En los últimos tiempos, en foros y webs especializadas en telefonía móvil, se debate si la tendencia de los móviles con pantallas de 5 o 6 pulgadas terminará imponiéndose. Problemas del primer mundo que diría Laura Pacheco, autora del cómic del mismo título (por supuesto, disponible en nuestra Comicteca). Pero más allá del primer mundo, el asunto de las pulgadas de los móviles tiene implicaciones mucho más trascendentales que las que nos retrata este cómic.
La UNESCO advierte en un informe reciente del enorme potencial de los teléfonos móviles para la alfabetización y el aprendizaje en países en vías de desarrollo. Para muchas mujeres y niños de países subdesarrollados, la tecnología móvil y las tabletas son su único acceso a la cultura, su única posibilidad para aprender a leer. La organización sin ánimo de lucro Worldreader, a través de los e-readers, los móviles u otras formas de tecnología digital, está desarrollando programas en 50 países para alfabetizar a la población.
Leer en la era del móvil: los libros son escasos, pero los móviles están en todas partes |
A través de esta organización, desde el año 2010, más de 400.000 personas al mes han leído cerca de 2 millones de libros electrónicos. Libros traducidos a las lenguas locales, libros de texto y clásicos de la literatura universal. Y una vez más, se confirma que las mujeres son el futuro en muchos países subdesarrollados: son ellas las que mejor rendimiento sacan a la lectura a través del móvil y demás dispositivos.
David Risher, cofundador de Worldreader, tuvo la idea de crear algo así al encontrarse con una biblioteca cerrada con un candado, en uno de los países que visitaba invitado por la Clinton Global Initiative en el 2009. Allá donde no podían llegar los libros impresos, podría llegar la lectura a través de la tecnología digital. Y un año después, los primeros 20 e-readers llegaron a Ghana. Cinco años después, Mark West, encargado de proyectos de la UNESCO, ha declarado al respecto:
"He visto a personas que leen 10 libros al mes en una pantalla monocroma, donde se pueden visualizar sólo 4 líneas de texto".
Inevitablemente nos ha venido a la memoria una anécdota que contaba un catedrático de la Universidad de Murcia (y cuyo nombre omitimos, ya que contamos la anécdota sin haber pedido permiso previo). Un estudiante matriculado en Biblioteconomía y Documentación, se jactaba ante el docente en cuestión, de pasar completamente de la lectura (no sabemos cuál ha sido la deriva profesional del muchacho, pero por el bien de la profesión confiemos en que cambiase de rumbo laboral). Ante la orgullosa declaración del estudiante, el catedrático le contestó que no paraba de leer cada vez que usaba su móvil, cada vez que navegaba por internet, que chateaba o utilizaba alguna red social. No consta réplica alguna por parte del feliz ignorante.
Paradojas de nuestro tiempo. Si en el 2012 le dedicábamos un poema a una biblioteca sin puerta en el supuesto Primer Mundo; ahora sabemos de esa otra biblioteca del Tercer Mundo cerrada con candado, que fue el origen de un proyecto tan ilusionante como Worldreader.
Todo ello, mientras la Fundación de Bill Gates, que tanto está haciendo por el desarrollo de las redes de bibliotecas en países en vías de desarrollo: ha anunciado que su programa Global Libraries incluirá a España como beneficiaria de dicha iniciativa. Con dicho programa se busca concentrar la mayor actividad cultural en las bibliotecas (ya era hora de que se dieran cuenta de que las bibliotecas somos las únicas instituciones culturales que lo aglutinamos todo: libros, cine, música, arte, tecnología, formación, etc….), y para ello se empieza por dar cursos de formación a los bibliotecarios.
A raíz del altruismo de famosos como Bill Gates, hace unos años un seguidor en Facebook nos recriminaba que no lo viéramos mal, discutiendo sus auténticas motivaciones. Nosotros no hemos cambiado de opinión, como mantuvimos entonces, estaremos encantados de formar parte de dicho programa si acaso tenemos la suerte de que tengan en cuenta a la Red de Bibliotecas de la Región de Murcia. Cual habitantes del pueblo protagonista de la obra maestra de Berlanga: estamos dispuestos a disfrazarnos de flamencos si hace falta, con tal de que este Mr. Marshall tecnológico no pase de largo por nuestras bibliotecas.
Fuente: ActuaLitté
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