuesta sobre condiciones de vida publicada por el Instituto Nacional de Estadística. El panorama para Murcia es alarmante: tenemos la tasa de riesgo de pobreza más alta del país. Una noticia preocupante y desoladora,  que nosotros en las bibliotecas llevamos percibiendo desde hace tiempo.

De los cerca de 400 usuarios cuyo domicilio es el nº 55 de la Carretera de Santa Catalina (Centro de acogida de Jesús Abandonado), un alto porcentaje de las altas en nuestra base de datos, ha sido durante los últimos 5 años. Nuestra Biblioteca Quitapesares (con la que perdonamos las penas por retraso en las devoluciones a cambio de alimentos para las familias necesitadas) lleva varias toneladas recolectadas desde el 2012, año en que iniciamos esta campaña.






Si antes de esta crisis, las bibliotecas ya teníamos un papel social muy importante para la inclusión social de colectivos desfavorecidos; en los últimos años esta función se ha visto más que amplificada. Ya lo recogíamos en Bibliotecas nido (“los desempleados y los inmigrantes son, junto a los indigentes, nuevos usuarios que se suman a los estudiantes, investigadores, jubilados, menores y aficionados a la lectura que tradicionalmente llenan las salas”), y recordábamos la larga relación entre indigentes y bibliotecas de la forma más lírica posible, gracias a Charles Bukowski en Vagabundos y bibliotecas.





Por eso, nos conmueven tanto las fotografías de vagabundos leyendo en bibliotecas californianas, que Fritz Hoffman publicó en National Geographic. En el año 2010, el gobierno estadounidense puso en marcha un ambicioso programa para acabar con las personas sin hogar en el año 2015. Se ha avanzado mucho, pero una vez llegados a la fecha fijada: 570.000 personas sin hogar siguen engrosando las estadísticas de pobreza en los Estados Unidos. 

La Biblioteca Pública de San Francisco ha sido la primera en incluir en plantilla a un trabajador social. Leah Esguerra, que así se llama esta asistenta social, lo dice claramente: "las bibliotecas son el último bastión de la democracia".





Cada foto es una historia, a la vez triste y esperanzadora. Esa necesidad de evasión, de formación, de superación por parte de quienes no tienen nada, encierra motivos de reflexión para cualquiera, mucho más allá de cualquier trillado discurso compasivo, o de miradas lastimeras que nadie pide. Es el instinto por sobrevivir más allá de lo básico, de preservar la dignidad a través de la cultura; y que las bibliotecas sean capaces de proporcionar eso, no puede más que llenarnos de orgullo.






Ni bibliotecas ricas, ni bibliotecas low cost, aspiramos simplemente a ser bibliotecas de clase media. Como ya dijimos en un post: las bibliotecas públicas somos la clase media dentro del mundo bibliotecario, y no hace falta ser del FMI, ni del Grupo Bildenberg, ni avezado en economía: para saber que si un país quiere prosperar, hará bien en fortalecer a su clase media.




Y ya que hablábamos de los pesimistas datos sobre Murcia del INE, y de esa cochambre (la mayoría de las veces de índole moral) con que nos agrede la actualidad, vamos a cerrar en positivo. Baxter Dury es uno de esos músicos exquisitos que si dices que te gusta, quedas guay. Incluido de nuevo en el cartel del Primavera Sound de este año, al británico (hijo del mítico cantante punk, Ian Dury) no le habrá costado mucho desplazarse hasta Barcelona, puesto que según rumores, está afincado en nuestra Región. 

Debe ser por eso, que su vídeo para el tema Palm trees (Palmeras) está rodado en Murcia. Concretamente en las playas de Mazarrón, más algunas tomas en Sierra Espuña. Si las fotos de vagabundos leyendo de Fritz Hoffman, están tomadas en California (el paraíso yanqui del sol, las playas y las palmeras), es justo que concluyamos en uno de nuestros paraísos imposibles. Una visión luminosa y algo melancólica de nuestra tierra (ese arranque del vídeo en una urbanización abandonada), que siempre viene bien para recordar lo que de bueno tenemos, y esforzarnos por recuperarlo:




6 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya sorpresa con este post, me ha parecido de lo mejor, por su sentido crítico y activista, en relación al momento que estamos viviendo, utilizando como observatorio las bibliotecas. Extraordinario el video, no podría imaginar que Baxter Dury se inspirara en las playas mazarroneras ( Bolnuevo, La Azohía, Bahía, etc ). Parece que tenga que venir alguien de fuera para valorarlas y verlas con otra perspectiva, aunque para mi están dentro de mi universo más inmediato

El blog de la BRMU dijo...

Muchas gracias, nos alegramos que te guste. Para nosotros también fue una sorpresa al ver el vídeo de Baxter Dury, más de uno en la biblioteca conoce bien Mazarrón y su estupenda costa; y nos llevamos toda una sorpresa al comprobar que efectivamente, se trataba de sus playas.

Víctor Aranda García dijo...

Enhorabuena por vuestra labor en general, y por este artículo en particular

El blog de la BRMU dijo...

Muchas gracias Víctor, nos anima mucho (como a todo el mundo) que se reconozcan nuestros esfuerzos. Y sobre este post, estamos emocionados con la recepción que está teniendo. Por reacciones de este tipo ante un asunto tan delicado, es cuando te das cuenta del lado tan positivo que tienen las redes sociales.

Anónimo dijo...

Felicidades por el artículo. Soy usuaria de la biblioteca desde hace muchos años, siempre me ha acogido, estuviera en la clase social que estuviera y sin reproches. Tenemos mucho que aprender de estas personas, de su esfuerzo diario. Deberíamos mirarnos dentro y dejar de juzgar su presencia en un templo tan sagrado como la biblioteca. Ojalá que les sirva de apoyo, de trampolín y de motivación.

El blog de la BRMU dijo...

Muchas gracias. Sinceramente creemos que la biblioteca pública es una de las instituciones más democráticas que existen. La sociedad ideal sería aquella en la que todos partiéramos con igualdad de oportunidades. Tal y como está montado todo, es cada vez más difícil, por eso creemos firmemente que lugares como las bibliotecas públicas, vienen a ser una de las instituciones que pueden colaborar modestamente a intentar paliar las desigualdades.

Realmente están siendo muy interesantes las reacciones que está despertando este post.