jueves, 11 de agosto de 2011

Extras del Pack Wannabe



En el fondo (y también en la superficie) todos hemos querido emular, parecernos o imitar a alguien. Si lo trasladamos al mundo del arte, ¿qué escritor, pintor, cineasta, músico o lo que sea, no ha partido de la admiración para intentar llegar a dónde estaba su ídolo? Es ley de vida y de espectáculo. Y a eso hemos consagrado el pack Wannabe: a la zancadilla de la suplente a la vedette en la escalera antes de salir al escenario, a los dramas de pan y mantequilla de la cultura pop.

Para empezar con autoridad, habrá que dejar claro lo que se entiende por estrella en la cultura mainstream. Y para ello partimos de la figura central de esta tesina de chichinabo sobre cultura de masas hecha pack: Madonna, y un divertido corto publicitario para una marca de automóviles, titulado Star. Toda una revancha para los que aborrecen el divismo de estas reinas del showbusiness (y quien sabe si también para su entonces marido, Guy Ritchie, que lo dirigió):




En un improbable juicio futuro por los estragos que lo pop ha infligido en la cultura, no tendrían que ser Michael Jackson, Lady Gaga, Britney Spears, Katy Perry, etc… los que ocupasen el banquillo de los acusados. El único acusado posible sería Andy Warhol, el ideólogo más influyente pese a llevar tres décadas muerto, del panorama que se vislumbra desde el puente de lo que un día se denominó alta cultura. La ironía desde la que se apropió de los símbolos del consumismo, la cultura de masas, los famosos o el capitalismo agudizó hasta el extremo las propuestas de Marcel Duchamp hasta convertirlas en figuras de estilo, que se repiten desde hace décadas cual serigrafías en la cultura popular.

Una cultura que se convierte en fascinante objeto de estudio en el ensayo que incluye este pack (Cultura mainstream), y que ahora complementamos en los extras recomendando la interesantísima obra de Raúl Rodríguez: La musa venal, todo un repaso al enfrentamiento entre alta y baja cultura que ha generado/degenerado (según el punto de vista) en lo que actualmente vivimos.

Para ilustrarlo caben mil artistas, obras, creaciones o tendencias que destilan ese espíritu warholiano degradado hasta la nausea a fuerza de repetirse, reciclarse o como gusta decir ahora, reinventarse. Pero puestos a ambientar musicalmente su recuerdo, no seremos tan obvios de recurrir a la Velvet Underground, ni siquiera a los Dandy Warhols, preferimos al divertido grupo Hold your horses!, que en este vídeo ejemplifica como pocos ese asalto a la alta cultura desde el pop más irreverente:




En 1983 el apóstol Warhol se dejó caer por un Madrid en plena movida. La crónica de su visita no tiene desperdicio. Pitita Ridruejo, Fabio MacNamara, Almodóvar, Alaska y los Pegamoides, Ana Obregón, Agatha Ruiz de la Prada, Luis Gordillo fueron algunos de los postulantes a la inmortalidad pop que desfilaron para recibir su bendición, y mientras, su fotógrafo de cabecera en aquel tiempo, Chris Makos, imitaba a su maestro fotografiando a diestro y siniestro. Muchas de esas fotografías se recogen en el estupendo libro Warhol I Makos en contexto, todo un testimonio en imágenes de una época entre las que no figura Valerie Solanas, la perturbada escritora que disparó tres tiros a bocajarro a Warhol en su Factory en 1968, y cuya historia se recoge en la película Yo disparé a Andy Warhol.

Warhol dejó una semilla pop en aquel Madrid, que alumnos aventajados como Pedro Almodóvar supieron hacer germinar abonándola con lo más folklórico y castizo de nuestra cultura. Como muestra este Trailer para amantes de lo prohibido (que en el colmo del exotismo va con subtítulos en ruso) que hizo como encargo para el mítico programa La edad de oro en 1985, como adelanto de la que sería una de sus mejores películas: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?



Ver Trailer para amantes de lo prohibido sin subtítulos


Quizás tenga razón el grupo electro punk Putilatex cuando dicen aquello de que el pop nos va a volver a todos gilipollas. También José Luis Pardo refrenda de alguna manera esta idea con su libro Esto no es música, otro interesante ensayo que parte de The Beatles para diseccionar el panorama en que nos removemos.

Pero no parece muy acertado pensar que ese sea el motivo por el que algunas luminarias del pop más comercial sientan, en determinados momentos de su carrera, un ansia de respetabilidad artística que les lleva a colaboraciones de lo más singulares.

Como siempre, la más avezada es Madonna, que en cine (mucho antes de lanzarse a ser también directora, y en un intento por ser tomada en serio como actriz) le produjo al enfant terrible Abel Ferrara su película Juego peligroso, cuya última escena es todo un juego de espejos entre ficción y realidad, con un alter ego del director (Harvey Keitel) vejando a la estrella de su película (Madonna) y diciéndole que lo necesita para conseguir credibilidad artística. En la música tampoco le han faltado acercamientos a universos creativos alejados de su reinado mainstream como, entre otros, su colaboración con Massive Attack en el tema I want you.

Pero el ejemplo con el que cerramos estos extras es a la inversa: el cavernoso y nada sospechoso de concesiones a la galería, Nick Cave, recurrió a la eterna princesa pop Kylie Minogue, para un dueto luctuosamente bello en su disco Murder balads, inspirado en asesinatos. Una joya oscura que sirve de inquietante broche a tanta luminosidad pop.


1 comentario:

Super Furry Librarian dijo...

Aquí os va un comentario-cita-homenaje-hiperenlace

http://superfurrylibrarian.wordpress.com/2011/12/04/este-cuadro-esta-muy-vivo/

Un afectuoso saludo

SPF